Heroes GST
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Heroes GST
Este será el tema donde postearé mi nuevo fan-fic. Gracias a las personas que me ayudaron a crear nuevas ideas. Espero no decepcionarlos y que esta nueva historia, producto de su servidor y de las ideas de los usuarios de Game Staff, sea de su total agrado.
Este fic puede parecer algo lento al principio pero los capítulos siguientes van aumentando en tamaño y trama.
Solo pido de favor que NO POSTEEN EN ESTE TEMA. Las opiniones irán el el tema de Opiniones y Sugerencias.
Muchas gracias y disfruten de mi historia.
INDICE:
Capítulo 1: Revelación Página 1
Capítulo 2: El hombre de la armada muerta Página 1
Capítulo 3: Fiesta de elementos Página 1
Capítulo 4: Mentiras, engaños y el gato parlante Página 1
Capítulo 5: Hermandad Página 1-2
Capítulo 6: Mercenarios Página 2
Capítulo 7: El espectro de la Agencia Página 2-3
Sinopsis:
Esta historia Virtual la comenzó hace meses. Como dijo, se basó en los usuarios de este foro. No solo eso, hizo audiciones para que ellos eligieran sus propios poderes, así podría desarrollarse mejor la historia.
La historia es así: Años atrás una tormenta eléctrica de origen desconocido azotó la ciudad de Giesti. Su fuerza fue tremenda que muchas vidas se perdieron ese día, además que varios edificios fueron severamente dañados. Entre los afectados unos pocos lograron sobrevivir al impacto de estos rayos, a cambio fueron provistos de un poder especial basado en su personalidad, deseos y desesperaciones al momento de ser impactados además de una ligera fuerza y resistencia extra a la de los humanos ordinarios. Los años pasaron y estos afectados trataron de continuar sus vidas normales, con muy contadas excepciones. Es al inicio de la historia cuando un meteorito se detecta a caer a las afueras de la ciudad y con este la misma tormenta de rayos morados de años atrás. A unos cuantos portadores de los poderes les da curiosidad ya que sabían que eso les había dado sus habilidades. Una de ellas, Lola Kiddo (primera interesada en el fic), presidenta de la corporación Kiddo Enterprises, reconocida mundialmente decide investigar al ir a una meseta que servica como centro de investigación astronómico a las afueras de la ciudad. Las cosas se salen de control cuando en mismo meteoro cambia por si mismo su curso e impacta en parte en el laboratorio destruyéndolo por completo. Lola logra salir con vida.
De ahí llegan otros portadores interesados en el cometa, el cual para colmo traía dentro un extraterrestre enviado a investigar. Este mata a todos los reporteros que habían ido a tomar la noticia pero al final es aniquilado por un motociclista de nombre Rikarudo y un "controlamuertos", Elric (notese los nombres de avatares simples).
Después del incidente del cometa es obvio que los malos pongan manos a la obra. La Agencia, organización especializada en la raza Zoling (la misma del mounstro del meteoro) y los portadores ven como buena idea el tomar el meteoro como suyo, y al ver que varios portadores comienzan a "salir de sus guaridas" deciden capturarlos para experimentos. Por supuesto que no se dejan por lo que varias veces unos cuantos terminan enfrentándose. Además que La Agencia también tenía a sus propios portadores para pelear. Las cosas se tornan peligrosas cuando estos logran encontrar a una portadora "invulnerable", Natarya: Una niña de la calle que es salvada por un par de amigos, Soul y Scott, quienes son capaces de transformarse. De ahí todo va en torno en protegerla y salvarla, ya que si La Agencia lograra ponerle las manos encima podrían llegar al punto de extraer o copiar sus poderes, cosa que terminaría en desgracia para el mundo entero.
Este fic puede parecer algo lento al principio pero los capítulos siguientes van aumentando en tamaño y trama.
Solo pido de favor que NO POSTEEN EN ESTE TEMA. Las opiniones irán el el tema de Opiniones y Sugerencias.
Muchas gracias y disfruten de mi historia.
INDICE:
Capítulo 1: Revelación Página 1
Capítulo 2: El hombre de la armada muerta Página 1
Capítulo 3: Fiesta de elementos Página 1
Capítulo 4: Mentiras, engaños y el gato parlante Página 1
Capítulo 5: Hermandad Página 1-2
Capítulo 6: Mercenarios Página 2
Capítulo 7: El espectro de la Agencia Página 2-3
Sinopsis:
Esta historia Virtual la comenzó hace meses. Como dijo, se basó en los usuarios de este foro. No solo eso, hizo audiciones para que ellos eligieran sus propios poderes, así podría desarrollarse mejor la historia.
La historia es así: Años atrás una tormenta eléctrica de origen desconocido azotó la ciudad de Giesti. Su fuerza fue tremenda que muchas vidas se perdieron ese día, además que varios edificios fueron severamente dañados. Entre los afectados unos pocos lograron sobrevivir al impacto de estos rayos, a cambio fueron provistos de un poder especial basado en su personalidad, deseos y desesperaciones al momento de ser impactados además de una ligera fuerza y resistencia extra a la de los humanos ordinarios. Los años pasaron y estos afectados trataron de continuar sus vidas normales, con muy contadas excepciones. Es al inicio de la historia cuando un meteorito se detecta a caer a las afueras de la ciudad y con este la misma tormenta de rayos morados de años atrás. A unos cuantos portadores de los poderes les da curiosidad ya que sabían que eso les había dado sus habilidades. Una de ellas, Lola Kiddo (primera interesada en el fic), presidenta de la corporación Kiddo Enterprises, reconocida mundialmente decide investigar al ir a una meseta que servica como centro de investigación astronómico a las afueras de la ciudad. Las cosas se salen de control cuando en mismo meteoro cambia por si mismo su curso e impacta en parte en el laboratorio destruyéndolo por completo. Lola logra salir con vida.
De ahí llegan otros portadores interesados en el cometa, el cual para colmo traía dentro un extraterrestre enviado a investigar. Este mata a todos los reporteros que habían ido a tomar la noticia pero al final es aniquilado por un motociclista de nombre Rikarudo y un "controlamuertos", Elric (notese los nombres de avatares simples).
Después del incidente del cometa es obvio que los malos pongan manos a la obra. La Agencia, organización especializada en la raza Zoling (la misma del mounstro del meteoro) y los portadores ven como buena idea el tomar el meteoro como suyo, y al ver que varios portadores comienzan a "salir de sus guaridas" deciden capturarlos para experimentos. Por supuesto que no se dejan por lo que varias veces unos cuantos terminan enfrentándose. Además que La Agencia también tenía a sus propios portadores para pelear. Las cosas se tornan peligrosas cuando estos logran encontrar a una portadora "invulnerable", Natarya: Una niña de la calle que es salvada por un par de amigos, Soul y Scott, quienes son capaces de transformarse. De ahí todo va en torno en protegerla y salvarla, ya que si La Agencia lograra ponerle las manos encima podrían llegar al punto de extraer o copiar sus poderes, cosa que terminaría en desgracia para el mundo entero.
Última edición por Virtual el Mar 27 Mayo 2008 - 23:52, editado 3 veces
Virtual- Jounin Ninja
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Re: Heroes GST
Capítulo 1
Revelación
-A veces la gente puede considerarse inferior, insignificante, que cree que nada de lo que haga importará con el paso de los años. Esa es la vida cotidiana a la que millones de personas están sujetas día tras día. Despiertan, desayunan, trabajan, comen, trabajan, cenan, duermen. Siempre es así…bueno, excepto los fines de semana, cuando lo único que hace la gente es acostarse todo el día en su cama viendo películas antiguas en el canal local. Así de aburrida es la vida hoy en día. Bueno, al menos para ellos, ya que yo normalmente estoy muy ocupada. Si supieran todas las cosas que tengo que hacer, todos los problemas a los que me tengo que enfrentar, y aunque tengo un buen equipo que trabaja para mi, siempre siento que yo soy la que debe hacer todo. Pero al menos de vez en cuando llegan a pasar cosas interesantes. Ojala en este momento pudiera salir de aquí a pasearme un rato, pero por lo que veo, me será imposible por….
*Beepbeep*
Comenzó a sonar el videoteléfono mientras que la mujer que estaba sentada en una costosa silla y hundida en la oscuridad de su lujosa oficina con la luz apagada se detenía de hablar en la grabadora de su laptop, lo cual era lo único que alumbraba el lugar. Ella presionó el botón para saber que sucedía. Al hacerlo, la imagen de una mujer con lentes y vestida de secretaria apareció.
-Señorita presidenta, aquí un señor que quiere hablar con usted.-
-Ahora no, estoy ocupada.-Dijo la mujer en la silla.
-Disculpe señorita presidenta,-Insistió la secretaria.-pero me dice que quiere hablar sobre el proyecto del trasbordador. Dice que es urgente.-
-…Está bien, hágalo pasar.-Le dijo antes de presionar otro botón para terminar la transmisión, esperando que no hubieran problemas con sus investigaciones.
La puerta izquierda se abrió, dejando pasar un haz de luz a la oficina, esto sin revelar el rostro de la presidenta. De ahí entró un hombre en bata de científico, con cabello canoso, barba corta y aspecto de hombre de cincuenta años. Este, al entrar, cerró la puerta, dejando como única fuente de luz la laptop. Comenzó a acercarse al escritorio de la presidenta con apuro, mientras que ella poco a poco se volteaba para verlo.
-Sr. Jekyll, ¿que lo trae por aquí?-
-Señorita Kiddo, hay algo que tenemos que hablar. Descubrimos algo mientras…-
-¿Algo?-Interrumpió ella.-¿A qué te refieres con algo?
Ella comenzó a acercarse hacia delante, lo suficiente para que la luz de la pantalla de su computadora revelara su rostro. Se podía ver que era una mujer joven y muy bonita, pero su piel era totalmente blanca, su cabello anaranjado estaba enredado en una gran cola de caballo, usaba lápiz labial naranja brillante y por lo que se podía ver por su vestimenta, usaba un traje de gala que acostumbran usar los hombres.
-Si, señorita Kiddo.-Continuó el científico.-Mientras estábamos haciendo las pruebas del trasbordador espacial, nuestro radar detectó una…anomalía en el espacio. Estuvimos investigando ese fenómeno y nos dimos cuenta de que en realidad es un meteorito que se dirige a la Tierra.-
-¿Y representa algún peligro? ¿O al menos vale la pena la molestia de venir desde el hangar hasta mi oficina?-
-Pues…la verdad, no. Hemos estado investigándolo y creemos que se podría desintegrar al llegar a la atmósfera terrestre. Pero lo que nos intriga es que haya sido detectado por el radar, el cual solo capta señales de radio.-
-Eso significa que ese meteoro podría tener vida, supongo.-
-Significa que lo que detectamos puede ser un O.V.N.I.-Concluyó el Sr, Jekyll.
Kiddo se quedó pensativa un momento, mientras se recargaba en su silla. Lo único que hizo durante ese minuto fue mirar al techo y ver las posibilidades.
-Sr. Jekyll,-Habló ella.-dígale a su equipo de investigación que pospongan el proyecto del trasbordador y que todos se dirijan a la meseta al este de la ciudad, ¿entendido?-
-Pero…señorita Kiddo, ¿qué sucederá con el proyecto?-
-Ese puede esperar, por ahora nos enfrentamos a un reto mayor. Ahora apúrese, antes de que los medios sepan algo sobre esto.-
El obedeció, dio la vuelta y se apuró a salir de la oscura oficina, abrió la puerta y salió, cerrándola en ese momento. La presidenta se volvió a quedar sola de nuevo en ese lugar, sentada y solo pensando en lo que le había dicho el científico. Volteó a su laptop, la cual aún estaba grabando. Se puso cómoda, y continuó.
-Como estaba diciendo, siempre uno espera a que algo suceda, pero nunca pasa algo increíble, sorprendente o algo que pueda iluminar el camino de alguien en esta vida. Normalmente no pasan cosas interesantes aquí, siempre es la misma vida aburrida…al menos para la gente común. Pero para mi no. Yo, Lola Kiddo, presidenta de la más grande compañía del Estado de Bentor, Kiddo Enterprices, siempre tengo algo interesante que hacer, y como acaba de decir uno de mis científicos, mis plegarias fueron escuchadas. Creo que sería buena idea respirar algo de aire fresco. Necesito algo de vigor en esta vida.-
Después de haber terminado, guardó su grabación. Luego apagó su computadora y se levantó de su silla, se estiró, presionó un botón en la videograbadora, y acto seguido apareció la secretaria.
-¿Se le ofrece algo, señorita presidenta?-
-Si,-Dijo Lola.-necesito que mi limosina esté lista, pienso salir por el resto del día.-
-Entendido, ahora mismo pediré que la preparen.-
Y se cortó la transmisión. Ella comenzó a caminar por la oscura oficina hasta la puerta, la abrió y la luz reveló todo su cuerpo. En efecto, vestía un traje de gala de hombre, su cabello era naranja, usaba lápiz labial del mismo color de su cabellera y su piel era blanca como una persona sin sangre. Pero también estaba bien dotada. Estatura alta, delgada y busto grande, junto con su vestimenta la hacían ver una persona casi omnipotente. Siguió caminando por un pasillo desierto, el cual solo podía ser accesado por ella y por las personas que ella permitía entrar. Caminó hasta llegar a un elevador, presionó el botón y la puerta se abrió de inmediato. Ella entró y automáticamente la puerta se cerró, llevando a la presidenta Lola a lo que podría ser lo más impresionante que haya pasado, no solo en la ciudad o en el Estado, sino en todo el mundo.
Revelación
-A veces la gente puede considerarse inferior, insignificante, que cree que nada de lo que haga importará con el paso de los años. Esa es la vida cotidiana a la que millones de personas están sujetas día tras día. Despiertan, desayunan, trabajan, comen, trabajan, cenan, duermen. Siempre es así…bueno, excepto los fines de semana, cuando lo único que hace la gente es acostarse todo el día en su cama viendo películas antiguas en el canal local. Así de aburrida es la vida hoy en día. Bueno, al menos para ellos, ya que yo normalmente estoy muy ocupada. Si supieran todas las cosas que tengo que hacer, todos los problemas a los que me tengo que enfrentar, y aunque tengo un buen equipo que trabaja para mi, siempre siento que yo soy la que debe hacer todo. Pero al menos de vez en cuando llegan a pasar cosas interesantes. Ojala en este momento pudiera salir de aquí a pasearme un rato, pero por lo que veo, me será imposible por….
*Beepbeep*
Comenzó a sonar el videoteléfono mientras que la mujer que estaba sentada en una costosa silla y hundida en la oscuridad de su lujosa oficina con la luz apagada se detenía de hablar en la grabadora de su laptop, lo cual era lo único que alumbraba el lugar. Ella presionó el botón para saber que sucedía. Al hacerlo, la imagen de una mujer con lentes y vestida de secretaria apareció.
-Señorita presidenta, aquí un señor que quiere hablar con usted.-
-Ahora no, estoy ocupada.-Dijo la mujer en la silla.
-Disculpe señorita presidenta,-Insistió la secretaria.-pero me dice que quiere hablar sobre el proyecto del trasbordador. Dice que es urgente.-
-…Está bien, hágalo pasar.-Le dijo antes de presionar otro botón para terminar la transmisión, esperando que no hubieran problemas con sus investigaciones.
La puerta izquierda se abrió, dejando pasar un haz de luz a la oficina, esto sin revelar el rostro de la presidenta. De ahí entró un hombre en bata de científico, con cabello canoso, barba corta y aspecto de hombre de cincuenta años. Este, al entrar, cerró la puerta, dejando como única fuente de luz la laptop. Comenzó a acercarse al escritorio de la presidenta con apuro, mientras que ella poco a poco se volteaba para verlo.
-Sr. Jekyll, ¿que lo trae por aquí?-
-Señorita Kiddo, hay algo que tenemos que hablar. Descubrimos algo mientras…-
-¿Algo?-Interrumpió ella.-¿A qué te refieres con algo?
Ella comenzó a acercarse hacia delante, lo suficiente para que la luz de la pantalla de su computadora revelara su rostro. Se podía ver que era una mujer joven y muy bonita, pero su piel era totalmente blanca, su cabello anaranjado estaba enredado en una gran cola de caballo, usaba lápiz labial naranja brillante y por lo que se podía ver por su vestimenta, usaba un traje de gala que acostumbran usar los hombres.
-Si, señorita Kiddo.-Continuó el científico.-Mientras estábamos haciendo las pruebas del trasbordador espacial, nuestro radar detectó una…anomalía en el espacio. Estuvimos investigando ese fenómeno y nos dimos cuenta de que en realidad es un meteorito que se dirige a la Tierra.-
-¿Y representa algún peligro? ¿O al menos vale la pena la molestia de venir desde el hangar hasta mi oficina?-
-Pues…la verdad, no. Hemos estado investigándolo y creemos que se podría desintegrar al llegar a la atmósfera terrestre. Pero lo que nos intriga es que haya sido detectado por el radar, el cual solo capta señales de radio.-
-Eso significa que ese meteoro podría tener vida, supongo.-
-Significa que lo que detectamos puede ser un O.V.N.I.-Concluyó el Sr, Jekyll.
Kiddo se quedó pensativa un momento, mientras se recargaba en su silla. Lo único que hizo durante ese minuto fue mirar al techo y ver las posibilidades.
-Sr. Jekyll,-Habló ella.-dígale a su equipo de investigación que pospongan el proyecto del trasbordador y que todos se dirijan a la meseta al este de la ciudad, ¿entendido?-
-Pero…señorita Kiddo, ¿qué sucederá con el proyecto?-
-Ese puede esperar, por ahora nos enfrentamos a un reto mayor. Ahora apúrese, antes de que los medios sepan algo sobre esto.-
El obedeció, dio la vuelta y se apuró a salir de la oscura oficina, abrió la puerta y salió, cerrándola en ese momento. La presidenta se volvió a quedar sola de nuevo en ese lugar, sentada y solo pensando en lo que le había dicho el científico. Volteó a su laptop, la cual aún estaba grabando. Se puso cómoda, y continuó.
-Como estaba diciendo, siempre uno espera a que algo suceda, pero nunca pasa algo increíble, sorprendente o algo que pueda iluminar el camino de alguien en esta vida. Normalmente no pasan cosas interesantes aquí, siempre es la misma vida aburrida…al menos para la gente común. Pero para mi no. Yo, Lola Kiddo, presidenta de la más grande compañía del Estado de Bentor, Kiddo Enterprices, siempre tengo algo interesante que hacer, y como acaba de decir uno de mis científicos, mis plegarias fueron escuchadas. Creo que sería buena idea respirar algo de aire fresco. Necesito algo de vigor en esta vida.-
Después de haber terminado, guardó su grabación. Luego apagó su computadora y se levantó de su silla, se estiró, presionó un botón en la videograbadora, y acto seguido apareció la secretaria.
-¿Se le ofrece algo, señorita presidenta?-
-Si,-Dijo Lola.-necesito que mi limosina esté lista, pienso salir por el resto del día.-
-Entendido, ahora mismo pediré que la preparen.-
Y se cortó la transmisión. Ella comenzó a caminar por la oscura oficina hasta la puerta, la abrió y la luz reveló todo su cuerpo. En efecto, vestía un traje de gala de hombre, su cabello era naranja, usaba lápiz labial del mismo color de su cabellera y su piel era blanca como una persona sin sangre. Pero también estaba bien dotada. Estatura alta, delgada y busto grande, junto con su vestimenta la hacían ver una persona casi omnipotente. Siguió caminando por un pasillo desierto, el cual solo podía ser accesado por ella y por las personas que ella permitía entrar. Caminó hasta llegar a un elevador, presionó el botón y la puerta se abrió de inmediato. Ella entró y automáticamente la puerta se cerró, llevando a la presidenta Lola a lo que podría ser lo más impresionante que haya pasado, no solo en la ciudad o en el Estado, sino en todo el mundo.
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Re: Heroes GST
La meseta de la carretera Giesti-Cross, una gran montaña donde en su cima se encontraba un gran centro de investigación astronómica al aire libre. Grandes computadoras y decenas de científicos se encuentran en este lugar. Una gran antena satelital que rebasaba los muros del área verifica todo tipo de actividad espacial desconocida. Cientos de máquinas ultra-avanzadas son utilizadas a diario para crear todo tipo de tecnología útil para la navegación espacial. Todo esto a cargo de la presidenta Lola Kiddo, quien, a media noche, ya se encontraba entrando al lugar para saber todo lo referente al meteorito que se acercaba a la Tierra. Iba caminando por los grandes pasillos de las instalaciones mientras varios investigadores detenían su trabajo o su camino para saludarla, más que nada porque se encontraban sorprendidos que ella estuviera ahí a largas horas de la noche.
-¿Qué han descubierto hasta ahora?-Le preguntó Lola al Sr. Jekyll, quien estaba pegado a una computadora viendo los datos sobre el meteoro.
-Es algo impresionante.-Dijo el científico sin perder de vista la pantalla.-Ese meteoro parece tener vida propia. En las últimas horas ha aumentado su velocidad, además de que poco a poco cambia su trayectoria. Hemos descubierto que en una media hora caerá en la superficie terrestre, a unos 50 kilómetros de donde estamos nosotros. Aún así no parece representar riesgo alguno para nosotros o la raza humana. El problema es que estos datos pueden variar, ya que nuestro objetivo parece cambiar mucho sus propiedades.-
Concluyó de esa manera y continuó su trabajo. Lola, no tan satisfecha con la información del Sr. Jekyll, comenzó a merodear por todas las instalaciones, esperando que los demás investigadores tuvieran más datos que darle. Por desgracia, todos eran los mismos.
Veinte minutos se fueron volando y el meteoro estaba a punto de llegar a la Tierra, así que Lola ordenó elevar la plataforma por completo para tener una mejor perspectiva del fenómeno. Habiéndolo ordenado, uno de los trabajadores introdujo una clave en una máquina. Acto seguido, todo el piso comenzó a moverse, desprendiéndose de la plataforma de la meseta y elevándose gracias a unos tubos de titanio, los cuales movían el lugar completo hasta que este rebasara los muros.
Grandes y brillantes estrellas se podían ver en la oscura noche, mientras todos los científicos trabajaban incansablemente para determinar el punto de estrello definitivo del meteorito. La única persona que no hacía nada era Kiddo, quien solo miraba el cielo, esperando ver como caía el meteoro.
-El meteorito caerá en dos minutos, y contando.-Dijo uno de los científicos, quien no dejaba de teclear. Todos se mostraban impacientes por la llegada de algo totalmente impresionante.
¿Qué es lo que vendría en ese meteoro? ¿Lograría llegar a la superficie o se desintegraría en la atmósfera? ¿Porqué le importaba tanto? Eran las preguntas que Lola Kiddo se hacía cada segundo que pasaba.
-30 segundos y contando.-
Comenzó a sentirse un cambio en el clima. Poco a poco las pocas nubes que habían comenzabas a abrirse al meteoro como si estas también esperaran su llegada. Solo faltaban quince segundos cuando alguien gritó.
-¡El meteoro está cambiando de curso! ¡Viene hacia nosotros!-
-¿¿¿¡¡¡QUEEEE!!!???-Se oyó el coro de todas las personas en el lugar.
Se pudo ver como el meteorito entraba a la atmósfera de la Tierra, la cruzaba e iba directamente en rumbo hacia el centro de investigación. Todos huían desesperados por salir, pero era inútil. En ese instante el meteoro pasó encima de ellos, golpeando la gran antena satelital y destrozándola. Además, el polvo cósmico que desprendió al llegar creó un incendio que comenzó a hacer reacción con todas las máquinas del lugar.
En esos momentos la gran nube de humo que había dejado el meteorito comenzó a relampaguear con tal fuerza que aumentó al tamaño de las llamas en el lugar. Pero a pesar de todo el caos, Lola no se movía de su lugar, lo único que hacía era observar la gran tormenta eléctrica que caía encima de ellos.
-No…no…no puede…ser…-Balbuceó ella.
Algo en esos rayos le era familiar, de color rojo y violeta, no eran comunes, no en el planeta, pero eso no era lo que le sorprendía, la razón por la que admiraba esa tormenta era porque ese fenómeno había sido el mismo que le había cambiado su físico hace cinco años, el mismo que la había dejado huérfana y el mismo que le había dado un don especial, un don único para ella.
--
-¡¡¡PAPÁ!!!-
La pequeña Lola gritaba en busca de su padre, quien se encontraba perdido en una gran fábrica, la cual se colapsaba rápidamente. Ella corría entre las ruinas y los metales que caían en busca de su padre, mientras veía como varias personas eran matadas por barras metálicas que caían del techo y por las múltiples explosiones que habían en el lugar. Pero ella solo corría, buscando a su padre con la esperanza de encontrarlo aún con vida. En eso escuchó una voz, la de su padre, que provenía de un pequeño refugio de cajas de madera. Ella se apresuró a llegar a el, al hacerlo lo abrazó con fuerza.
-Lola, debes irte de aquí.-Dijo el señor.
-No, papá, no me iré si ti.- Decía Lola, con lágrimas en sus ojos.-Vamos, hay que irnos.-
Ella tomó de la mano a su padre y con un esfuerzo logró hacer que la siguiera. Los dos comenzaron a correr, pero al ver que la niña aún era pequeña, su padre la cargó y se apresuró a salir entre las llamas y los escombros.
-Lola, perdóname por no haberte puesto atención durante estos días.-Decía el padre mientras corría.-Esta obsesión llegó tan lejos que ahora hasta arriesgo tu vida…espero que me perdones…-
Comenzó a explotar el lugar y los únicos sobrevivientes eran el padre y la hija. Pero antes de llegar a la salida, un fuerte golpe de algo hizo que comenzara el techo entero en los dos. Lo único que pudo hacer el padre en ese momento fue lanzar a su hija lo más lejos posible.
*¡¡¡CRASH!!!*
Un fuerte estruendo marcó al padre de Lola siendo aplastado por todo el metal del techo. Ella solo podía ver el lugar donde el había quedado. Sin palabras y con lágrimas en sus ojos, corrió al lugar para intentar en vano cargar las pesadas barras.
¡¡¡¡Papá…por favor…papá…no me dejes sola!!!-
Ella intentaba cargar con todas sus fuerzas pero era inútil. Sus esperanzas de salvar a su padre o de sobrevivir se desvanecieron cuando el piso se abrió entre sus pies, haciéndola caer justo dentro de un gran contenedor de sustancias tóxicas. Al caer, ella intentó nadar hacía arriba, pero le era inútil, la piel le quemaba y perdía los sentidos rápidamente. Desesperada por salir, comenzó a tragar del veneno del contenedor, lo que la paralizó completamente. Solo podía ver hacia arriba, solo podía ver como todo se destruía. En eso un gran rayo de color rojo-violeta cayó en el contenedor en el que ella estaba, dándole justo en su corazón y destrozando el contenedor en mil pedazos.
Lola quedó tirada en el suelo, inconciente, desnuda, con su piel totalmente blanca y entre toda la destrucción de la bodega en la que se encontraba.
---
-¿Qué han descubierto hasta ahora?-Le preguntó Lola al Sr. Jekyll, quien estaba pegado a una computadora viendo los datos sobre el meteoro.
-Es algo impresionante.-Dijo el científico sin perder de vista la pantalla.-Ese meteoro parece tener vida propia. En las últimas horas ha aumentado su velocidad, además de que poco a poco cambia su trayectoria. Hemos descubierto que en una media hora caerá en la superficie terrestre, a unos 50 kilómetros de donde estamos nosotros. Aún así no parece representar riesgo alguno para nosotros o la raza humana. El problema es que estos datos pueden variar, ya que nuestro objetivo parece cambiar mucho sus propiedades.-
Concluyó de esa manera y continuó su trabajo. Lola, no tan satisfecha con la información del Sr. Jekyll, comenzó a merodear por todas las instalaciones, esperando que los demás investigadores tuvieran más datos que darle. Por desgracia, todos eran los mismos.
Veinte minutos se fueron volando y el meteoro estaba a punto de llegar a la Tierra, así que Lola ordenó elevar la plataforma por completo para tener una mejor perspectiva del fenómeno. Habiéndolo ordenado, uno de los trabajadores introdujo una clave en una máquina. Acto seguido, todo el piso comenzó a moverse, desprendiéndose de la plataforma de la meseta y elevándose gracias a unos tubos de titanio, los cuales movían el lugar completo hasta que este rebasara los muros.
Grandes y brillantes estrellas se podían ver en la oscura noche, mientras todos los científicos trabajaban incansablemente para determinar el punto de estrello definitivo del meteorito. La única persona que no hacía nada era Kiddo, quien solo miraba el cielo, esperando ver como caía el meteoro.
-El meteorito caerá en dos minutos, y contando.-Dijo uno de los científicos, quien no dejaba de teclear. Todos se mostraban impacientes por la llegada de algo totalmente impresionante.
¿Qué es lo que vendría en ese meteoro? ¿Lograría llegar a la superficie o se desintegraría en la atmósfera? ¿Porqué le importaba tanto? Eran las preguntas que Lola Kiddo se hacía cada segundo que pasaba.
-30 segundos y contando.-
Comenzó a sentirse un cambio en el clima. Poco a poco las pocas nubes que habían comenzabas a abrirse al meteoro como si estas también esperaran su llegada. Solo faltaban quince segundos cuando alguien gritó.
-¡El meteoro está cambiando de curso! ¡Viene hacia nosotros!-
-¿¿¿¡¡¡QUEEEE!!!???-Se oyó el coro de todas las personas en el lugar.
Se pudo ver como el meteorito entraba a la atmósfera de la Tierra, la cruzaba e iba directamente en rumbo hacia el centro de investigación. Todos huían desesperados por salir, pero era inútil. En ese instante el meteoro pasó encima de ellos, golpeando la gran antena satelital y destrozándola. Además, el polvo cósmico que desprendió al llegar creó un incendio que comenzó a hacer reacción con todas las máquinas del lugar.
En esos momentos la gran nube de humo que había dejado el meteorito comenzó a relampaguear con tal fuerza que aumentó al tamaño de las llamas en el lugar. Pero a pesar de todo el caos, Lola no se movía de su lugar, lo único que hacía era observar la gran tormenta eléctrica que caía encima de ellos.
-No…no…no puede…ser…-Balbuceó ella.
Algo en esos rayos le era familiar, de color rojo y violeta, no eran comunes, no en el planeta, pero eso no era lo que le sorprendía, la razón por la que admiraba esa tormenta era porque ese fenómeno había sido el mismo que le había cambiado su físico hace cinco años, el mismo que la había dejado huérfana y el mismo que le había dado un don especial, un don único para ella.
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-¡¡¡PAPÁ!!!-
La pequeña Lola gritaba en busca de su padre, quien se encontraba perdido en una gran fábrica, la cual se colapsaba rápidamente. Ella corría entre las ruinas y los metales que caían en busca de su padre, mientras veía como varias personas eran matadas por barras metálicas que caían del techo y por las múltiples explosiones que habían en el lugar. Pero ella solo corría, buscando a su padre con la esperanza de encontrarlo aún con vida. En eso escuchó una voz, la de su padre, que provenía de un pequeño refugio de cajas de madera. Ella se apresuró a llegar a el, al hacerlo lo abrazó con fuerza.
-Lola, debes irte de aquí.-Dijo el señor.
-No, papá, no me iré si ti.- Decía Lola, con lágrimas en sus ojos.-Vamos, hay que irnos.-
Ella tomó de la mano a su padre y con un esfuerzo logró hacer que la siguiera. Los dos comenzaron a correr, pero al ver que la niña aún era pequeña, su padre la cargó y se apresuró a salir entre las llamas y los escombros.
-Lola, perdóname por no haberte puesto atención durante estos días.-Decía el padre mientras corría.-Esta obsesión llegó tan lejos que ahora hasta arriesgo tu vida…espero que me perdones…-
Comenzó a explotar el lugar y los únicos sobrevivientes eran el padre y la hija. Pero antes de llegar a la salida, un fuerte golpe de algo hizo que comenzara el techo entero en los dos. Lo único que pudo hacer el padre en ese momento fue lanzar a su hija lo más lejos posible.
*¡¡¡CRASH!!!*
Un fuerte estruendo marcó al padre de Lola siendo aplastado por todo el metal del techo. Ella solo podía ver el lugar donde el había quedado. Sin palabras y con lágrimas en sus ojos, corrió al lugar para intentar en vano cargar las pesadas barras.
¡¡¡¡Papá…por favor…papá…no me dejes sola!!!-
Ella intentaba cargar con todas sus fuerzas pero era inútil. Sus esperanzas de salvar a su padre o de sobrevivir se desvanecieron cuando el piso se abrió entre sus pies, haciéndola caer justo dentro de un gran contenedor de sustancias tóxicas. Al caer, ella intentó nadar hacía arriba, pero le era inútil, la piel le quemaba y perdía los sentidos rápidamente. Desesperada por salir, comenzó a tragar del veneno del contenedor, lo que la paralizó completamente. Solo podía ver hacia arriba, solo podía ver como todo se destruía. En eso un gran rayo de color rojo-violeta cayó en el contenedor en el que ella estaba, dándole justo en su corazón y destrozando el contenedor en mil pedazos.
Lola quedó tirada en el suelo, inconciente, desnuda, con su piel totalmente blanca y entre toda la destrucción de la bodega en la que se encontraba.
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Re: Heroes GST
La alarma de emergencia se activó, haciendo que la plataforma bajara hacia la meseta. Cuando esto sucedió, todos los científicos comenzaron a correr a las salidas, esperando salir con vida de ahí. Pero cuando se creía que no podía empeorar, más cosas sucedieron. La antena satelital comenzó a caer, lista para aplastar a varios científicos que intentaban salir, entre ellos el Sr. Jekyll. Parecía haber terminado todo para ellos pero fue en ese entonces que la antena se detuvo. Los científicos se quedaron viendo la razón por la que la antena no había caído: Ahí se encontraba Lola, cargando con sus dos manos el pesadísimo metal. Los que estaban ahí no podían creer lo que sus ojos veían, pero era real, ella estaba cargando más de diez toneladas con sus dos manos desnudas.
-¡Rápido, salgan de aquí, yo me encargo!-
Los presentes se quedaban viendo la gran demostración de fuerza de su jefa, pero no movían un solo músculo.
-¿¡Qué están esperando!? ¡Salgan de aquí!-
-P…p…p…pero señorita Kiddo…-Intentó hablar Jekyll.-
-¿¡Qué no me oyeron!? ¡¡¡LARGO DE AQUÍ!!!-
Con ese grito, los científicos obedecieron, se levantaron y corrieron a la salida. Cuando todos se fueron, Lola comenzó a levantar la antena, arrancando lo que quedaba pegado al suelo; lo hizo lo más alto que pudo, y después la lanzó a un lugar seguro. Fue increíble el estruendo que causó la caída de la gran antena, pero a Lola no le importó. Lo que realmente le importó fueron grandes tanques de gas propano que comenzaban a incendiarse, amenazando con la vida de Kiddo.
-Sabía que no era buena idea poner esos tanques aquí…-Se dijo a si misma mientras corría a la salida. Mala fue su suerte al encontrarla totalmente bloqueada por un impresionante incendio.
*BOOOOOOM*
Los tanques explotaron, creando un caos en el lugar. Lola logró esconderse detrás de varias computadoras, pero aún así la explosión la alcanzó, danzándola hacia el piso y quemando su ropa. Ella giró para extinguir las flamas en su ropa. Después de hacerlo se levantó, solo para ver que estaba rodeada por un incendio imparable. Comenzó a retroceder, intentando ver un lugar por donde pudiera escapar, pero era inútil. Se pegó a la única pared sin fuego, esperando que se le ocurriera algo. No pasó mucho tiempo para que se volteara a la pared.
-Bueno…es hora…-
Las explosiones se acercaban cada vez más a ella, pero Lola solo se quedaba parada. Comenzó a doblar un poco los brazos y las rodillas y juntó toda la fuerza que tenía.
-Aaaahhhhhh…-
Su rostro comenzó a mostrar su gran esfuerzo.
-¡Raaaaahhhhhh!-
Sus músculos comenzaron a crecer cada vez más, y más, y más.
-¡¡¡GRRROOAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!!!-
Gritó levantando su cabeza hacia arriba, y haciendo eso, en todo su cuerpo crecieron grandes músculos. Luego volvió la vista hacia la pared y usando un solo puño le dio un fuerte golpe, destrozando por completo la pared hecha de un metal muy resistente. Después vio un gran muro de piedra, ella avanzó hacia este y con otro golpe abrió un túnel. Siguió caminando y destrozando la pared de enfrente hasta que llegó al exterior. Al hacerlo se apresuro por bajar, pero su cuerpo no le permitía correr tan rápido como acostumbraba. Entonces la meseta explotó por completo, enviándola a volar por los aires y a comenzar a rodar cuesta debajo de la montaña mientras los restos del laboratorio salían disparados por encima de ella. Siguió rodando hasta que cayó a la base de la meseta, donde comenzó a perder su musculatura poco a poco. Pero tenía suficientes energías para voltear y ver la destrucción de su centro de investigación y la tormenta que se había creado con el meteoro, la cual no cesaba y seguía arrojando sus rayos hacia el suelo.
Los científicos veían a lo lejos como las instalaciones de la meseta volaban en mil pedazos, mientras intentaban ver si Lola había salido con vida de ese lugar.
-Es inútil…-Decía Jekyll a sus colegas mientras observaba el espectáculo de luces.-…es imposible que la señorita Kiddo pudiera salir de ahí con vida. Pero… ¿Vieron lo que hizo con esa antena?-
Los que habían visto lo sucedido, de cómo Lola había cargado una pesadísima antena ella sola era algo de sorprenderse y asustarse a la vez. No solo eso, ese hecho ponía en duda la verdadera identidad de su presidenta. Aún así, con la fuerza que ella había demostrado, era prácticamente imposible que hubiera sobrevivido estando adentro de la explosión. Eso creían hasta que vieron a alguien caminando hacia ellos, una mujer de cabello naranja con su ropa totalmente rasgada, quemada y rota quien débilmente caminaba hacia ellos. Los científicos se apresuraron al lugar para auxiliarla mientras ella caía de cansancio.
-¡Señorita Kiddo!-Gritaban varios mientras la veían desfallecer.
Llegaron al lugar y la encontraron tirada bocabajo. Jekyll la levantó mientras revisaba sus signos vitales.
-¡Llamen una ambulancia!-Le decía a sus compañeros.
Pero Lola abrió los ojos al oír las voces de sus empleados.
-Sr. Jekyll…-Comenzó a hablar débilmente.-…necesito…que…-
-No se preocupe, señorita Kiddo, la ambulancia viene para acá.-Le interrumpió Jekyll.
-No…-Siguió hablando ella.-…quiero que investigue…eso…-
Y levantó la mano señalando la tormenta eléctrica de rayos rojos y violetas, pero la dejó caer a los dos segundos.
-Eso…es lo que me dio mi fuerza…lo que mató a mi padre…y me hizo…lo que soy ahora. Por favor…eso y el meteorito…tienen algo en común…se lo encargo…-
Comenzó a cerrar los ojos poco a poco, pero Jekyll intentó mantenerla despierta con unas palmadas en sus mejillas.
-Señorita Kiddo, no nos deje, la ambulancia ya viene.-
Pero ella solo sonrió.
-Se lo encargo…yo…solo voy a…dormir…-
Cerró los ojos y su cabeza se dejó ir. Jekyll intentó despertarla, creyendo que había muerto, pero mientras revisaba su pulso, ella comenzó a roncar. Efectivamente, ella estaba dormida, solo necesitaba recobrar fuerzas.
Las ambulancias llegaron cinco minutos después, llevándose a Kiddo y a los demás a la ciudad. En la de Lola, iba Jekyll, quien recordaba las palabras de su presidenta antes de quedarse dormida. Los rayos tenían algo que ver con el meteoro, se decía a si mismo. Pero no era en lo único en lo que pensaba. Su conciencia se dividía en ayudar a Kiddo o en hacer pruebas en ella y buscar el porqué tenía esa fuerza realmente, algo que le era muy difícil decidir ya que no podía hacerle eso a alguien que tuviera un don muy similar al suyo.
-¡Rápido, salgan de aquí, yo me encargo!-
Los presentes se quedaban viendo la gran demostración de fuerza de su jefa, pero no movían un solo músculo.
-¿¡Qué están esperando!? ¡Salgan de aquí!-
-P…p…p…pero señorita Kiddo…-Intentó hablar Jekyll.-
-¿¡Qué no me oyeron!? ¡¡¡LARGO DE AQUÍ!!!-
Con ese grito, los científicos obedecieron, se levantaron y corrieron a la salida. Cuando todos se fueron, Lola comenzó a levantar la antena, arrancando lo que quedaba pegado al suelo; lo hizo lo más alto que pudo, y después la lanzó a un lugar seguro. Fue increíble el estruendo que causó la caída de la gran antena, pero a Lola no le importó. Lo que realmente le importó fueron grandes tanques de gas propano que comenzaban a incendiarse, amenazando con la vida de Kiddo.
-Sabía que no era buena idea poner esos tanques aquí…-Se dijo a si misma mientras corría a la salida. Mala fue su suerte al encontrarla totalmente bloqueada por un impresionante incendio.
*BOOOOOOM*
Los tanques explotaron, creando un caos en el lugar. Lola logró esconderse detrás de varias computadoras, pero aún así la explosión la alcanzó, danzándola hacia el piso y quemando su ropa. Ella giró para extinguir las flamas en su ropa. Después de hacerlo se levantó, solo para ver que estaba rodeada por un incendio imparable. Comenzó a retroceder, intentando ver un lugar por donde pudiera escapar, pero era inútil. Se pegó a la única pared sin fuego, esperando que se le ocurriera algo. No pasó mucho tiempo para que se volteara a la pared.
-Bueno…es hora…-
Las explosiones se acercaban cada vez más a ella, pero Lola solo se quedaba parada. Comenzó a doblar un poco los brazos y las rodillas y juntó toda la fuerza que tenía.
-Aaaahhhhhh…-
Su rostro comenzó a mostrar su gran esfuerzo.
-¡Raaaaahhhhhh!-
Sus músculos comenzaron a crecer cada vez más, y más, y más.
-¡¡¡GRRROOAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!!!-
Gritó levantando su cabeza hacia arriba, y haciendo eso, en todo su cuerpo crecieron grandes músculos. Luego volvió la vista hacia la pared y usando un solo puño le dio un fuerte golpe, destrozando por completo la pared hecha de un metal muy resistente. Después vio un gran muro de piedra, ella avanzó hacia este y con otro golpe abrió un túnel. Siguió caminando y destrozando la pared de enfrente hasta que llegó al exterior. Al hacerlo se apresuro por bajar, pero su cuerpo no le permitía correr tan rápido como acostumbraba. Entonces la meseta explotó por completo, enviándola a volar por los aires y a comenzar a rodar cuesta debajo de la montaña mientras los restos del laboratorio salían disparados por encima de ella. Siguió rodando hasta que cayó a la base de la meseta, donde comenzó a perder su musculatura poco a poco. Pero tenía suficientes energías para voltear y ver la destrucción de su centro de investigación y la tormenta que se había creado con el meteoro, la cual no cesaba y seguía arrojando sus rayos hacia el suelo.
Los científicos veían a lo lejos como las instalaciones de la meseta volaban en mil pedazos, mientras intentaban ver si Lola había salido con vida de ese lugar.
-Es inútil…-Decía Jekyll a sus colegas mientras observaba el espectáculo de luces.-…es imposible que la señorita Kiddo pudiera salir de ahí con vida. Pero… ¿Vieron lo que hizo con esa antena?-
Los que habían visto lo sucedido, de cómo Lola había cargado una pesadísima antena ella sola era algo de sorprenderse y asustarse a la vez. No solo eso, ese hecho ponía en duda la verdadera identidad de su presidenta. Aún así, con la fuerza que ella había demostrado, era prácticamente imposible que hubiera sobrevivido estando adentro de la explosión. Eso creían hasta que vieron a alguien caminando hacia ellos, una mujer de cabello naranja con su ropa totalmente rasgada, quemada y rota quien débilmente caminaba hacia ellos. Los científicos se apresuraron al lugar para auxiliarla mientras ella caía de cansancio.
-¡Señorita Kiddo!-Gritaban varios mientras la veían desfallecer.
Llegaron al lugar y la encontraron tirada bocabajo. Jekyll la levantó mientras revisaba sus signos vitales.
-¡Llamen una ambulancia!-Le decía a sus compañeros.
Pero Lola abrió los ojos al oír las voces de sus empleados.
-Sr. Jekyll…-Comenzó a hablar débilmente.-…necesito…que…-
-No se preocupe, señorita Kiddo, la ambulancia viene para acá.-Le interrumpió Jekyll.
-No…-Siguió hablando ella.-…quiero que investigue…eso…-
Y levantó la mano señalando la tormenta eléctrica de rayos rojos y violetas, pero la dejó caer a los dos segundos.
-Eso…es lo que me dio mi fuerza…lo que mató a mi padre…y me hizo…lo que soy ahora. Por favor…eso y el meteorito…tienen algo en común…se lo encargo…-
Comenzó a cerrar los ojos poco a poco, pero Jekyll intentó mantenerla despierta con unas palmadas en sus mejillas.
-Señorita Kiddo, no nos deje, la ambulancia ya viene.-
Pero ella solo sonrió.
-Se lo encargo…yo…solo voy a…dormir…-
Cerró los ojos y su cabeza se dejó ir. Jekyll intentó despertarla, creyendo que había muerto, pero mientras revisaba su pulso, ella comenzó a roncar. Efectivamente, ella estaba dormida, solo necesitaba recobrar fuerzas.
Las ambulancias llegaron cinco minutos después, llevándose a Kiddo y a los demás a la ciudad. En la de Lola, iba Jekyll, quien recordaba las palabras de su presidenta antes de quedarse dormida. Los rayos tenían algo que ver con el meteoro, se decía a si mismo. Pero no era en lo único en lo que pensaba. Su conciencia se dividía en ayudar a Kiddo o en hacer pruebas en ella y buscar el porqué tenía esa fuerza realmente, algo que le era muy difícil decidir ya que no podía hacerle eso a alguien que tuviera un don muy similar al suyo.
Última edición por Virtual el Mar 27 Mayo 2008 - 0:29, editado 1 vez
Virtual- Jounin Ninja
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Capítulo 2
Capítulo 2
El hombre de la armada muerta
Un auto del año color rojo se estaciona en la cochera de una casa de dos pisos en unos suburbios al norte de la ciudad de Giesti. De el se baja una pareja vestida de gala; el hombre de traje negro y la mujer de vestido rojo brillante. Sin hablar, van hasta la entrada de su puerta, en la que el saca sus llaves y abre la puerta. Apenas entran y sienten como si se les quitara un peso de encima a los dos, ya que suspiran al mismo tiempo.
-Por fin, ya me estaba hartando de tanta farsa.-Dijo el hombre.
-Y me lo dices a mi, no se porqué seguimos asistiendo a esas fiestas para estirados.- Le respondió ella.
Los dos caminaros hacia la sala de estar, un lujoso lugar en la casa con mueblería refinada, televisión LCD, y comedor chico, ya que ellos no tenían hijos.
Esta pareja era reconocida por ser grandes empresarios, tanto que eran invitados a las fiestas más exclusivas de la ciudad, algo que ellos odiaban, pero no rechazaban solo por mera educación.
Elric era de estatura grande, cabello medio largo y castaño, algo flaco, pero bien parecido. El era un vendedor muy respetable en el estado, razón por la cual se ganó la admiración de muchas empresas. Meg, la esposa, era la colaboradora directa de Elric. A pesar de creerse que ella había sido ascendida a ese puesto solo por ser la esposa, en realidad era una as de las finanzas capaz de sacar a la bolsa de valores de la crisis más severa. Era de cabello largo y pelirrojo; delgada y de busto grande, además de ser muy hermosa, razón por la cual muchos la seguían, pero ella fielmente ignoraba toda relación fuera del matrimonio.
Elric se sentó en un sillón frente a la televisión, agarró el control remoto y la encendió, apareciendo las noticias de la noche. En el reloj de la televisión marcaban las 00:17, muy noche, pero la pareja tenía insomnio. Meg, mientras tanto, fue a la cocina a cocinar la cena. Al parecer la comida del evento no les había gustado y querían probar algo casero, a pesar de ser altas horas de la noche.
-¿Qué quieres de cenar, cariño?-Le preguntó Meg a Elric.
-Lo que sea está bien, con tal de quitarme el mal sabor de boca de la fiesta.-
-Oh, vamos, no estuvo tan mal la comida, ¿o si?-
-No me refiero a la comida, sino a lo que sucedió en la fiesta. Siempre es lo mismo. Que como lograste llegar a donde estás. Que si no pienso llegar a nivel Internacional. Que si los acompañaré a la próxima fiesta. Premiaciones tontas, personas esnobs…además no lleno con la comida de ese lugar.-
-Tu nunca llenas con nada.-Le dijo Meg mientras lanzaba una pequeña risa.
Elric siguió viendo las noticias, cuando en estas llegó una noticia de última hora:
-Nos ha llegado una noticia de última hora. Al parecer, un meteorito, que se supone que rodearía a la Tierra durante su transcurso por el espacio cambió de rumbo y se dirige hacia nuestro planeta. Este meteorito no representa peligro alguno para la vida de la Tierra, según las estadísticas que nos acaban de llegar...-
Y mostraron en la pantalla todo tipo de gráficas, desde la velocidad hasta el punto donde caería.
-¿Si oíste?-Le dijo Elric a Meg.
-Si, pero dijeron que no pasaría nada, tal vez ni llegue a caer.-
Elric se quedó pensativo, no sabía porque, pero ese meteoro le causaba escalofríos, como si algo malo fuera a suceder.
-No se, pero algo me dice que ese meteorito no es común…-El habló.
-Ya dijeron que no pasará nada, deja de preocuparte.- Le decía Meg mientras se asomaba por la puerta de la cocina.
-Es que…tengo un mal presentimiento…-
Meg salió de la cocina y se dirigió hacia su esposo. Se detuvo detrás del sofá donde el estaba sentado.
-Mal presentimiento…tu siempre tienes malos presentimientos. Solo estás fastidiado por la fiesta, es todo.-
-No, no es la fiesta,-Le respondía a Meg.-es diferente, no se porqué me preocupo tanto.-
Meg le puso sus manos en los hombros de Elric. Después de eso, comenzó a darle un masaje para que se tranquilizara.
-Tranquilo, solo estás estresado. Te diré que haremos, iremos a la mesa, cenaremos y luego…-
Ella se acercó al oído de Elric y le habló con voz sensual.
-…Nos vamos a dormir. ¿Qué te parece?-
En el rostro de Elric se formó una sonrisa de satisfacción al oír a su esposa susurrarle en el oído. Y ya con una noche perfecta asegurada, se levantó para cenar. Pero antes de dirigirse a la mesa, en las noticias pasaron otro boletín especial.
-Noticia de última hora. El meteorito ha caído, pero su trayectoria fue cambiada repentinamente. Además, según nos informan, este ha arrasado también con un centro de investigación de la compañía Kiddo Enterprises. Se buscan sobrevivientes del desastre por el momento, y mientras tanto, tenemos la transmisión en vivo del lugar de caída del meteoro.
Después pasaron a un reportero justo en frente de lo que parecía ser un meteoro no muy grande.
Muchas gracias. Ahora mismo me encuentro frente al meteorito que acaba de caer. Las autoridades han llegado y ya se comenzó a hacer una investigación sobre esta piedra, la cual no se desintegró en la atmósfera, como muchos astrónomos creían. La caída del meteorito también creó una tormenta eléctrica muy peculiar…
Elric se detuvo al ver la tormenta por televisión y su rostro se palideció. Esa tormenta le era muy familiar, como si ya la hubiera visto antes. Meg se le quedó viendo con cara de duda, ya que no sabía lo que le sucedía.
-¿Qué te pasa?-Le dijo Meg.
-Esa tormenta…es…-
-¿Qué? ¿Qué es eso? Parece que sabes algo de eso, verdad?-
-…Tengo que ir, algo no está bien…-
Se apresuró a la puerta, tomó las llaves del auto de la mesa del vestíbulo y ni siquiera tomó su saco para completar su traje de gala. Abrió la puerta pero antes de irse Meg lo detuvo del brazo.
-Elric,-Le exigió.-Necesito saber que pasa con esa tormenta. ¿Porqué estás tan apurado?-
-Meg, esa tormenta me dio mis poderes.-
Y sin decirle nada más, salió de la casa, subió a su auto, lo encendió y pisó a fondo para salir lo más pronto posible. Se oyó como las llantas rechinaban al acelerar. Dio la vuelta para enderezar el auto y sin despedirse de su esposa, arrancó. Meg se quedó ahí, frente a la puerta, pensativa y preocupada. Ella ya sabía de los poderes de Elric, pero no tenía idea de cómo habían surgido, y al verlo apresurarse de esa manera, sabia que era grave.
El hombre de la armada muerta
Un auto del año color rojo se estaciona en la cochera de una casa de dos pisos en unos suburbios al norte de la ciudad de Giesti. De el se baja una pareja vestida de gala; el hombre de traje negro y la mujer de vestido rojo brillante. Sin hablar, van hasta la entrada de su puerta, en la que el saca sus llaves y abre la puerta. Apenas entran y sienten como si se les quitara un peso de encima a los dos, ya que suspiran al mismo tiempo.
-Por fin, ya me estaba hartando de tanta farsa.-Dijo el hombre.
-Y me lo dices a mi, no se porqué seguimos asistiendo a esas fiestas para estirados.- Le respondió ella.
Los dos caminaros hacia la sala de estar, un lujoso lugar en la casa con mueblería refinada, televisión LCD, y comedor chico, ya que ellos no tenían hijos.
Esta pareja era reconocida por ser grandes empresarios, tanto que eran invitados a las fiestas más exclusivas de la ciudad, algo que ellos odiaban, pero no rechazaban solo por mera educación.
Elric era de estatura grande, cabello medio largo y castaño, algo flaco, pero bien parecido. El era un vendedor muy respetable en el estado, razón por la cual se ganó la admiración de muchas empresas. Meg, la esposa, era la colaboradora directa de Elric. A pesar de creerse que ella había sido ascendida a ese puesto solo por ser la esposa, en realidad era una as de las finanzas capaz de sacar a la bolsa de valores de la crisis más severa. Era de cabello largo y pelirrojo; delgada y de busto grande, además de ser muy hermosa, razón por la cual muchos la seguían, pero ella fielmente ignoraba toda relación fuera del matrimonio.
Elric se sentó en un sillón frente a la televisión, agarró el control remoto y la encendió, apareciendo las noticias de la noche. En el reloj de la televisión marcaban las 00:17, muy noche, pero la pareja tenía insomnio. Meg, mientras tanto, fue a la cocina a cocinar la cena. Al parecer la comida del evento no les había gustado y querían probar algo casero, a pesar de ser altas horas de la noche.
-¿Qué quieres de cenar, cariño?-Le preguntó Meg a Elric.
-Lo que sea está bien, con tal de quitarme el mal sabor de boca de la fiesta.-
-Oh, vamos, no estuvo tan mal la comida, ¿o si?-
-No me refiero a la comida, sino a lo que sucedió en la fiesta. Siempre es lo mismo. Que como lograste llegar a donde estás. Que si no pienso llegar a nivel Internacional. Que si los acompañaré a la próxima fiesta. Premiaciones tontas, personas esnobs…además no lleno con la comida de ese lugar.-
-Tu nunca llenas con nada.-Le dijo Meg mientras lanzaba una pequeña risa.
Elric siguió viendo las noticias, cuando en estas llegó una noticia de última hora:
-Nos ha llegado una noticia de última hora. Al parecer, un meteorito, que se supone que rodearía a la Tierra durante su transcurso por el espacio cambió de rumbo y se dirige hacia nuestro planeta. Este meteorito no representa peligro alguno para la vida de la Tierra, según las estadísticas que nos acaban de llegar...-
Y mostraron en la pantalla todo tipo de gráficas, desde la velocidad hasta el punto donde caería.
-¿Si oíste?-Le dijo Elric a Meg.
-Si, pero dijeron que no pasaría nada, tal vez ni llegue a caer.-
Elric se quedó pensativo, no sabía porque, pero ese meteoro le causaba escalofríos, como si algo malo fuera a suceder.
-No se, pero algo me dice que ese meteorito no es común…-El habló.
-Ya dijeron que no pasará nada, deja de preocuparte.- Le decía Meg mientras se asomaba por la puerta de la cocina.
-Es que…tengo un mal presentimiento…-
Meg salió de la cocina y se dirigió hacia su esposo. Se detuvo detrás del sofá donde el estaba sentado.
-Mal presentimiento…tu siempre tienes malos presentimientos. Solo estás fastidiado por la fiesta, es todo.-
-No, no es la fiesta,-Le respondía a Meg.-es diferente, no se porqué me preocupo tanto.-
Meg le puso sus manos en los hombros de Elric. Después de eso, comenzó a darle un masaje para que se tranquilizara.
-Tranquilo, solo estás estresado. Te diré que haremos, iremos a la mesa, cenaremos y luego…-
Ella se acercó al oído de Elric y le habló con voz sensual.
-…Nos vamos a dormir. ¿Qué te parece?-
En el rostro de Elric se formó una sonrisa de satisfacción al oír a su esposa susurrarle en el oído. Y ya con una noche perfecta asegurada, se levantó para cenar. Pero antes de dirigirse a la mesa, en las noticias pasaron otro boletín especial.
-Noticia de última hora. El meteorito ha caído, pero su trayectoria fue cambiada repentinamente. Además, según nos informan, este ha arrasado también con un centro de investigación de la compañía Kiddo Enterprises. Se buscan sobrevivientes del desastre por el momento, y mientras tanto, tenemos la transmisión en vivo del lugar de caída del meteoro.
Después pasaron a un reportero justo en frente de lo que parecía ser un meteoro no muy grande.
Muchas gracias. Ahora mismo me encuentro frente al meteorito que acaba de caer. Las autoridades han llegado y ya se comenzó a hacer una investigación sobre esta piedra, la cual no se desintegró en la atmósfera, como muchos astrónomos creían. La caída del meteorito también creó una tormenta eléctrica muy peculiar…
Elric se detuvo al ver la tormenta por televisión y su rostro se palideció. Esa tormenta le era muy familiar, como si ya la hubiera visto antes. Meg se le quedó viendo con cara de duda, ya que no sabía lo que le sucedía.
-¿Qué te pasa?-Le dijo Meg.
-Esa tormenta…es…-
-¿Qué? ¿Qué es eso? Parece que sabes algo de eso, verdad?-
-…Tengo que ir, algo no está bien…-
Se apresuró a la puerta, tomó las llaves del auto de la mesa del vestíbulo y ni siquiera tomó su saco para completar su traje de gala. Abrió la puerta pero antes de irse Meg lo detuvo del brazo.
-Elric,-Le exigió.-Necesito saber que pasa con esa tormenta. ¿Porqué estás tan apurado?-
-Meg, esa tormenta me dio mis poderes.-
Y sin decirle nada más, salió de la casa, subió a su auto, lo encendió y pisó a fondo para salir lo más pronto posible. Se oyó como las llantas rechinaban al acelerar. Dio la vuelta para enderezar el auto y sin despedirse de su esposa, arrancó. Meg se quedó ahí, frente a la puerta, pensativa y preocupada. Ella ya sabía de los poderes de Elric, pero no tenía idea de cómo habían surgido, y al verlo apresurarse de esa manera, sabia que era grave.
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Re: Heroes GST
Elric avanzaba a toda velocidad por las vacías calles de Giesti, preocupado por lo que pudiera suceder. Esa tormenta hacía que varios malos recuerdos llegaran a su cabeza, recuerdos que le aterraban, pero que a la vez recordaba con cariño.
---
Una fuerte lluvia caía en el cementerio sur de Giesti. Varias personas vestidas de negro y paraguas se retiraban del lugar. Una cuantas se quedaban ahí otro rato, pero se iban. Veinte minutos después solo quedaba una persona frente a la lápida. Elric la miraba fijamente. Una lápida donde solo decía “Aquí descansa Aya Natsume”. Rayos caían cada segundo, pero a el no le importaba, solo miraba la lápida, pensando sobre la chica que se encontraba en la tumba.
-Aquí termina todo.-Comenzó a decirse a si mismo.-No puedo creer que en tan poco tiempo te perdería. Solo medio año…medio año basto para conocerte y para que te separaras de mi. No importa. Se que lo mejor es seguir adelante, pero no se si podré ahora que no estás conmigo.-
Buscó en su bolsillo y sacó un pequeño paquete. Lo abrió y dentro de este había un anillo con un pequeño diamante.
-Yo que quería quedarme contigo para siempre…-
Rayos comenzaron a caer cada vez más fuerte, al grado de hacer que Elric intentara protegerse. En eso uno cayó directamente en un árbol cerca de el, destrozándolo por completo. El sabía que no era buena idea seguir ahí, así que recitó sus últimas palabras a la difunta.
-Ojala pudiera traerte a la vida…-
Un rayo cayó directamente en la tumba de Aya, destrozándola por completo. Elric se cubrió, pero fue lanzado por la descarga. Cuando cayó, intentó enderezarse lo más rápido que pudo, pero fue inútil, ya que otro rayo cayó encima de el, golpeándolo con una descarga tremenda. Solo se pudo oír en ese momento el grito de dolor de Elric al ser golpeado por el rayo. Se quedó en el suelo, mientras la lluvia golpeaba su cuerpo y perdía el conocimiento, pero antes de hacerlo vio a una chica totalmente pálida y de traje fúnebre que lo observaba con una mirada gris y muerta.
-Oye, despierta… ¿Estás bien?-
Elric abrió los ojos y vio a una chica muy bonita, pelirroja y vestida de negro. Ella lo miraba fijamente, preocupada.
-¿Qué te sucedió?-
El seguía tirado en la tierra, en el mismo cementerio, solo que ya no llovía. Intentó levantarse, pero aún sentía su cuerpo adolorido. Ella, al ver su esfuerzo, lo ayudó a enderezarse un poco.
-…Gracias…-Dijo el.
Ella le sonrió, viendo que se encontraba sano.
-¿Y tu eres…?-Le dijo a ella mientras se levantaba con su ayuda.
-Llámame Meg.-
-Mucho gusto,-Le dijo al levantarse.-soy Elric. ¿Qué haces aquí?-
-Yo venía al funeral de una prima, pero creo que llegué tarde. Además, creo que su lápida está…como decirlo, destrozada.-
Y miraron la lápida de Aya, la cual estaba destruida por completo por el rayo que le había caído encima.
-¿Tu eres prima de Aya?-Le preguntó a Meg.
-Si. ¿La conociste?-
-Ella era…una amiga.-
-¿Eran amigos? Nunca me contó sobre ti.-
Dejaron de ver la lápida y se miraron a ellos. De repente cada uno sintió que se le revolvía el estómago. Había algo entre ellos.
-Y… ¿que pasará con la lápida?-Preguntó Elric.
-La lápida no importa, puedo pedir otra.-Sonrió ella.
Se miraron a los ojos por un momento, hasta que supieron lo que hacían y voltearon a otro lado, apenados.
-Y... ¿te gustaría ir a tomar café conmigo?-Le dijo a Meg.
Ella volteó a verlo, aún apenada, y le respondió.
-Me encantaría… ¿pero no crees que deberías tomar un baño?-
Elric se vio a si mismo, su traje estaba totalmente enlodado. En eso, Meg comenzó a reírse. Luego, sacó una pluma y un papel, escribió algo y se lo dio a Elric.
-Toma, ese lugar a esa hora. Se puntual.-
Y se retiró. El veía como se iba caminando por las demás lápidas hasta desaparecer por los árboles. Al parecer no todo estaba perdido para el, ya que creía que se había vuelto a enamorar. Pero también varios pensamientos divagaban por su mente. ¿Cómo era posible que hubiera sobrevivido a aquel rayo? ¿Y esa persona que vio antes de desmayarse, era Aya?
---
---
Una fuerte lluvia caía en el cementerio sur de Giesti. Varias personas vestidas de negro y paraguas se retiraban del lugar. Una cuantas se quedaban ahí otro rato, pero se iban. Veinte minutos después solo quedaba una persona frente a la lápida. Elric la miraba fijamente. Una lápida donde solo decía “Aquí descansa Aya Natsume”. Rayos caían cada segundo, pero a el no le importaba, solo miraba la lápida, pensando sobre la chica que se encontraba en la tumba.
-Aquí termina todo.-Comenzó a decirse a si mismo.-No puedo creer que en tan poco tiempo te perdería. Solo medio año…medio año basto para conocerte y para que te separaras de mi. No importa. Se que lo mejor es seguir adelante, pero no se si podré ahora que no estás conmigo.-
Buscó en su bolsillo y sacó un pequeño paquete. Lo abrió y dentro de este había un anillo con un pequeño diamante.
-Yo que quería quedarme contigo para siempre…-
Rayos comenzaron a caer cada vez más fuerte, al grado de hacer que Elric intentara protegerse. En eso uno cayó directamente en un árbol cerca de el, destrozándolo por completo. El sabía que no era buena idea seguir ahí, así que recitó sus últimas palabras a la difunta.
-Ojala pudiera traerte a la vida…-
Un rayo cayó directamente en la tumba de Aya, destrozándola por completo. Elric se cubrió, pero fue lanzado por la descarga. Cuando cayó, intentó enderezarse lo más rápido que pudo, pero fue inútil, ya que otro rayo cayó encima de el, golpeándolo con una descarga tremenda. Solo se pudo oír en ese momento el grito de dolor de Elric al ser golpeado por el rayo. Se quedó en el suelo, mientras la lluvia golpeaba su cuerpo y perdía el conocimiento, pero antes de hacerlo vio a una chica totalmente pálida y de traje fúnebre que lo observaba con una mirada gris y muerta.
-Oye, despierta… ¿Estás bien?-
Elric abrió los ojos y vio a una chica muy bonita, pelirroja y vestida de negro. Ella lo miraba fijamente, preocupada.
-¿Qué te sucedió?-
El seguía tirado en la tierra, en el mismo cementerio, solo que ya no llovía. Intentó levantarse, pero aún sentía su cuerpo adolorido. Ella, al ver su esfuerzo, lo ayudó a enderezarse un poco.
-…Gracias…-Dijo el.
Ella le sonrió, viendo que se encontraba sano.
-¿Y tu eres…?-Le dijo a ella mientras se levantaba con su ayuda.
-Llámame Meg.-
-Mucho gusto,-Le dijo al levantarse.-soy Elric. ¿Qué haces aquí?-
-Yo venía al funeral de una prima, pero creo que llegué tarde. Además, creo que su lápida está…como decirlo, destrozada.-
Y miraron la lápida de Aya, la cual estaba destruida por completo por el rayo que le había caído encima.
-¿Tu eres prima de Aya?-Le preguntó a Meg.
-Si. ¿La conociste?-
-Ella era…una amiga.-
-¿Eran amigos? Nunca me contó sobre ti.-
Dejaron de ver la lápida y se miraron a ellos. De repente cada uno sintió que se le revolvía el estómago. Había algo entre ellos.
-Y… ¿que pasará con la lápida?-Preguntó Elric.
-La lápida no importa, puedo pedir otra.-Sonrió ella.
Se miraron a los ojos por un momento, hasta que supieron lo que hacían y voltearon a otro lado, apenados.
-Y... ¿te gustaría ir a tomar café conmigo?-Le dijo a Meg.
Ella volteó a verlo, aún apenada, y le respondió.
-Me encantaría… ¿pero no crees que deberías tomar un baño?-
Elric se vio a si mismo, su traje estaba totalmente enlodado. En eso, Meg comenzó a reírse. Luego, sacó una pluma y un papel, escribió algo y se lo dio a Elric.
-Toma, ese lugar a esa hora. Se puntual.-
Y se retiró. El veía como se iba caminando por las demás lápidas hasta desaparecer por los árboles. Al parecer no todo estaba perdido para el, ya que creía que se había vuelto a enamorar. Pero también varios pensamientos divagaban por su mente. ¿Cómo era posible que hubiera sobrevivido a aquel rayo? ¿Y esa persona que vio antes de desmayarse, era Aya?
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Re: Heroes GST
Elric llegó al lugar donde había caído el meteorito, un terreno cerca de la carretera que conecta a la ciudad Giesti de la ciudad Cross. La tormenta comenzaba a cesar pero eso no le importaba. El quería saber qué tenía que ver el meteorito con sus poderes. Se bajó del auto y comenzó a correr al lugar, el cual estaba repleto de autos y camiones que tenían las luces encendidas. Llegó, solo para encontrar varias personas tiradas en el suelo, gente vestida de traje antiradiactividad, reporteros y mirones que querían ver que pasaba. Se acercó a ellas, para ver que les sucedía. Pero al intentar despertarlos, solo se dio cuenta de que estaban sin vida. Toda la gente tirada en ese lugar había muerto. Se podía ver por la sangre que salía de sus orejas. Elric volteó a uno, el reportero que vio en la televisión, y pudo ver su rostro: De sus ojos y de su nariz salía sangre, la cual aún estaba fresca, por lo cual habían muerto hace poco.
-¿Qué pasó aquí? ¿Quién es el responsable de esto?-
Lo dejó en el suelo y se levantó. Volteó la mirada al meteorito para ver si había alguien ahí. Comenzó a acercarse a el, pero antes de llegar, oyó la voz de una persona.
-Oye, no vayas allá, escóndete.-
El volteó hacia donde oyó la voz y vio a uno de los que trabajaban para las noticias escondido detrás de una roca. Elric se apresuró a ir con el. Al llegar le preguntó:
-¿Qué sucedió aquí?-
El reportero se veía muy agitado, ya que miraba para todos los lados, pero aún así le respondió.
-Un extraterrestre.-
-¿Qué?
-Si, un extraterrestre salió de esa cosa y comenzó a matar a todos.-
Elric volteó al meteorito, este aún estaba caliente, ya que humeaba mucho, pero no veía nada moviéndose.
-¿Cómo los mató?-Preguntó Elric.
-No lo se, muchas personas comenzaron a mirarlo cuando salió de ahí y de repente cayeron al suelo muertos…creo que algo pasa si los miras a los ojos, pero no se realmentAAAGGGGHHHH!!!-
La persona fue atravesada por el pecho por una mano esquelética, de color café verdoso y de grandes garras. El gritaba de dolor, mientras que Elric se hacía para atrás al verlo siendo asesinado por lo que fuera que estuviera detrás de el. La cosa retiró la mano del reportero, el cual, ya muerto, cayó al suelo. Entonces pudo ver a su atacante. Un ser humanoide, de piel café-verdoso, ojos grandes y rojos, dientes afilados y gran cabeza. Su cuerpo era ancho, y por lo que le había hecho a esa persona, también era fuerte. Sus brazos y piernas eran gruesos, con garras afiladas. No llevaba vestimenta, más bien parecía como una bestia salvaje.
Elric se volteó lo más rápido que pudo, recordando las palabras del reportero de no verlo a los ojos y comenzó a correr. El extraterrestre, usando sus brazos y sus piernas, corrió detrás de el. Elric no se detuvo, pero al ver que estaba en peligro de muerte, gritó y comenzó a moverse la tierra. Al hacer esto, comenzaron a salir personas de aspecto terrorífico, los cuales, apenas se liberaban de la tierra, se lanzaban a atacar al mounstro. Este se detuvo para defenderse de los zombies que Elric, quien dejó de correr al oír la batalla, había invocado.
Los zombies atacaban sin piedad al extraterrestre, el cual los eliminaba con facilidad. Al ver que su ejército caía, Elric comenzó a invocar más zombies, los cuales no dejaban de atacar al mounstro espacial. Pero el comenzaba a cansarse, el traer muertos a la vida lo agotaba rápidamente. Aún así la batalla continuaba. Cada segundo que pasaba el extraterrestre era seriamente dañado, pero no se detenía a pesar de sus heridas.
-¡Ya muérete, maldita sea!-Gritaba Elric mientras seguía invocando zombies.
Llegó un momento en la pelea en la que el mounstro dejó de golpear a los muertos vivientes. Solo se quedó parado mientras el ejército de Elric lo masacraba. Luego de suficientes golpes, este cayó al suelo rendido. Los zombies se detuvieron al ver que su enemigo quedaba inmóvil, después de eso, todos cayeron al suelo y se desvanecieron en la oscuridad, ya que la batalla había acabado.
Elric se quedó viendo a la criatura vencida, con varios huesos descubiertos por las mordeduras y rasguños de zombies.
-¿Qué demonios era esa cosa?-Decía mientras se sentaba en el suelo, dándole la espalda al cadáver del extraterrestre.
Mientras se hacía esas preguntas y recuperaba sus energías, no se dio cuenta de que algo se le acercaba. El mounstro se movía lentamente detrás de el, pero Elric no se daba cuenta. Llegó justo a donde estaba, comenzó a levantar sus garras, listo para encajárselas en la espalda, lanzó un gruñido, el cual paralizó a Elric y…
*BOOOM*
Se oyeron tres disparos que dieron directo en la cabeza de la criatura. Elric se volteó para verlo caer justo a su lado, y para ver quien había sido el que había disparado.
-Que sería de ti sin mi, cariño.-Bromeaba Meg mientras sostenía dos Magnums en sus manos. Traía el mismo vestido de la fiesta, haciéndola ver más “fatale”. Guardó sus armas y corrió hacia su esposo. Llegó a el, ignorando el cadáver y lo ayudó a levantarse.
-¿Estás bien?-Le preguntó.
-Define bien.-Respondió Elric.
Elric se levantó y los dos comenzaron a dirigirse al auto. Llegaron, pero por desgracia no había terminado. El mounstro se levantó de repente y comenzó a rugir sin parar. Los dos voltearon a verlo, asustados porque parecía que era invencible. Meg sacó sus armas, metió a Elric al carro y le dijo:
-Ahora es mi turno, quédate aquí.-
Caminó hacia el extraterrestre, quien movía sus garras de un lado al otro como loco. Meg comenzó a dispararle directo a la cabeza, pero ni eso lo detenía.
-¡Cuidado, no lo mires a los ojos!-Le advertía Elric.
Pero la criatura no miraba, solo se acercaba mientras atacaba peligrosamente. Meg seguía disparando, pero no tenía ningún efecto. Cada vez se acercaba más hacia donde estaban ellos, haciéndolos desesperarse más.
-¡Maldición, no se muere!-Meg gritaba.
Eran pocos metros los que separaban al mounstro de la pareja cuando se oyó una motocicleta que iba rápidamente al lugar. Los dos voltearon hacia donde se oía; una moto de color negro con blanco se acercaba a gran velocidad, conducida por alguien con casco, de chaqueta negra y pantalón de mezclilla. Llegó a donde estaban ellos y si bajar la velocidad atropelló al extraterrestre, mandándolo a volar por los aires. Se detuvo al ver como este rodaba por el suelo por el impacto. Se detuvo de girar, e inmediatamente se levantó y corrió hacia su atacante. El motociclista, sin quitarse el casco, se bajó de su moto y con un movimiento de sus brazos, sacó fuego de sus manos quemando al mounstro y haciéndolo detenerse. Este comenzó a gritar de dolor, el fuego le hacía mucho daño. Mientras, el motociclista abrió una parte de su moto y sacó una espada mediana, de metal negro y mango rojo. Luego corrió directamente hacia el extraterrestre y con un movimiento de su espada le cortó la cabeza, dándole fin a sus gritos y a su vida. Su cabeza, aún incendiándose, rodó por el suelo, y su cuerpo se quedó parado por un instante hasta que por fin cayó inerte.
La pareja se quedó viéndolo, agradecida por salvarlos. El motociclista se volteó a verlos a los dos, fue a su motocicleta y guardó su espada. Luego se dirigió con ellos.
-¿Están bien?-Les preguntó mientras se quitaba el casco. Al verlo se dieron cuenta de que era más joven de lo que creían, tal vez de 16 años. Era de cabello corto pero rebelde, ojos cafés y su rostro delataba su juventud.
-Si…gracias por ayudarnos.-Le dijo Elric.
-¿Tu tienes poderes?-Le preguntó Meg.
-Ehh…bueno…-Se puso nervioso el joven.
-No te preocupes, yo también tengo, no hay razón para ocultarlo.-Elric lo calmó.
El motociclista sonrió, después se dirigió a su moto y se subió, listo para irse.
-Espera,-Le dijo Meg.- ¿No nos vas a decir tu nombre?-
-Será para la próxima.-
Y con eso arrancó y se fue, dejando a los dos con la duda.
Minutos después llegó la policía, el ejército, ambulancias y reporteros al lugar, pero Elric y Meg ya se habían ido. Lo único que quedaba en el lugar eran los cuerpos de las personas que el decapitado extraterrestre había matado, los vehículos y el meteorito que aún humeaba. Todos se quedaban con la duda de qué había sucedido, pero solo los que habían estado ahí y sobrevivido lo sabían. Nadie sabía que aún se encontraba alguien que lo había visto todo, alguien que miraba desde una colina a todas las personas que admiraban con terror la masacre que había sucedido en ese lugar. Se retiró de ahí, subió a una motocicleta totalmente negra y se fue, oculto entre la oscuridad de la noche.
-¿Qué pasó aquí? ¿Quién es el responsable de esto?-
Lo dejó en el suelo y se levantó. Volteó la mirada al meteorito para ver si había alguien ahí. Comenzó a acercarse a el, pero antes de llegar, oyó la voz de una persona.
-Oye, no vayas allá, escóndete.-
El volteó hacia donde oyó la voz y vio a uno de los que trabajaban para las noticias escondido detrás de una roca. Elric se apresuró a ir con el. Al llegar le preguntó:
-¿Qué sucedió aquí?-
El reportero se veía muy agitado, ya que miraba para todos los lados, pero aún así le respondió.
-Un extraterrestre.-
-¿Qué?
-Si, un extraterrestre salió de esa cosa y comenzó a matar a todos.-
Elric volteó al meteorito, este aún estaba caliente, ya que humeaba mucho, pero no veía nada moviéndose.
-¿Cómo los mató?-Preguntó Elric.
-No lo se, muchas personas comenzaron a mirarlo cuando salió de ahí y de repente cayeron al suelo muertos…creo que algo pasa si los miras a los ojos, pero no se realmentAAAGGGGHHHH!!!-
La persona fue atravesada por el pecho por una mano esquelética, de color café verdoso y de grandes garras. El gritaba de dolor, mientras que Elric se hacía para atrás al verlo siendo asesinado por lo que fuera que estuviera detrás de el. La cosa retiró la mano del reportero, el cual, ya muerto, cayó al suelo. Entonces pudo ver a su atacante. Un ser humanoide, de piel café-verdoso, ojos grandes y rojos, dientes afilados y gran cabeza. Su cuerpo era ancho, y por lo que le había hecho a esa persona, también era fuerte. Sus brazos y piernas eran gruesos, con garras afiladas. No llevaba vestimenta, más bien parecía como una bestia salvaje.
Elric se volteó lo más rápido que pudo, recordando las palabras del reportero de no verlo a los ojos y comenzó a correr. El extraterrestre, usando sus brazos y sus piernas, corrió detrás de el. Elric no se detuvo, pero al ver que estaba en peligro de muerte, gritó y comenzó a moverse la tierra. Al hacer esto, comenzaron a salir personas de aspecto terrorífico, los cuales, apenas se liberaban de la tierra, se lanzaban a atacar al mounstro. Este se detuvo para defenderse de los zombies que Elric, quien dejó de correr al oír la batalla, había invocado.
Los zombies atacaban sin piedad al extraterrestre, el cual los eliminaba con facilidad. Al ver que su ejército caía, Elric comenzó a invocar más zombies, los cuales no dejaban de atacar al mounstro espacial. Pero el comenzaba a cansarse, el traer muertos a la vida lo agotaba rápidamente. Aún así la batalla continuaba. Cada segundo que pasaba el extraterrestre era seriamente dañado, pero no se detenía a pesar de sus heridas.
-¡Ya muérete, maldita sea!-Gritaba Elric mientras seguía invocando zombies.
Llegó un momento en la pelea en la que el mounstro dejó de golpear a los muertos vivientes. Solo se quedó parado mientras el ejército de Elric lo masacraba. Luego de suficientes golpes, este cayó al suelo rendido. Los zombies se detuvieron al ver que su enemigo quedaba inmóvil, después de eso, todos cayeron al suelo y se desvanecieron en la oscuridad, ya que la batalla había acabado.
Elric se quedó viendo a la criatura vencida, con varios huesos descubiertos por las mordeduras y rasguños de zombies.
-¿Qué demonios era esa cosa?-Decía mientras se sentaba en el suelo, dándole la espalda al cadáver del extraterrestre.
Mientras se hacía esas preguntas y recuperaba sus energías, no se dio cuenta de que algo se le acercaba. El mounstro se movía lentamente detrás de el, pero Elric no se daba cuenta. Llegó justo a donde estaba, comenzó a levantar sus garras, listo para encajárselas en la espalda, lanzó un gruñido, el cual paralizó a Elric y…
*BOOOM*
Se oyeron tres disparos que dieron directo en la cabeza de la criatura. Elric se volteó para verlo caer justo a su lado, y para ver quien había sido el que había disparado.
-Que sería de ti sin mi, cariño.-Bromeaba Meg mientras sostenía dos Magnums en sus manos. Traía el mismo vestido de la fiesta, haciéndola ver más “fatale”. Guardó sus armas y corrió hacia su esposo. Llegó a el, ignorando el cadáver y lo ayudó a levantarse.
-¿Estás bien?-Le preguntó.
-Define bien.-Respondió Elric.
Elric se levantó y los dos comenzaron a dirigirse al auto. Llegaron, pero por desgracia no había terminado. El mounstro se levantó de repente y comenzó a rugir sin parar. Los dos voltearon a verlo, asustados porque parecía que era invencible. Meg sacó sus armas, metió a Elric al carro y le dijo:
-Ahora es mi turno, quédate aquí.-
Caminó hacia el extraterrestre, quien movía sus garras de un lado al otro como loco. Meg comenzó a dispararle directo a la cabeza, pero ni eso lo detenía.
-¡Cuidado, no lo mires a los ojos!-Le advertía Elric.
Pero la criatura no miraba, solo se acercaba mientras atacaba peligrosamente. Meg seguía disparando, pero no tenía ningún efecto. Cada vez se acercaba más hacia donde estaban ellos, haciéndolos desesperarse más.
-¡Maldición, no se muere!-Meg gritaba.
Eran pocos metros los que separaban al mounstro de la pareja cuando se oyó una motocicleta que iba rápidamente al lugar. Los dos voltearon hacia donde se oía; una moto de color negro con blanco se acercaba a gran velocidad, conducida por alguien con casco, de chaqueta negra y pantalón de mezclilla. Llegó a donde estaban ellos y si bajar la velocidad atropelló al extraterrestre, mandándolo a volar por los aires. Se detuvo al ver como este rodaba por el suelo por el impacto. Se detuvo de girar, e inmediatamente se levantó y corrió hacia su atacante. El motociclista, sin quitarse el casco, se bajó de su moto y con un movimiento de sus brazos, sacó fuego de sus manos quemando al mounstro y haciéndolo detenerse. Este comenzó a gritar de dolor, el fuego le hacía mucho daño. Mientras, el motociclista abrió una parte de su moto y sacó una espada mediana, de metal negro y mango rojo. Luego corrió directamente hacia el extraterrestre y con un movimiento de su espada le cortó la cabeza, dándole fin a sus gritos y a su vida. Su cabeza, aún incendiándose, rodó por el suelo, y su cuerpo se quedó parado por un instante hasta que por fin cayó inerte.
La pareja se quedó viéndolo, agradecida por salvarlos. El motociclista se volteó a verlos a los dos, fue a su motocicleta y guardó su espada. Luego se dirigió con ellos.
-¿Están bien?-Les preguntó mientras se quitaba el casco. Al verlo se dieron cuenta de que era más joven de lo que creían, tal vez de 16 años. Era de cabello corto pero rebelde, ojos cafés y su rostro delataba su juventud.
-Si…gracias por ayudarnos.-Le dijo Elric.
-¿Tu tienes poderes?-Le preguntó Meg.
-Ehh…bueno…-Se puso nervioso el joven.
-No te preocupes, yo también tengo, no hay razón para ocultarlo.-Elric lo calmó.
El motociclista sonrió, después se dirigió a su moto y se subió, listo para irse.
-Espera,-Le dijo Meg.- ¿No nos vas a decir tu nombre?-
-Será para la próxima.-
Y con eso arrancó y se fue, dejando a los dos con la duda.
Minutos después llegó la policía, el ejército, ambulancias y reporteros al lugar, pero Elric y Meg ya se habían ido. Lo único que quedaba en el lugar eran los cuerpos de las personas que el decapitado extraterrestre había matado, los vehículos y el meteorito que aún humeaba. Todos se quedaban con la duda de qué había sucedido, pero solo los que habían estado ahí y sobrevivido lo sabían. Nadie sabía que aún se encontraba alguien que lo había visto todo, alguien que miraba desde una colina a todas las personas que admiraban con terror la masacre que había sucedido en ese lugar. Se retiró de ahí, subió a una motocicleta totalmente negra y se fue, oculto entre la oscuridad de la noche.
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Re: Heroes GST
Capítulo 3
Fiesta de elementos
*beep beep*
Sonaba el despertador en el cuarto de Rikarudo, un lugar desordenado, con varias prendas en el suelo, un librero con varios libros, un closet con mucha ropa y una televisión encima de una mesa donde también guardaba un DVD y una consola de videojuegos. Enterrado entre las sábanas, Rikarudo se quejaba al oir el sonido en su reloj.
-Oh, vamos. Cinco minutos más…-Gruñía el.
Se movió un poco sin destaparse para ver su reloj: Las 9:00 de la mañana. Dio un gran bostezo y se quitó las sábanas, mostrando su rostro: Joven, de cabello corto y revuelto. Apagó el despertador y se volvió a hundir en las sábanas, pero no pasaron ni 10 segundos cuando sonó su teléfono.
-Agh, ¿Porqué me llaman a estas horas?...-Se decía mientras se levantaba a contestar el teléfono.
-Bueno… ¿Quién habla?-
-Sabía que te ibas a quedar dormido, Ricke.-Se oyó la voz en el teléfono.
-Oh, vamos Jack. Tuve una noche pesada.-
-¿Otra vez de rol, verdad?-
-No, esta vez fue diferente…te lo explico luego.-
-Bueno, pero no te tardes, recuerda que hoy es el estreno de la película y no quiero llegar tarde por tu culpa.-
Y colgó el teléfono. Rikarudo se quejó de nuevo y colgó también. Su noche había sido muy pesada y no quería salir, pero aún así no se perdería esa película por nada.
Luego de bañarse, vestirse y arreglar su cuarto, salió de su casa, un lugar pequeño, ya que vivía solo, a pesar de solo tener 16 años. Afuera ya lo esperaba Jack, un joven de cabello negro y largo, vestía playera negra y pantalón de mezclilla. Ricke fue con el, lo saludo y luego se subió a su motocicleta, una último modelo de color negro con blanco, mientras que la de Jack era azul con blanco. Arrancaron sus motocicletas y se dirigieron al cine.
-Y bien,-Le dijo Jack a Rikarudo.-¿Dónde estuviste anoche? Te llamé y no contestaste.-
-¿Viste las noticias acerca de un meteorito que cayó a las afueras de la ciudad?-
-Lo vi en la mañana, que encontraron muchas personas muertas y hasta una especie de extraterrestre sin cabeza.-
-Si, bueno, yo estuve ahí.-
-¿Tu estuviste ahí? ¿Qué sucedió entonces?-
-Vi a dos personas que pelearon contra esa cosa que mató a todos. Creo que llegué a tiempo para salvarlos.-
-Si, claro, el héroe que llega cuando más lo necesitan…-
-¡Es enserio! Creo que si no hubiera sido por mi ellos habrían muerto.-
-Ha, ha, ha. En fin, ¿Al menos sabes de donde eran?-
-Según las placas de su auto, creo que eran de Giesti.-
-¿Y como sobrevivieron esas personas?-
-Bueno, la mujer usaba unas pistolas y el hombre me dijo que también tenía poderes.-
-¿Cómo tu?-
-No se si como yo, pero me dijo que los tenía.-
Llegaron a un semáforo en rojo, ahí, Jack aprovechó para preguntar.
-¿Y cómo pudiste confiar tan fácilmente en ellos?-
-No lo se…creo que eran de fiar, además, el señor habló sobre el superpoder con naturalidad.-
-Aún así deberías ser precavido, sabes que por ese tipo de cosas te enviaron a una correccional.-
-Eso fue solo porque creyeron que había incendiado un lugar, eso fue porque no pude controlar mi fuego-control, fue un accidente.-
-Accidente o no, debes de tener mucho cuidado o te meterás en problemas de nuevo.-
-Olvídalo, no pienso volver a dejar que me encarcelen, y menos ahora que ya empiezo a disfrutar del exterior de nuevo.-
Así siguió la plática de los dos amigos hasta que llegaron a una plaza comercial: “Central Cross Mall”. Estacionaron sus motocicletas y se bajaron. Entraron al mall, un gran lugar lleno de tiendas de prestigio, una gran fuente en el centro y cientos de personas que hacían compras en ese lugar.
-Es bueno llegar temprano, así tendremos los lugares asegurados.-Dijo Jack mientras caminaban al cine.
-¿Pero no crees que es muy temprano? Apenas son las 10:30.-Se quejó Ricke.-Ni siquiera han abierto el cine.-
-Bueno, mientras podemos comprar algo para desayunar-
-¡Pero mejor hubiéramos comido en mi casa!-
Fueron a desayunar comida corrida. Hicieron tiempo hasta que fueran las 12:00 y abrieran el cine. Luego compraron sus boletos para ver “Los Simpsons”, compraron palomitas y refrescos y se dirigieron a la sala.
-Ve tu, tengo que ir al baño, no me tardo.-Dijo Ricke.
Dejó a Jack y fue al baño. Luego de hacer sus necesidades, fue a lavarse la cara.
-Buen espectáculo el de ayer.-Le dijo un chico con suéter gris a su lado mientras se lavaba las manos.
-¿Me hablas a mi?-Le dijo Ricke.
-¿A quien más? No hay nadie en el baño más que nosotros y solo tu puedes controlar los elementos, ¿O me equivoco?-
Rikarudo se asustó un poco, un desconocido sabía sobre sus poderes, no podía dejar que lo supiera.
-No se de que hablas.-Dijo, mientras se seguía lavando la cara.
-Si sabes de que hablo,-Dijo el desconocido-tu eras el que salvó a dos personas de un mounstro espacial, y créeme que de manera impresionante, claro que ese ya estaba débil por la batalla que tuvo con el otro sujeto.-
Rikarudo se quedó paralizado, esa persona había visto toda la pelea, pero no podía mostrarse preocupado, esa persona podría ser peligrosa.
-Ah, por cierto, llámame Kyuzo-Dijo el chico mientras se volteaba. No se veía amenazador, traía el cabello alborotado y de color café, ojos largos y rostro joven. Parecía tener la misma edad que Ricke.
-Uhh…-Balbuceó Rikarudo, no sabía si confiar en esa persona.
-…Ah, ya entiendo, aún no confías en mi.-Dijo Kyuzo.-Si quieres te puedo demostrar que yo también tengo poderes, ¿qué te parece?-
El retrocedió, luego comenzó a mover sus brazos y de sus manos se crearon descargas eléctricas que cada vez iban aumentando más.
-¿Qué tal? ¿Ahora confías en mi?-
Ricke se quedó impresionado ya que las únicas personas que conocía con poderes era el y el señor que había salvado el día anterior.
-Pero, ¿Qué quieres de mi?-Le preguntó Rikarudo.
-Ah, que bueno que llegaste a ese punto rápido,-Dijo Kyuzo.-verás, necesito tu ayuda para buscar a esa pareja que ayudaste ayer.-
-¿Pero para qué?-
-Es simple, ellos estaban ahí por la misma razón que tu, y por la misma razón por la que yo estaba ahí, se trata de la tormenta eléctrica. Supongo que te habrás dado cuenta que ese meteorito la creo. Bueno, si obtenemos la ayuda de ese señor, tal vez podamos descubrir algo sobre este fenómeno, ¿Qué te parece?-
Rikarudo no sabía que hacer, hace dos minutos intentaba guardar el secreto de su poder y ahora le pedían ayuda para encontrar la causa de algo grande, muy, muy grande.
Fiesta de elementos
*beep beep*
Sonaba el despertador en el cuarto de Rikarudo, un lugar desordenado, con varias prendas en el suelo, un librero con varios libros, un closet con mucha ropa y una televisión encima de una mesa donde también guardaba un DVD y una consola de videojuegos. Enterrado entre las sábanas, Rikarudo se quejaba al oir el sonido en su reloj.
-Oh, vamos. Cinco minutos más…-Gruñía el.
Se movió un poco sin destaparse para ver su reloj: Las 9:00 de la mañana. Dio un gran bostezo y se quitó las sábanas, mostrando su rostro: Joven, de cabello corto y revuelto. Apagó el despertador y se volvió a hundir en las sábanas, pero no pasaron ni 10 segundos cuando sonó su teléfono.
-Agh, ¿Porqué me llaman a estas horas?...-Se decía mientras se levantaba a contestar el teléfono.
-Bueno… ¿Quién habla?-
-Sabía que te ibas a quedar dormido, Ricke.-Se oyó la voz en el teléfono.
-Oh, vamos Jack. Tuve una noche pesada.-
-¿Otra vez de rol, verdad?-
-No, esta vez fue diferente…te lo explico luego.-
-Bueno, pero no te tardes, recuerda que hoy es el estreno de la película y no quiero llegar tarde por tu culpa.-
Y colgó el teléfono. Rikarudo se quejó de nuevo y colgó también. Su noche había sido muy pesada y no quería salir, pero aún así no se perdería esa película por nada.
Luego de bañarse, vestirse y arreglar su cuarto, salió de su casa, un lugar pequeño, ya que vivía solo, a pesar de solo tener 16 años. Afuera ya lo esperaba Jack, un joven de cabello negro y largo, vestía playera negra y pantalón de mezclilla. Ricke fue con el, lo saludo y luego se subió a su motocicleta, una último modelo de color negro con blanco, mientras que la de Jack era azul con blanco. Arrancaron sus motocicletas y se dirigieron al cine.
-Y bien,-Le dijo Jack a Rikarudo.-¿Dónde estuviste anoche? Te llamé y no contestaste.-
-¿Viste las noticias acerca de un meteorito que cayó a las afueras de la ciudad?-
-Lo vi en la mañana, que encontraron muchas personas muertas y hasta una especie de extraterrestre sin cabeza.-
-Si, bueno, yo estuve ahí.-
-¿Tu estuviste ahí? ¿Qué sucedió entonces?-
-Vi a dos personas que pelearon contra esa cosa que mató a todos. Creo que llegué a tiempo para salvarlos.-
-Si, claro, el héroe que llega cuando más lo necesitan…-
-¡Es enserio! Creo que si no hubiera sido por mi ellos habrían muerto.-
-Ha, ha, ha. En fin, ¿Al menos sabes de donde eran?-
-Según las placas de su auto, creo que eran de Giesti.-
-¿Y como sobrevivieron esas personas?-
-Bueno, la mujer usaba unas pistolas y el hombre me dijo que también tenía poderes.-
-¿Cómo tu?-
-No se si como yo, pero me dijo que los tenía.-
Llegaron a un semáforo en rojo, ahí, Jack aprovechó para preguntar.
-¿Y cómo pudiste confiar tan fácilmente en ellos?-
-No lo se…creo que eran de fiar, además, el señor habló sobre el superpoder con naturalidad.-
-Aún así deberías ser precavido, sabes que por ese tipo de cosas te enviaron a una correccional.-
-Eso fue solo porque creyeron que había incendiado un lugar, eso fue porque no pude controlar mi fuego-control, fue un accidente.-
-Accidente o no, debes de tener mucho cuidado o te meterás en problemas de nuevo.-
-Olvídalo, no pienso volver a dejar que me encarcelen, y menos ahora que ya empiezo a disfrutar del exterior de nuevo.-
Así siguió la plática de los dos amigos hasta que llegaron a una plaza comercial: “Central Cross Mall”. Estacionaron sus motocicletas y se bajaron. Entraron al mall, un gran lugar lleno de tiendas de prestigio, una gran fuente en el centro y cientos de personas que hacían compras en ese lugar.
-Es bueno llegar temprano, así tendremos los lugares asegurados.-Dijo Jack mientras caminaban al cine.
-¿Pero no crees que es muy temprano? Apenas son las 10:30.-Se quejó Ricke.-Ni siquiera han abierto el cine.-
-Bueno, mientras podemos comprar algo para desayunar-
-¡Pero mejor hubiéramos comido en mi casa!-
Fueron a desayunar comida corrida. Hicieron tiempo hasta que fueran las 12:00 y abrieran el cine. Luego compraron sus boletos para ver “Los Simpsons”, compraron palomitas y refrescos y se dirigieron a la sala.
-Ve tu, tengo que ir al baño, no me tardo.-Dijo Ricke.
Dejó a Jack y fue al baño. Luego de hacer sus necesidades, fue a lavarse la cara.
-Buen espectáculo el de ayer.-Le dijo un chico con suéter gris a su lado mientras se lavaba las manos.
-¿Me hablas a mi?-Le dijo Ricke.
-¿A quien más? No hay nadie en el baño más que nosotros y solo tu puedes controlar los elementos, ¿O me equivoco?-
Rikarudo se asustó un poco, un desconocido sabía sobre sus poderes, no podía dejar que lo supiera.
-No se de que hablas.-Dijo, mientras se seguía lavando la cara.
-Si sabes de que hablo,-Dijo el desconocido-tu eras el que salvó a dos personas de un mounstro espacial, y créeme que de manera impresionante, claro que ese ya estaba débil por la batalla que tuvo con el otro sujeto.-
Rikarudo se quedó paralizado, esa persona había visto toda la pelea, pero no podía mostrarse preocupado, esa persona podría ser peligrosa.
-Ah, por cierto, llámame Kyuzo-Dijo el chico mientras se volteaba. No se veía amenazador, traía el cabello alborotado y de color café, ojos largos y rostro joven. Parecía tener la misma edad que Ricke.
-Uhh…-Balbuceó Rikarudo, no sabía si confiar en esa persona.
-…Ah, ya entiendo, aún no confías en mi.-Dijo Kyuzo.-Si quieres te puedo demostrar que yo también tengo poderes, ¿qué te parece?-
El retrocedió, luego comenzó a mover sus brazos y de sus manos se crearon descargas eléctricas que cada vez iban aumentando más.
-¿Qué tal? ¿Ahora confías en mi?-
Ricke se quedó impresionado ya que las únicas personas que conocía con poderes era el y el señor que había salvado el día anterior.
-Pero, ¿Qué quieres de mi?-Le preguntó Rikarudo.
-Ah, que bueno que llegaste a ese punto rápido,-Dijo Kyuzo.-verás, necesito tu ayuda para buscar a esa pareja que ayudaste ayer.-
-¿Pero para qué?-
-Es simple, ellos estaban ahí por la misma razón que tu, y por la misma razón por la que yo estaba ahí, se trata de la tormenta eléctrica. Supongo que te habrás dado cuenta que ese meteorito la creo. Bueno, si obtenemos la ayuda de ese señor, tal vez podamos descubrir algo sobre este fenómeno, ¿Qué te parece?-
Rikarudo no sabía que hacer, hace dos minutos intentaba guardar el secreto de su poder y ahora le pedían ayuda para encontrar la causa de algo grande, muy, muy grande.
Virtual- Jounin Ninja
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Re: Heroes GST
Dos motocicletas viajaban a gran velocidad por la carretera que conectaba a las ciudades de Cross, donde vivía Ricke, y Giesti. En ellas, Rikarudo, acompañado por el misterioso Kyuzo avanzaban a gran velocidad para averiguar lo más pronto posible sobre los meteoritos encontrando al señor que había salvado hace dos días.
-Que bueno que decidiste venir conmigo.-Le decía Kyuzo.
-Aún no estoy seguro de esto,-Le respondió Ricke.-verás…acabo de salir de una correccional por haber usado mis poderes por accidente, además, no estoy seguro si confiar en ti o no.-
-Bah, no te preocupes, con tal de que nadie nos siga, todo estará bien.-
-¿Cómo que siempre y cuando nadie nos siga?-Se exaltó Ricke.
-Olvídalo, solo bromeo.-Le dijo Kyuzo.-En fin, ya que vamos a ser compañeros, ¿al menos podrías contarme tu historia?-
-¿Mi historia?-
-Si, ya sabes, como obtuviste tus poderes y eso.-
Rikarudo se estremeció. Incluso usando su casco se sabía que esa pregunta le incomodaba.
-No se porqué me preguntas algo así, la mayoría de esos recuerdos son horribles. Te pido de favor que no te metas en mi vida personal.-
-…Perdón, no era mi intención.-Se disculpó Kyuzo.-Es solo que tenía curiosidad, sabes, cada héroe tiene su historia.-
-Espera, ¿te consideras un héroe?-Preguntó Ricke.
-Tengo poderes que nadie tiene, eso me hace un héroe, ¿no?-
-Sin ofender, pero ese comentario es muy infantil. Hasta pareces de esos que les gustaría tener los poderes de Superman, solo falta que uses una capa.-
En eso se echó a reír Ricke. Kyuzo comprendió, y aunque se sintió algo ofendido, también rió.
-Es cierto, no me imagino usando capa.-
La risa de los dos se interrumpió cuando se oyó una explosión a lo lejos. Ellos se asustaron, ya que había sucedido unos kilómetros delante de donde ellos estaban.
-¿Qué fue eso?-Preguntó Ricke.
-Maldición, no creí que nos encontraría.-
-¿Qué? ¿A qué te refieres con eso?-
Las preguntas de Rikarudo se despejaron cuando una moto comenzó a dirigirse hacia ellos, mientras dejaba un largo camino de fuego detrás de el.
-¡Ricke, pase lo que pase, no te detengas, hay que llegar a Giesti!-
-¿¡Pero quién es el?!-
Kyuzo no tuvo tiempo de responder ya que su atacante comenzó a lanzar bolas de fuego hacia ellos. Los dos jóvenes los esquivaban con dificultad, ya que abarcaban gran parte del camino. Cada vez se acercaban más y más.
-¡Si juegas con fuego te vas a quemar!-
Ricke soltó las manos del manubrio de la motocicleta y de un par de movimientos creó una gran esfera de fuego que lanzó directamente al enemigo. Cayó en el camino, bloqueándole el paso al atacante.
-¡Salta!-Gritó Ricke.
Kyuzo obedeció y saltaron el gran muro de fuego que Rikarudo había creado. Mientras lo hacían, pudieron ver al motociclista que los atacaba tendido en el suelo por haber intentado frenar. No se detuvieron a ver, siguieron su camino hacia Giesti.
-Fiu…estuvimos cerca. Buena bola de fuego, me impresionó.-Dijo Kyuzo.
-Muy bien, explícate,-Habló Ricke.- ¿Quién era ese sujeto?-
-Te lo diré cuando lleguemos a Giesti, mientras tanto no desaceleres.-
-No, quiero saberlo ahora, o si no, no cuentes conmigo.-
Kyuzo no tenía alternativa si quería la ayuda de Ricke, así que le dijo.
-Se llama Fizer…últimamente ha estado persiguiéndome. A pesar de ser muy cuidadoso cuando me oculto, el haya la manera de encontrarme, sin importar donde esté. De lo que he descubierto de el es que trabaja para alguien, solo que no se con quien…-
-¿Y para que quiere atraparte?-
-Tiene que ver con mis poderes, recuerdo que una vez me dijo que mi poder sería de mucha ayuda para “las investigaciones”…la verdad no se de que habla, pero eso me basta para no dormir tranquilo.-
Siguieron conduciendo en silencio, algo les decía que esa persona quería más, pero Ricke solo quería concentrarse en encontrar al señor que había ayudado del mounstro. Ya faltaba poco para llegar a Giesti, y ellos solo esperaban que nadie más los molestara.
-Que bueno que decidiste venir conmigo.-Le decía Kyuzo.
-Aún no estoy seguro de esto,-Le respondió Ricke.-verás…acabo de salir de una correccional por haber usado mis poderes por accidente, además, no estoy seguro si confiar en ti o no.-
-Bah, no te preocupes, con tal de que nadie nos siga, todo estará bien.-
-¿Cómo que siempre y cuando nadie nos siga?-Se exaltó Ricke.
-Olvídalo, solo bromeo.-Le dijo Kyuzo.-En fin, ya que vamos a ser compañeros, ¿al menos podrías contarme tu historia?-
-¿Mi historia?-
-Si, ya sabes, como obtuviste tus poderes y eso.-
Rikarudo se estremeció. Incluso usando su casco se sabía que esa pregunta le incomodaba.
-No se porqué me preguntas algo así, la mayoría de esos recuerdos son horribles. Te pido de favor que no te metas en mi vida personal.-
-…Perdón, no era mi intención.-Se disculpó Kyuzo.-Es solo que tenía curiosidad, sabes, cada héroe tiene su historia.-
-Espera, ¿te consideras un héroe?-Preguntó Ricke.
-Tengo poderes que nadie tiene, eso me hace un héroe, ¿no?-
-Sin ofender, pero ese comentario es muy infantil. Hasta pareces de esos que les gustaría tener los poderes de Superman, solo falta que uses una capa.-
En eso se echó a reír Ricke. Kyuzo comprendió, y aunque se sintió algo ofendido, también rió.
-Es cierto, no me imagino usando capa.-
La risa de los dos se interrumpió cuando se oyó una explosión a lo lejos. Ellos se asustaron, ya que había sucedido unos kilómetros delante de donde ellos estaban.
-¿Qué fue eso?-Preguntó Ricke.
-Maldición, no creí que nos encontraría.-
-¿Qué? ¿A qué te refieres con eso?-
Las preguntas de Rikarudo se despejaron cuando una moto comenzó a dirigirse hacia ellos, mientras dejaba un largo camino de fuego detrás de el.
-¡Ricke, pase lo que pase, no te detengas, hay que llegar a Giesti!-
-¿¡Pero quién es el?!-
Kyuzo no tuvo tiempo de responder ya que su atacante comenzó a lanzar bolas de fuego hacia ellos. Los dos jóvenes los esquivaban con dificultad, ya que abarcaban gran parte del camino. Cada vez se acercaban más y más.
-¡Si juegas con fuego te vas a quemar!-
Ricke soltó las manos del manubrio de la motocicleta y de un par de movimientos creó una gran esfera de fuego que lanzó directamente al enemigo. Cayó en el camino, bloqueándole el paso al atacante.
-¡Salta!-Gritó Ricke.
Kyuzo obedeció y saltaron el gran muro de fuego que Rikarudo había creado. Mientras lo hacían, pudieron ver al motociclista que los atacaba tendido en el suelo por haber intentado frenar. No se detuvieron a ver, siguieron su camino hacia Giesti.
-Fiu…estuvimos cerca. Buena bola de fuego, me impresionó.-Dijo Kyuzo.
-Muy bien, explícate,-Habló Ricke.- ¿Quién era ese sujeto?-
-Te lo diré cuando lleguemos a Giesti, mientras tanto no desaceleres.-
-No, quiero saberlo ahora, o si no, no cuentes conmigo.-
Kyuzo no tenía alternativa si quería la ayuda de Ricke, así que le dijo.
-Se llama Fizer…últimamente ha estado persiguiéndome. A pesar de ser muy cuidadoso cuando me oculto, el haya la manera de encontrarme, sin importar donde esté. De lo que he descubierto de el es que trabaja para alguien, solo que no se con quien…-
-¿Y para que quiere atraparte?-
-Tiene que ver con mis poderes, recuerdo que una vez me dijo que mi poder sería de mucha ayuda para “las investigaciones”…la verdad no se de que habla, pero eso me basta para no dormir tranquilo.-
Siguieron conduciendo en silencio, algo les decía que esa persona quería más, pero Ricke solo quería concentrarse en encontrar al señor que había ayudado del mounstro. Ya faltaba poco para llegar a Giesti, y ellos solo esperaban que nadie más los molestara.
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Re: Heroes GST
Gritos se comenzaban a oír mientras los dos motociclistas se acercaban al centro de la ciudad de Giesti. Sabían que algo andaba mal y, aunque ellos preferían ir a buscar al señor, no podían dejar pasar por alto esa llamada de auxilio. Los dos llegaron al centro, mientras veían a cientos de personas correr despavoridas.
-¿Qué sucede?-Intentaba preguntar Ricke a la multitud, la cual lo ignoraba por miedo a quedarse ahí. Comenzó a quitarse el casco, pero Kyuzo lo detuvo.
-No te lo quites o estaremos en problemas, por ahora lo mejor será guardar nuestra identidad.-
A lo lejos se podía ver como “alguien” usaba un lanzallamas para destruir los negocios de ese lugar.
-¡Fizer!-
Kyuzo intentó llamar la atención del delincuente. En efecto, un hombre grande, de cabello rojo y rostro confiado, con chaqueta y pantalón negro respondió al nombre.
-Kyuzo, hasta que llegas.-Dijo Fizer con una voz sarcástica.- ¿No crees que tu y tu amigo se tardaron en llegar? Me estaba aburriendo, así que decidí darle un poco de calor al lugar.-
-¿Pero como pudiste llegar aquí antes que nosotros? Te dejamos en la carretera.-Dijo Ricke.
-Idiota, por si no lo sabes, la Agencia tiene los recursos suficientes para hacer hasta lo imposible.-
-¿La Agencia?-Preguntó Ricke.
-Kyuzo, ¿a poco no le has contando sobre eso? No importa, ya verás que si vienes conmigo, ellos te darán un trato “especial”.-
A los dos no les gustó como se oía eso, sabían que de seguro tendrían que pelear contra el, así que se pusieron en posición de pelea.
-¿No me digan que quieren pelear conmigo?-Preguntó Fizer sarcásticamente.-Si eso es lo que quieren, que les parece si hacemos una zona de batalla…personalizada.-
Levantó sus manos y en eso un gran muro de hielo sólido comenzó a crecer a sus alrededores, llevándose hasta autos y partes de edificios con este.
-No sabía que también podía controlar el hielo.-Se sorprendió Ricke al ver el poder de su enemigo.
-¡¡¡Ha ha ha ha ha!!! ¡Que comience el espectáculo!-Gritó Fizer mientras se lanzaba al ataque.
Ricke lanzó un grito de guerra y se abalanzó hacia su enemigo, y sin esperar a que Kyuzo lo secundara, llegó a Fizer y comenzaron a pelear a puño limpio.
-¡Ricke, ten cuidado!-Le advirtió Kyuzo mientras iba a ayudarlo.
-¡Si Ricke, ten cuidado, ha ha ha!-Bromeó Fizer mientras esquivaba sus golpes.
Kyuzo llegó y atacó a su enemigo, pero Fizer evitaba sus golpes con facilidad. Golpe tras golpe, patada tras patada, Fizer evadía o se cubría para no ser dañado, mientras se reía del arte de pelea de los dos jóvenes.
-¡Me estoy hartando!-Gritó Ricke mientras comenzaba a lanzar golpes con fuego.
Kyuzo decidió seguirlo y comenzó a pelear usando ataques eléctricos, pero ni así lograban golpear a su atacante. Era tanto el calor de la batalla que uno se sorprendía de que el muro de hielo no se derritiera. Del otro lado se podían oír murmullos de muchas personas que se preguntaban que sucedía en ese lugar, pero el glaciar era sólido y no transparente, por eso no se podía ver de afuera hacia adentro y viceversa.
-Son patéticos, ¡acabaré con esto!-
Fizer hizo un movimiento que desequilibró a los dos, luego se alejó y rápidamente usó sus brazos para crear un lanzallamas y un rayo de hielo. Kyuzo logró adelantarse a tiempo para crear una barrera de arena que bloqueó el ataque.
-¡Maldición, se supone que no era tan fuerte…!-Se quejó Kyuzo.
-No sabía que también podías controlar la tierra…-Dijo Rikarudo mientras se recuperaba.
-Es arena, se puede mover mejor que la tierra, pero ese no es el punto, hay que hallar la forma de detener a Fizer o nos irá mal.-
Fizer no dejaba de atacar mientras se reía alocadamente.
-Hay que atacarlo por separado, así le será más difícil cubrirse.-Sugirió Ricke.
-Bien, prepárate, voy a quitar la barrera…-
Kyuzo esperó un momento más y se deshizo de la arena que los protegía mientras los dos se separaban. Fizer, al no darse cuenta que habían escapado, siguió su ataque hasta dar al muro de hielo, y gracias a su lanzallamas, comenzó a destruir una parte de este.
-¿Qué? ¿Dónde están?- Se preguntaba el.
Parte del muro de hielo se destruyó, descubriendo una calle y cientos de personas que querían saber que sucedía.
Ricke y Kyuzo aprovecharon a que Fizer estaba distraído para conectarle varios golpes, uno tras uno y sin detenerse. El enemigo no podía contraatacar ya que ni lo dejaban respirar. Luego de varios golpes, le dieron juntos una patada en el estómago, haciéndolo retroceder y caer de espaldas.
-¡Muy bien!-Exclamó Ricke mientras recuperaba el aliento.
Fizer quedó tendido en el suelo, quejándose del castigo que había recibido. Mientras se levantaba, limpió su boca, de la cual comenzaba a salir sangre. El, al verla, cambió su expresión de sarcasmo a una de completa ira.
-¿Sangre? No puede ser mi sangre… ¡no puede ser mi sangre!-
Se levantó y miró a los dos con una expresión de rabia.
-... ¡Los voy a matar!-
Desde sus piernas comenzó a cubrirse de fuego, uno tal que comenzó a derretir todo el muro. La gente que se encontraba mirando no podía moverse, ya que a pesar de estar muy asustados, querían saber quienes eran esas personas.
Ricke y Kyuzo se preparaban para enfrentar al enfurecido Fizer, pero los sorprendió un hielo que comenzó a crecer de sus pies.
-¿Qué sucede?-Dijo Rikarudo mientras intentaba quitarse del hielo.
-¡Maldición, nos está cubriendo todo, no puedo liberarme!-Gritó Kyuzo.
Fizer, cubierto de fuego, se acercó lentamente a Kyuzo, quien casi era devorado por el hielo creciente. El hielo se detuvo justo en sus cabezas, y por el frío que sentían no podían usar sus poderes.
-Te mataré a ti primero,-Le dijo a Kyuzo.-ya estoy harto de que te metas en mi camino.-
De sus manos salía lava pura que estaba lista para consumir al joven. Levantó su mano, la acercó a Kyuzo y…
*¡Wham!*
Fizer salió volando antes de que matara a Kyuzo, cayendo a varios metros de distancia de ellos. Una persona de gabardina, con cubre bocas, lentes y bandana rojos era quien lo había pateado antes de que cobrara a su víctima. Ni su rostro ni su cabello se podían ver por todo lo que usaba, pero notaron que era un hombre alto, de más de 1.80 de estatura. El, sin preocuparse por los otros dos, volteó a Fizer, quien se recuperaba del golpe.
-Ya veo…-Murmuró.-parece que tu solo no puedes y pides ayuda a varios para vencerme…no creí que fueras tan débil, Kyuzo.-
-Yo no conozco a este niño…-Dijo el extraño.
-…No importa, te mataré a ti también.-
Fizer se lanzó al ataque. El extraño comenzó a esquivar sus ataques, ya que con solo tocarlo podría acabar con su vida.
-Tengo que ayudar.-
Rikarudo con gran esfuerzo comenzó a calentar su cuerpo para derretir el hielo. Este comenzó a deshacerse hasta dejarlo en libertad.
-Hey, no te olvides de mí.-Kyuzo le dijo.
Ricke sacó fuego de sus manos y lo lanzó al hielo, lo rodeó y en unos segundos, su compañero quedó libre.
-¿Quién será el?-Preguntó Rikarudo.
-No se, pero espero que esté de nuestro lado.-
Los dos seguían peleando, el problema era que el desconocido no podía golpear a Fizer o sufriría una quemadura.
-¡Hasta aquí!-
Fizer retrocedió y de un solo movimiento de sus manos lanzó lava hirviendo al desconocido. Todo iba a acabar para el cuando de repente se sintió un frío muy peculiar en el lugar. El lanzó un rayo de hielo que bloqueó la lava de su enemigo. Pero aún así Fizer llevaba la ventaja, su rayo de magma era muy fuerte para que el otro pudiera soportarlo.
-Espera, te ayudaré.-
Kyuzo llegó y lanzó un trueno para ayudar al hielo. Ahora estaba equilibrada la pelea, pero Fizer parecía no cansarse.-
-Bueno, Ricke, todo depende de ti…-Pensó.-Bien, es hora de mostrarles de lo que soy capaz.
El se unió a los otros, pero en vez de lanzar uno de sus ataques, se quedó parado.
-¡Ricke, ayúdanos!-Le gritó Kyuzo.
El no hizo nada. Solo murmuraba con los ojos cerrados “Si se puede” una y otra vez. Abrió lo ojos y de repente se sintió una gran sensación de energía liberada.
-Hielo, hielo, ¡¡¡HIELO!!!-
Unió sus manos y disparó hacia el rayo de magma de Fizer con un tremendo rayo de hielo que superaba en fuerza a los del desconocido y Kyuzo juntos. El rayo de magma perdió sus fuerzas inmediatamente, dejando paso al ataque de Rikarudo.
-¡¡¡IMPOSIBLE!!!-
El rayo golpeó a Fizer con todo mientras el gritaba de dolor. Vapor salía de su cuerpo apagando el fuego que lo rodeaba.
Segundos después Ricke y los demás se detuvieron, solo para ver el cuerpo de Fizer atrapado en un glaciar.
-¿Qué sucede?-Intentaba preguntar Ricke a la multitud, la cual lo ignoraba por miedo a quedarse ahí. Comenzó a quitarse el casco, pero Kyuzo lo detuvo.
-No te lo quites o estaremos en problemas, por ahora lo mejor será guardar nuestra identidad.-
A lo lejos se podía ver como “alguien” usaba un lanzallamas para destruir los negocios de ese lugar.
-¡Fizer!-
Kyuzo intentó llamar la atención del delincuente. En efecto, un hombre grande, de cabello rojo y rostro confiado, con chaqueta y pantalón negro respondió al nombre.
-Kyuzo, hasta que llegas.-Dijo Fizer con una voz sarcástica.- ¿No crees que tu y tu amigo se tardaron en llegar? Me estaba aburriendo, así que decidí darle un poco de calor al lugar.-
-¿Pero como pudiste llegar aquí antes que nosotros? Te dejamos en la carretera.-Dijo Ricke.
-Idiota, por si no lo sabes, la Agencia tiene los recursos suficientes para hacer hasta lo imposible.-
-¿La Agencia?-Preguntó Ricke.
-Kyuzo, ¿a poco no le has contando sobre eso? No importa, ya verás que si vienes conmigo, ellos te darán un trato “especial”.-
A los dos no les gustó como se oía eso, sabían que de seguro tendrían que pelear contra el, así que se pusieron en posición de pelea.
-¿No me digan que quieren pelear conmigo?-Preguntó Fizer sarcásticamente.-Si eso es lo que quieren, que les parece si hacemos una zona de batalla…personalizada.-
Levantó sus manos y en eso un gran muro de hielo sólido comenzó a crecer a sus alrededores, llevándose hasta autos y partes de edificios con este.
-No sabía que también podía controlar el hielo.-Se sorprendió Ricke al ver el poder de su enemigo.
-¡¡¡Ha ha ha ha ha!!! ¡Que comience el espectáculo!-Gritó Fizer mientras se lanzaba al ataque.
Ricke lanzó un grito de guerra y se abalanzó hacia su enemigo, y sin esperar a que Kyuzo lo secundara, llegó a Fizer y comenzaron a pelear a puño limpio.
-¡Ricke, ten cuidado!-Le advirtió Kyuzo mientras iba a ayudarlo.
-¡Si Ricke, ten cuidado, ha ha ha!-Bromeó Fizer mientras esquivaba sus golpes.
Kyuzo llegó y atacó a su enemigo, pero Fizer evitaba sus golpes con facilidad. Golpe tras golpe, patada tras patada, Fizer evadía o se cubría para no ser dañado, mientras se reía del arte de pelea de los dos jóvenes.
-¡Me estoy hartando!-Gritó Ricke mientras comenzaba a lanzar golpes con fuego.
Kyuzo decidió seguirlo y comenzó a pelear usando ataques eléctricos, pero ni así lograban golpear a su atacante. Era tanto el calor de la batalla que uno se sorprendía de que el muro de hielo no se derritiera. Del otro lado se podían oír murmullos de muchas personas que se preguntaban que sucedía en ese lugar, pero el glaciar era sólido y no transparente, por eso no se podía ver de afuera hacia adentro y viceversa.
-Son patéticos, ¡acabaré con esto!-
Fizer hizo un movimiento que desequilibró a los dos, luego se alejó y rápidamente usó sus brazos para crear un lanzallamas y un rayo de hielo. Kyuzo logró adelantarse a tiempo para crear una barrera de arena que bloqueó el ataque.
-¡Maldición, se supone que no era tan fuerte…!-Se quejó Kyuzo.
-No sabía que también podías controlar la tierra…-Dijo Rikarudo mientras se recuperaba.
-Es arena, se puede mover mejor que la tierra, pero ese no es el punto, hay que hallar la forma de detener a Fizer o nos irá mal.-
Fizer no dejaba de atacar mientras se reía alocadamente.
-Hay que atacarlo por separado, así le será más difícil cubrirse.-Sugirió Ricke.
-Bien, prepárate, voy a quitar la barrera…-
Kyuzo esperó un momento más y se deshizo de la arena que los protegía mientras los dos se separaban. Fizer, al no darse cuenta que habían escapado, siguió su ataque hasta dar al muro de hielo, y gracias a su lanzallamas, comenzó a destruir una parte de este.
-¿Qué? ¿Dónde están?- Se preguntaba el.
Parte del muro de hielo se destruyó, descubriendo una calle y cientos de personas que querían saber que sucedía.
Ricke y Kyuzo aprovecharon a que Fizer estaba distraído para conectarle varios golpes, uno tras uno y sin detenerse. El enemigo no podía contraatacar ya que ni lo dejaban respirar. Luego de varios golpes, le dieron juntos una patada en el estómago, haciéndolo retroceder y caer de espaldas.
-¡Muy bien!-Exclamó Ricke mientras recuperaba el aliento.
Fizer quedó tendido en el suelo, quejándose del castigo que había recibido. Mientras se levantaba, limpió su boca, de la cual comenzaba a salir sangre. El, al verla, cambió su expresión de sarcasmo a una de completa ira.
-¿Sangre? No puede ser mi sangre… ¡no puede ser mi sangre!-
Se levantó y miró a los dos con una expresión de rabia.
-... ¡Los voy a matar!-
Desde sus piernas comenzó a cubrirse de fuego, uno tal que comenzó a derretir todo el muro. La gente que se encontraba mirando no podía moverse, ya que a pesar de estar muy asustados, querían saber quienes eran esas personas.
Ricke y Kyuzo se preparaban para enfrentar al enfurecido Fizer, pero los sorprendió un hielo que comenzó a crecer de sus pies.
-¿Qué sucede?-Dijo Rikarudo mientras intentaba quitarse del hielo.
-¡Maldición, nos está cubriendo todo, no puedo liberarme!-Gritó Kyuzo.
Fizer, cubierto de fuego, se acercó lentamente a Kyuzo, quien casi era devorado por el hielo creciente. El hielo se detuvo justo en sus cabezas, y por el frío que sentían no podían usar sus poderes.
-Te mataré a ti primero,-Le dijo a Kyuzo.-ya estoy harto de que te metas en mi camino.-
De sus manos salía lava pura que estaba lista para consumir al joven. Levantó su mano, la acercó a Kyuzo y…
*¡Wham!*
Fizer salió volando antes de que matara a Kyuzo, cayendo a varios metros de distancia de ellos. Una persona de gabardina, con cubre bocas, lentes y bandana rojos era quien lo había pateado antes de que cobrara a su víctima. Ni su rostro ni su cabello se podían ver por todo lo que usaba, pero notaron que era un hombre alto, de más de 1.80 de estatura. El, sin preocuparse por los otros dos, volteó a Fizer, quien se recuperaba del golpe.
-Ya veo…-Murmuró.-parece que tu solo no puedes y pides ayuda a varios para vencerme…no creí que fueras tan débil, Kyuzo.-
-Yo no conozco a este niño…-Dijo el extraño.
-…No importa, te mataré a ti también.-
Fizer se lanzó al ataque. El extraño comenzó a esquivar sus ataques, ya que con solo tocarlo podría acabar con su vida.
-Tengo que ayudar.-
Rikarudo con gran esfuerzo comenzó a calentar su cuerpo para derretir el hielo. Este comenzó a deshacerse hasta dejarlo en libertad.
-Hey, no te olvides de mí.-Kyuzo le dijo.
Ricke sacó fuego de sus manos y lo lanzó al hielo, lo rodeó y en unos segundos, su compañero quedó libre.
-¿Quién será el?-Preguntó Rikarudo.
-No se, pero espero que esté de nuestro lado.-
Los dos seguían peleando, el problema era que el desconocido no podía golpear a Fizer o sufriría una quemadura.
-¡Hasta aquí!-
Fizer retrocedió y de un solo movimiento de sus manos lanzó lava hirviendo al desconocido. Todo iba a acabar para el cuando de repente se sintió un frío muy peculiar en el lugar. El lanzó un rayo de hielo que bloqueó la lava de su enemigo. Pero aún así Fizer llevaba la ventaja, su rayo de magma era muy fuerte para que el otro pudiera soportarlo.
-Espera, te ayudaré.-
Kyuzo llegó y lanzó un trueno para ayudar al hielo. Ahora estaba equilibrada la pelea, pero Fizer parecía no cansarse.-
-Bueno, Ricke, todo depende de ti…-Pensó.-Bien, es hora de mostrarles de lo que soy capaz.
El se unió a los otros, pero en vez de lanzar uno de sus ataques, se quedó parado.
-¡Ricke, ayúdanos!-Le gritó Kyuzo.
El no hizo nada. Solo murmuraba con los ojos cerrados “Si se puede” una y otra vez. Abrió lo ojos y de repente se sintió una gran sensación de energía liberada.
-Hielo, hielo, ¡¡¡HIELO!!!-
Unió sus manos y disparó hacia el rayo de magma de Fizer con un tremendo rayo de hielo que superaba en fuerza a los del desconocido y Kyuzo juntos. El rayo de magma perdió sus fuerzas inmediatamente, dejando paso al ataque de Rikarudo.
-¡¡¡IMPOSIBLE!!!-
El rayo golpeó a Fizer con todo mientras el gritaba de dolor. Vapor salía de su cuerpo apagando el fuego que lo rodeaba.
Segundos después Ricke y los demás se detuvieron, solo para ver el cuerpo de Fizer atrapado en un glaciar.
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Re: Heroes GST
-Fizer ha fallado…tráiganlo…-
Toda la gente murmuraba lo que había sucedido frente a ellos. Ricke, Kyuzo y el desconocido veían a Fizer congelado en hielo sólido.
-¿Ganamos?-Dijo Ricke.
-Eso parece…-Kyuzo respondió.
Comenzó a oírse ruido de hélices que se acercaban hacia ellos. Los tres voltearon para ver un helicóptero que bajaba hacia donde Fizer se encontraba.
-Aléjense, este sujeto es de nuestra propiedad.-Dijo un hombre en un megáfono.
-¿De su propiedad? Esperen, ¡ellos son de la Agencia.!-Kyuzo advirtió a los demás.
-Aléjense ahora y nadie saldrá lastimado.-Advirtió esa persona.
-Ustedes deben ser la agencia de la que Fizer hablaba, ¿Qué quieren de mi? ¡Respondan!-
Kyuzo esperaba una respuesta, pero lo que obtuvo fue una agresión por un arma de fuego. La gente salió aterrorizada del lugar al oír los balazos, mientras que los tres se cubrían usando sus poderes.
La ráfaga de balas no cesaba, pero Kyuzo quería descubrir quienes eran ellos, así que se arriesgó y se asomó para ver el helicóptero, el cual ya se alejaba con el bloque donde se encontraba Fizer. Cuando estuvieron a suficiente altura, dejaron de disparar.
-¿Ellos eran la Agencia?-Ricke preguntó.
-No hay duda…-
El helicóptero se perdió de vista, y con el la esperanza de averiguar quienes eran ellos y para qué lo querían.
-Bueno, al menos lo vencimos.-Dijo Kyuzo.
-Si, y creo que debemos agradecerte, amigo.-Le dijo Rikarudo al extraño.
Pero al voltearse, el ya no estaba. Lo buscaron pero no se encontraba en ningún lado.
-En fin, creo que será mejor que nos vayamos antes de que la policía se atreva a venir.-Dijo Ricke.
-Si, al menos aún podemos buscar a ese señor. Vamos.-
Buscaron sus motos que por suerte no sufrieron daños durante su pelea, se subieron y se encaminaron hacia la casa del señor.
-Oye Ricke, tengo que decirte algo.-
-Olvídalo, se lo que vas a decir…confío en ti.-
-No me refiero a eso.-
-¿Entonces a que?-
-Ya te puedes quitar el casco.-
Los dos habían usado el casco durante toda la pelea, tanto que se les había olvidado por completo. Lo único que hicieron fue reír y quitarse el casco, mostrando sus rostros sudados y de cabellos alborotados. No podían perder tiempo, ahora que la agencia sabía de ellos, estaban a merced de ser perseguidos. Pero primero era lo primero, tenían que encontrar a esa persona antes de que la Agencia se interpusiera en su camino nuevamente.
Toda la gente murmuraba lo que había sucedido frente a ellos. Ricke, Kyuzo y el desconocido veían a Fizer congelado en hielo sólido.
-¿Ganamos?-Dijo Ricke.
-Eso parece…-Kyuzo respondió.
Comenzó a oírse ruido de hélices que se acercaban hacia ellos. Los tres voltearon para ver un helicóptero que bajaba hacia donde Fizer se encontraba.
-Aléjense, este sujeto es de nuestra propiedad.-Dijo un hombre en un megáfono.
-¿De su propiedad? Esperen, ¡ellos son de la Agencia.!-Kyuzo advirtió a los demás.
-Aléjense ahora y nadie saldrá lastimado.-Advirtió esa persona.
-Ustedes deben ser la agencia de la que Fizer hablaba, ¿Qué quieren de mi? ¡Respondan!-
Kyuzo esperaba una respuesta, pero lo que obtuvo fue una agresión por un arma de fuego. La gente salió aterrorizada del lugar al oír los balazos, mientras que los tres se cubrían usando sus poderes.
La ráfaga de balas no cesaba, pero Kyuzo quería descubrir quienes eran ellos, así que se arriesgó y se asomó para ver el helicóptero, el cual ya se alejaba con el bloque donde se encontraba Fizer. Cuando estuvieron a suficiente altura, dejaron de disparar.
-¿Ellos eran la Agencia?-Ricke preguntó.
-No hay duda…-
El helicóptero se perdió de vista, y con el la esperanza de averiguar quienes eran ellos y para qué lo querían.
-Bueno, al menos lo vencimos.-Dijo Kyuzo.
-Si, y creo que debemos agradecerte, amigo.-Le dijo Rikarudo al extraño.
Pero al voltearse, el ya no estaba. Lo buscaron pero no se encontraba en ningún lado.
-En fin, creo que será mejor que nos vayamos antes de que la policía se atreva a venir.-Dijo Ricke.
-Si, al menos aún podemos buscar a ese señor. Vamos.-
Buscaron sus motos que por suerte no sufrieron daños durante su pelea, se subieron y se encaminaron hacia la casa del señor.
-Oye Ricke, tengo que decirte algo.-
-Olvídalo, se lo que vas a decir…confío en ti.-
-No me refiero a eso.-
-¿Entonces a que?-
-Ya te puedes quitar el casco.-
Los dos habían usado el casco durante toda la pelea, tanto que se les había olvidado por completo. Lo único que hicieron fue reír y quitarse el casco, mostrando sus rostros sudados y de cabellos alborotados. No podían perder tiempo, ahora que la agencia sabía de ellos, estaban a merced de ser perseguidos. Pero primero era lo primero, tenían que encontrar a esa persona antes de que la Agencia se interpusiera en su camino nuevamente.
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Re: Heroes GST
Capítulo 4
Mentiras, engaños y el gato parlante
-No crees que es muy tarde como para que estés… ¿guardando tus libros?-Decía una mujer joven en pijamas a su amigo, quien, a pesar de estar vestido para dormir, guardaba varios libros y plumas en un portafolios.
-No lo hago por gusto, además tú nunca me despiertas. ¿Qué tal si me quedo dormido cuando debería estar en la Universidad?-
-Pues sería tu problema.-Le dijo ella.
El hizo un gesto de sarcasmo y siguió guardando sus cosas mientras un gato negro se subía a la cama donde tenía el portafolio.
-¿Y no me digas que piensas dejarme sola atendiendo el negocio?-Ella le reclamó.
-Tengo que atender este trabajo, ya te dije que se trata de los asesinatos que ha habido en Criminología.-
-Bueno, al menos te llevarás al gato, supongo.-
-Sabes que el no se puede separar de mi.-
El gato oía la conversación como si la estuviera entendiendo, mientras miraba a los dos discutiendo.
-Bueno, has lo que quieras, pero las ganancias serán mías mientras yo esté sola, ¿Entendido?-
-¿Qué? Ashley, sabes que necesitamos los dos esos ingresos.-El le reclamó.
-No se porqué te quejas, tienes un nuevo trabajo, ¿no?-
Y salió de la habitación, dejándolo solo con el gato.
-No entiendo, según dices, ella y yo éramos vecinos, ¡pero es insoportable!-Le hablaba al gato, el cual solo maulló.
Era media noche y en la Facultad de Criminología de la Universidad de Giesti se oían gritos desesperados de un joven que corría desesperadamente por los pasillos del lugar, mientras que una persona de estatura media caminaba detrás de el, con la confianza de que no se escaparía.
-Espera por favor, solo estábamos jugando, no nos burlábamos de ti.-Suplicaba mientras corría de su perseguidor.
Un sablazo salido de la nada partió un árbol por el cual el chico perseguido pasaba. Este hizo que se tropezara y que el tronco cayera justo detrás de el, impidiendo su escape.
-Ahora no eres tan fuerte, ¿verdad?-Decía el perseguidor, un chico al que no se le podía ver ya que lo cubría la oscuridad.
-¡Por favor, no!-Suplicaba el otro.
-Vamos, corre…-Decía el chico.-te doy 5 segundos.-
El estudiante estaba paralizado de terror, no sabía que hacer.
-Cinco…-
-No, por favor, espera…-
-Cuatro…-
El comenzó a levantarse lo más rápido que pudo, pero el pánico le impedía moverse.
-Tres…-
Se levantó y comenzó a correr.
-Dos…-
El corría lo más rápido que podía, pero su atacante no se movía ni un centímetro.
-Uno…-
El gritó de desesperación, tratando de buscar una salida. El perseguidor lanzó una sonrisa demoniaca.
-Cero…-
En ese instante, algo atravesó el pecho del estudiante una y otra vez mientras su sangre saltaba y caía por todo el piso. Una, dos, tres, cuatro; cada sablazo hacía un gran agujero en su pecho. Diez, once, doce. Se detuvo al doceavo sablazo. El estudiante quedó parado en el lugar por un instante, y luego cayó al suelo sin vida mientras su sangre salía de su cuerpo. El asesino caminó hacia el, mientras la luz que iluminaba ese pedazo revelaba su rostro. Un chico grande, pero que parecía muy joven como para ir a la Universidad, tenía el cabello pelirrojo, ojos totalmente negros y un rostro algo pálido, haciéndolo ver tenebroso. Llegó hasta donde se encontraba el cuerpo de su víctima y dijo:
-Eso le pasa a las personas que me molestan. Espero que hayas aprendido la lección.-
Se dio la vuelta y salió corriendo antes de que alguien viera que el estaba ahí. Corría por los pasillos abiertos al aire libre mientras iba hacia la salida. Este asesino parecía conocer el lugar, ya que daba las vueltas en las esquinas como si viviera ahí.
El estaba a punto de llegar a la salida de la Facultad cuando enfrente de el vio la figura de una persona que parecía como si lo estuviera esperando. A pesar de estar oscuro, podía ver que llevaba su rostro cubierto con unos lentes, cubre bocas y una bandana, además de usar una gabardina que ocultaba toda su vestimenta. El asesino se detuvo, mientras verificaba si era un policía o un guardia.
-Eh…perdón, pero me quedé haciendo tarea hasta tarde.-Dijo el, tratando de convencer al extraño.
El sujeto de la gabardina no se movió de su lugar, ni siquiera movía un músculo, pero unas palabras salieron de su boca.
-No te creo…-
El chico se quedó en su lugar, mirándolo atentamente, pero en vez de asustarse le dijo:
-Ya veo…de seguro tu no eres mas que un vándalo.-
A lo que el extraño le respondió:
-Y tú no eres más que un asesino…-
Al chico le dieron escalofríos al oír esas palabras. Además de que era seguro de que ese tipo sabía que el había matado a ese estudiante, una brisa helada surgió de la nada, a pesar de ser una noche calurosa.
-Eh…yo no se de que hablas…-Dijo el asesino, mientras se calmaba y se concentraba.
El hombre de la gabardina se puso en posición de pelea, ya que su intención era capturarlo. El asesino dio un paso hacia atrás, buscando la manera de enfrentarlo.
-Oye, que te parece si lo discutimos…-Decía el mientras se concentraba aún más.
El extraño se preparó para atacarlo, pero en eso, el asesino lanzó una sonrisa malvada y de repente se oyeron sonidos de sables cortando el viento. Pero parecía que el otro estaba preparado, ya que con solo mover un brazo creó una barrera de hielo de la nada, bloqueando lo que parecía ser espadas que no se podían ver.
-¿Qué? ¿Cómo hizo eso?-Decía el chico mientras lanzaba sus espadas invisibles a su enemigo.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Se oían los golpes en el gran muro de hielo sólido que el tipo de gabardina había hecho aparecer.
-Esto es imposible.-Decía el asesino mientras trataba de romper el muro.
Nueve, diez, once, doce. Los golpes se detuvieron. En eso, como si el otro supiera que hacer, saltó encima de su muro de hielo a una distancia imposible de alcanzar por un humano ordinario. El asesino se sorprendió al ver que el seguía con vida, así que intentó recuperar sus espada, pero no lo logró a tiempo, por que antes de que lo hiciera, el cayó justo en frente de el y de un solo movimiento le dio una fuerte patada en la cabeza que lo mandó a volar hacia atrás hasta caer en el piso. Fue tan fuerte el golpe que el asesino no podía moverse, mientras que su atacante se le acercaba lentamente. El chico, al ser incapaz de usar sus espadas de nuevo, se levantó para tratar de escapar pero apenas comenzó a correr y la tierra se abrió a sus pies, haciéndolo caer y cerrándose para que quedara la mitad de su cuerpo de fuera, además de evitarle salir de ahí. El extraño se le acercó nuevamente con la seguridad de que no escaparía y que no usaría sus espadas en contra suya. El joven asesino lo miraba con terror, creyendo que podría matarlo.
-¿Qué…vas a hacerme?-Preguntó aterrado.
-…Nada.-
No sabía si tranquilizarse o asustarse más con esa respuesta. Su situación empeoró cuando el extraño se dio la vuelta para retirarse, dejándolo ahí enterrado.
-¿¡Oye, me vas a dejar aquí!?-Le gritó.
El extraño se detuvo, y sin voltear le dijo:
-Que las autoridades se encarguen de ti.-
Y se retiró del lugar sin hacer caso a las súplicas del asesino por sacarlo de ahí.
Mentiras, engaños y el gato parlante
-No crees que es muy tarde como para que estés… ¿guardando tus libros?-Decía una mujer joven en pijamas a su amigo, quien, a pesar de estar vestido para dormir, guardaba varios libros y plumas en un portafolios.
-No lo hago por gusto, además tú nunca me despiertas. ¿Qué tal si me quedo dormido cuando debería estar en la Universidad?-
-Pues sería tu problema.-Le dijo ella.
El hizo un gesto de sarcasmo y siguió guardando sus cosas mientras un gato negro se subía a la cama donde tenía el portafolio.
-¿Y no me digas que piensas dejarme sola atendiendo el negocio?-Ella le reclamó.
-Tengo que atender este trabajo, ya te dije que se trata de los asesinatos que ha habido en Criminología.-
-Bueno, al menos te llevarás al gato, supongo.-
-Sabes que el no se puede separar de mi.-
El gato oía la conversación como si la estuviera entendiendo, mientras miraba a los dos discutiendo.
-Bueno, has lo que quieras, pero las ganancias serán mías mientras yo esté sola, ¿Entendido?-
-¿Qué? Ashley, sabes que necesitamos los dos esos ingresos.-El le reclamó.
-No se porqué te quejas, tienes un nuevo trabajo, ¿no?-
Y salió de la habitación, dejándolo solo con el gato.
-No entiendo, según dices, ella y yo éramos vecinos, ¡pero es insoportable!-Le hablaba al gato, el cual solo maulló.
Era media noche y en la Facultad de Criminología de la Universidad de Giesti se oían gritos desesperados de un joven que corría desesperadamente por los pasillos del lugar, mientras que una persona de estatura media caminaba detrás de el, con la confianza de que no se escaparía.
-Espera por favor, solo estábamos jugando, no nos burlábamos de ti.-Suplicaba mientras corría de su perseguidor.
Un sablazo salido de la nada partió un árbol por el cual el chico perseguido pasaba. Este hizo que se tropezara y que el tronco cayera justo detrás de el, impidiendo su escape.
-Ahora no eres tan fuerte, ¿verdad?-Decía el perseguidor, un chico al que no se le podía ver ya que lo cubría la oscuridad.
-¡Por favor, no!-Suplicaba el otro.
-Vamos, corre…-Decía el chico.-te doy 5 segundos.-
El estudiante estaba paralizado de terror, no sabía que hacer.
-Cinco…-
-No, por favor, espera…-
-Cuatro…-
El comenzó a levantarse lo más rápido que pudo, pero el pánico le impedía moverse.
-Tres…-
Se levantó y comenzó a correr.
-Dos…-
El corría lo más rápido que podía, pero su atacante no se movía ni un centímetro.
-Uno…-
El gritó de desesperación, tratando de buscar una salida. El perseguidor lanzó una sonrisa demoniaca.
-Cero…-
En ese instante, algo atravesó el pecho del estudiante una y otra vez mientras su sangre saltaba y caía por todo el piso. Una, dos, tres, cuatro; cada sablazo hacía un gran agujero en su pecho. Diez, once, doce. Se detuvo al doceavo sablazo. El estudiante quedó parado en el lugar por un instante, y luego cayó al suelo sin vida mientras su sangre salía de su cuerpo. El asesino caminó hacia el, mientras la luz que iluminaba ese pedazo revelaba su rostro. Un chico grande, pero que parecía muy joven como para ir a la Universidad, tenía el cabello pelirrojo, ojos totalmente negros y un rostro algo pálido, haciéndolo ver tenebroso. Llegó hasta donde se encontraba el cuerpo de su víctima y dijo:
-Eso le pasa a las personas que me molestan. Espero que hayas aprendido la lección.-
Se dio la vuelta y salió corriendo antes de que alguien viera que el estaba ahí. Corría por los pasillos abiertos al aire libre mientras iba hacia la salida. Este asesino parecía conocer el lugar, ya que daba las vueltas en las esquinas como si viviera ahí.
El estaba a punto de llegar a la salida de la Facultad cuando enfrente de el vio la figura de una persona que parecía como si lo estuviera esperando. A pesar de estar oscuro, podía ver que llevaba su rostro cubierto con unos lentes, cubre bocas y una bandana, además de usar una gabardina que ocultaba toda su vestimenta. El asesino se detuvo, mientras verificaba si era un policía o un guardia.
-Eh…perdón, pero me quedé haciendo tarea hasta tarde.-Dijo el, tratando de convencer al extraño.
El sujeto de la gabardina no se movió de su lugar, ni siquiera movía un músculo, pero unas palabras salieron de su boca.
-No te creo…-
El chico se quedó en su lugar, mirándolo atentamente, pero en vez de asustarse le dijo:
-Ya veo…de seguro tu no eres mas que un vándalo.-
A lo que el extraño le respondió:
-Y tú no eres más que un asesino…-
Al chico le dieron escalofríos al oír esas palabras. Además de que era seguro de que ese tipo sabía que el había matado a ese estudiante, una brisa helada surgió de la nada, a pesar de ser una noche calurosa.
-Eh…yo no se de que hablas…-Dijo el asesino, mientras se calmaba y se concentraba.
El hombre de la gabardina se puso en posición de pelea, ya que su intención era capturarlo. El asesino dio un paso hacia atrás, buscando la manera de enfrentarlo.
-Oye, que te parece si lo discutimos…-Decía el mientras se concentraba aún más.
El extraño se preparó para atacarlo, pero en eso, el asesino lanzó una sonrisa malvada y de repente se oyeron sonidos de sables cortando el viento. Pero parecía que el otro estaba preparado, ya que con solo mover un brazo creó una barrera de hielo de la nada, bloqueando lo que parecía ser espadas que no se podían ver.
-¿Qué? ¿Cómo hizo eso?-Decía el chico mientras lanzaba sus espadas invisibles a su enemigo.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Se oían los golpes en el gran muro de hielo sólido que el tipo de gabardina había hecho aparecer.
-Esto es imposible.-Decía el asesino mientras trataba de romper el muro.
Nueve, diez, once, doce. Los golpes se detuvieron. En eso, como si el otro supiera que hacer, saltó encima de su muro de hielo a una distancia imposible de alcanzar por un humano ordinario. El asesino se sorprendió al ver que el seguía con vida, así que intentó recuperar sus espada, pero no lo logró a tiempo, por que antes de que lo hiciera, el cayó justo en frente de el y de un solo movimiento le dio una fuerte patada en la cabeza que lo mandó a volar hacia atrás hasta caer en el piso. Fue tan fuerte el golpe que el asesino no podía moverse, mientras que su atacante se le acercaba lentamente. El chico, al ser incapaz de usar sus espadas de nuevo, se levantó para tratar de escapar pero apenas comenzó a correr y la tierra se abrió a sus pies, haciéndolo caer y cerrándose para que quedara la mitad de su cuerpo de fuera, además de evitarle salir de ahí. El extraño se le acercó nuevamente con la seguridad de que no escaparía y que no usaría sus espadas en contra suya. El joven asesino lo miraba con terror, creyendo que podría matarlo.
-¿Qué…vas a hacerme?-Preguntó aterrado.
-…Nada.-
No sabía si tranquilizarse o asustarse más con esa respuesta. Su situación empeoró cuando el extraño se dio la vuelta para retirarse, dejándolo ahí enterrado.
-¿¡Oye, me vas a dejar aquí!?-Le gritó.
El extraño se detuvo, y sin voltear le dijo:
-Que las autoridades se encarguen de ti.-
Y se retiró del lugar sin hacer caso a las súplicas del asesino por sacarlo de ahí.
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Re: Heroes GST
-Oye, despierta. ¿Estás bien?-Le decía un enfermero al chico enterrado en el piso.
El reaccionó a esas palabras y despertó de golpe para pedirles que lo sacaran. Apenas abrió los ojos y vio a varios policías, enfermeros, maestros, alumnos e incluso reporteros que lo miraban con curiosidad, preguntándose como había quedado atrapado en ese hoyo.
Intentaron sacarlo tirando de sus brazos, pero al parecer la tierra en la que estaba enterrado no se lo permitía. No hubo otra opción más que llamar a los de mantenimiento de la Facultad para que lo sacaran de ahí, rompiendo el piso con picos. Tardaron una hora entera para poder liberarlo del lugar. Cuando lo hicieron, fue llevado en camilla a una ambulancia para revisarlo mientras que los reporteros que se encontraban ahí le hacían preguntas.
-Hola, ¿como te llamas?-Dijo uno de ellos.
-Edward Heavens-Dijo el chico mientras lo metían a la ambulancia.
-¿Qué fue lo que sucedió? ¿Cómo quedó atrapado en el lugar?-
Edgard no podía decirles lo que había sucedido realmente, y menos a las autoridades o a los medios. Aprovechó la situación.
-Fue el asesino…-Dijo el.
Muchas personas que se concentraban en otras cosas voltearon al oir esas palabras.
-¿Tú estabas con el otro estudiante que murió en la plaza de este lugar?-Dijo una periodista.
-Si…creo que el se quedó haciendo tarea igual que yo, y cuando salimos, llegó el asesino y lo mató.-
-¿Y tu como escapaste?-Dijo otro reportero.
-No se que hizo…pero abrió la tierra y me atrapó, después me pateó en la cabeza y de ahí no recuerdo nada.-
-Esa declaración puede ser de mucha ayuda para la policía.-Dijo un oficial, que oía las palabras de Heavens.-Dinos, ¿Cómo era el asesino?-
Era la oportunidad que Edward esperaba, ya que nadie sospechaba de el, podría inculpar al que le había hecho eso.
-Lo recuerdo muy bien. No pude ver su rostro pero si como vestía. Usaba una gabardina café claro totalmente cerrada, lentes oscuros, cubre bocas y una bandana. No pude ver su rostro ni su cabello, pero de seguro así viste siempre.-
El policía que lo interrogaba anotó esa información en una libreta, mientras Edward lanzaba una pequeña sonrisa; nadie sospechaba de el y ahora irían por el que lo lastimó. Su mente sádica solo se imaginaba la forma como lo atraparía.
Eran las 7:30 de la noche y la clase de Psicología iba a comenzar. Edward se sentó hasta la primera silla del salón, lugar donde acostumbraba estar. Mientras tanto oía a sus compañeros hablar sobre el asesinato de la noche pasada, mientras que un grupo en especial se cuestionaba sobre ese tema.
-¿Qué crees que hacía Ryan aquí, Marcos?-Decía uno.
-Mejor dicho, ¿que hacía con el perdedor de Heavens?-
-Según supe Ed retó a Ryan a venir.-
-Claro, para mostrar su hombría.-Bromeó Marcos
Se comenzaron a reír mientras que Heavens los veía. No le importaba eso, ya que sabía que fácilmente se podía vengar. El profesor de Psicología llegó al salón, un hombre alto y extrañamente joven, usaba un traje de gala, tenía el cabello largo y negro, atado en una cola de caballo, en una mano traía un portafolios y en su otra mano llevaba un gato negro que daba la impresión de que miraba a todo el salón.
-Buenos días, soy el nuevo maestro de psicología, Dante Asuka.-Decía el mientras ponía su portafolios en el escritorio y el gato saltaba a este para sentarse.
Los estudiantes se veían confundidos, no por el maestro, sino por el gato que había traído.
-Disculpe, profesor…-Dijo una chica en uno de los asientos de la primera fila.-¿Y el gato?-
Al oir esas palabras, el animal saltó del escritorio y fue hacia la chica que había preguntado, luego se subió a sus piernas y se acurrucó.
-¡Henshin, no hagas eso!-Le reclamó al gato.
Pero el gato no hizo caso. La chica comenzó a rascarle detrás de la oreja, haciendo que el gato ronroneara.
-Es muy lindo, profesor.-Decía otra chica mientras iba con el gato.
Henshin robó la atención de los alumnos por un momento, pero después el profesor les pidió atención.
-Dejaré que tengan al gato durante la clase, pero solo si ponen atención, ¿entendido?-Decía Dante.
La clase comenzó, mientras el gato ronroneaba a cada rato, como si fuera su intención interrumpir la clase de su amo.
La clase continuó, mientras que los estudiantes hacían ejercicios de su libro y el profesor escribía unas cosas en una libreta.
-El sobreviviente del ataque del asesino es Edward Heavens…-Pensaba el mientras miraba de vez en cuando a ese alumno.-Creo que sería buena idea investigarlo a el primero. Es raro que después de tantos asesinatos el haya sido el único sobreviviente, y sin ninguna herida grave. Lo vigilaré por el momento.-
Las clases terminaron a las 10:00 de la noche. Los alumnos comenzaban a salir de la Facultad. Mientras tanto, Edward caminaba por todo el lugar buscando a alguien.
-Oye, Heavens.-Le gritó Marcos, quien iba pasando con sus amigos.
El volteó y vio que era uno de los que se burlaban de el en el salón.
-Dime, ¿qué hacías con Ryan anoche?-Le preguntó.
-Ya lo dije, curiosamente el se quedó haciendo tarea al mismo tiempo que yo. No me culpes por lo que le sucedió.-Decía Edward mientras intentaba alejarse.
-Ha, yo creo que al final tenía otros gustos.-
Los otros comenzaron a reírse mientras que la sangre de Heavens hervía de coraje.
-No puedo creer que te rías de esa manera después de que uno de tus amigos fue asesinado.-
-¿Amigo? El no era mi amigo. Lo incluimos para que nos ayudara con las tareas.-
Heavens no podía creer que el hablara de Ryan de esa manera, a pesar de que a el no le importara.
-Tengo que irme.-Dijo Edward mientras se alejaba.
-Solo ten cuidado, no vaya a ser que el asesino regrese por ti.-Decía Marcos mientras se reía.
Edward ya había encontrado a su siguiente víctima, y esta vez estaba justificado. Creo que burlarse de alguien a quien le habían quitado la vida hace poco era cruel. Para el, era buena idea hacerle sentir lo mismo que a Ryan, así aprendería. Se alejó mientras sonreía maliciosamente, esa noche el asesino aparecería, y lo mejor para el era que buscaban al hombre equivocado. Pero alguien lo observaba mientras se iba, El profesor Dante, quien traía a su gato Henshin en su brazo lo veía sospechando sobre el y teniendo la intención de seguirlo esa noche.
El reaccionó a esas palabras y despertó de golpe para pedirles que lo sacaran. Apenas abrió los ojos y vio a varios policías, enfermeros, maestros, alumnos e incluso reporteros que lo miraban con curiosidad, preguntándose como había quedado atrapado en ese hoyo.
Intentaron sacarlo tirando de sus brazos, pero al parecer la tierra en la que estaba enterrado no se lo permitía. No hubo otra opción más que llamar a los de mantenimiento de la Facultad para que lo sacaran de ahí, rompiendo el piso con picos. Tardaron una hora entera para poder liberarlo del lugar. Cuando lo hicieron, fue llevado en camilla a una ambulancia para revisarlo mientras que los reporteros que se encontraban ahí le hacían preguntas.
-Hola, ¿como te llamas?-Dijo uno de ellos.
-Edward Heavens-Dijo el chico mientras lo metían a la ambulancia.
-¿Qué fue lo que sucedió? ¿Cómo quedó atrapado en el lugar?-
Edgard no podía decirles lo que había sucedido realmente, y menos a las autoridades o a los medios. Aprovechó la situación.
-Fue el asesino…-Dijo el.
Muchas personas que se concentraban en otras cosas voltearon al oir esas palabras.
-¿Tú estabas con el otro estudiante que murió en la plaza de este lugar?-Dijo una periodista.
-Si…creo que el se quedó haciendo tarea igual que yo, y cuando salimos, llegó el asesino y lo mató.-
-¿Y tu como escapaste?-Dijo otro reportero.
-No se que hizo…pero abrió la tierra y me atrapó, después me pateó en la cabeza y de ahí no recuerdo nada.-
-Esa declaración puede ser de mucha ayuda para la policía.-Dijo un oficial, que oía las palabras de Heavens.-Dinos, ¿Cómo era el asesino?-
Era la oportunidad que Edward esperaba, ya que nadie sospechaba de el, podría inculpar al que le había hecho eso.
-Lo recuerdo muy bien. No pude ver su rostro pero si como vestía. Usaba una gabardina café claro totalmente cerrada, lentes oscuros, cubre bocas y una bandana. No pude ver su rostro ni su cabello, pero de seguro así viste siempre.-
El policía que lo interrogaba anotó esa información en una libreta, mientras Edward lanzaba una pequeña sonrisa; nadie sospechaba de el y ahora irían por el que lo lastimó. Su mente sádica solo se imaginaba la forma como lo atraparía.
Eran las 7:30 de la noche y la clase de Psicología iba a comenzar. Edward se sentó hasta la primera silla del salón, lugar donde acostumbraba estar. Mientras tanto oía a sus compañeros hablar sobre el asesinato de la noche pasada, mientras que un grupo en especial se cuestionaba sobre ese tema.
-¿Qué crees que hacía Ryan aquí, Marcos?-Decía uno.
-Mejor dicho, ¿que hacía con el perdedor de Heavens?-
-Según supe Ed retó a Ryan a venir.-
-Claro, para mostrar su hombría.-Bromeó Marcos
Se comenzaron a reír mientras que Heavens los veía. No le importaba eso, ya que sabía que fácilmente se podía vengar. El profesor de Psicología llegó al salón, un hombre alto y extrañamente joven, usaba un traje de gala, tenía el cabello largo y negro, atado en una cola de caballo, en una mano traía un portafolios y en su otra mano llevaba un gato negro que daba la impresión de que miraba a todo el salón.
-Buenos días, soy el nuevo maestro de psicología, Dante Asuka.-Decía el mientras ponía su portafolios en el escritorio y el gato saltaba a este para sentarse.
Los estudiantes se veían confundidos, no por el maestro, sino por el gato que había traído.
-Disculpe, profesor…-Dijo una chica en uno de los asientos de la primera fila.-¿Y el gato?-
Al oir esas palabras, el animal saltó del escritorio y fue hacia la chica que había preguntado, luego se subió a sus piernas y se acurrucó.
-¡Henshin, no hagas eso!-Le reclamó al gato.
Pero el gato no hizo caso. La chica comenzó a rascarle detrás de la oreja, haciendo que el gato ronroneara.
-Es muy lindo, profesor.-Decía otra chica mientras iba con el gato.
Henshin robó la atención de los alumnos por un momento, pero después el profesor les pidió atención.
-Dejaré que tengan al gato durante la clase, pero solo si ponen atención, ¿entendido?-Decía Dante.
La clase comenzó, mientras el gato ronroneaba a cada rato, como si fuera su intención interrumpir la clase de su amo.
La clase continuó, mientras que los estudiantes hacían ejercicios de su libro y el profesor escribía unas cosas en una libreta.
-El sobreviviente del ataque del asesino es Edward Heavens…-Pensaba el mientras miraba de vez en cuando a ese alumno.-Creo que sería buena idea investigarlo a el primero. Es raro que después de tantos asesinatos el haya sido el único sobreviviente, y sin ninguna herida grave. Lo vigilaré por el momento.-
Las clases terminaron a las 10:00 de la noche. Los alumnos comenzaban a salir de la Facultad. Mientras tanto, Edward caminaba por todo el lugar buscando a alguien.
-Oye, Heavens.-Le gritó Marcos, quien iba pasando con sus amigos.
El volteó y vio que era uno de los que se burlaban de el en el salón.
-Dime, ¿qué hacías con Ryan anoche?-Le preguntó.
-Ya lo dije, curiosamente el se quedó haciendo tarea al mismo tiempo que yo. No me culpes por lo que le sucedió.-Decía Edward mientras intentaba alejarse.
-Ha, yo creo que al final tenía otros gustos.-
Los otros comenzaron a reírse mientras que la sangre de Heavens hervía de coraje.
-No puedo creer que te rías de esa manera después de que uno de tus amigos fue asesinado.-
-¿Amigo? El no era mi amigo. Lo incluimos para que nos ayudara con las tareas.-
Heavens no podía creer que el hablara de Ryan de esa manera, a pesar de que a el no le importara.
-Tengo que irme.-Dijo Edward mientras se alejaba.
-Solo ten cuidado, no vaya a ser que el asesino regrese por ti.-Decía Marcos mientras se reía.
Edward ya había encontrado a su siguiente víctima, y esta vez estaba justificado. Creo que burlarse de alguien a quien le habían quitado la vida hace poco era cruel. Para el, era buena idea hacerle sentir lo mismo que a Ryan, así aprendería. Se alejó mientras sonreía maliciosamente, esa noche el asesino aparecería, y lo mejor para el era que buscaban al hombre equivocado. Pero alguien lo observaba mientras se iba, El profesor Dante, quien traía a su gato Henshin en su brazo lo veía sospechando sobre el y teniendo la intención de seguirlo esa noche.
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Re: Heroes GST
En una parte de la ciudad Marcos iba caminando por las calles oscuras dirigiéndose a su casa. En uno de los techos de las casas de ese lugar se encontraba Edward, concentrando su energía para matarlo con sus espadas. Esta vez el usaba una pañoleta en la boca para que no lo identificara, así que no temía porque se escapara. Sus espadas invisibles comenzaron a crearse, y el estaba listo para aniquilarlo. Preparó una espada, apuntó hacia Marcos y…
Una ráfaga de viento sacudió a Heavens. Esta era tan fuerte que comenzó a perder el equilibrio. Rápidamente se dio cuenta de que alguien controlaba ese viento ya que en unos segundos este se lo llevó hacia un callejón, previniendo a Marcos de morir acribillado. La ráfaga se detuvo y Heavens cayó al suelo, en un pasillo oscuro y lleno de botes de basura, mientras perdía su cubre bocas.
-¿Qué fue eso?-Decía mientras se levantaba.
Se paró, y enfrente de el vio una persona que lo miraba atentamente, un rostro familiar que le había hecho pasar una noche agria. El tipo de la gabardina lo observaba, mientras la brisa cedía poco a poco.
-¿Tu de nuevo?-Dijo Edward.
-Al parecer no aprendiste la lección. No entiendo porqué tienes que matarlos.-Decía el extraño.
-Ha, ¿enserio quieres saber porqué los mato?-Preguntó Heavens mientras sonreía.-Te diré, esas personas no merecen vivir. Solo ocupan un espacio en el mundo. Ese idiota de Marcos es un imbecil. Si hubieras oído lo que dijo sobre Ryan, tú también querrías matarlo.-
-Tal vez, pero no tenemos el derecho de quitarle la vida a las personas… ¿Y porqué mataste al otro?-
-El ya me tenía harto, solo molestaba para sentirse más fuerte. Era hora de que alguien le diera una lección.-
Hubo un silencio en el lugar. Los dos se miraban fijamente, como si en cualquier momento fueran a pelear.
-¿Porqué haces esto?-Preguntó el extraño.-Tu tienes un poder especial, y lo usas para matar gente.-
-Lo hago para deshacerme de todo aquel que no merezca vivir. Todos aquellos que me molesten a mi o a otros recibirán el castigo de Edward Heavens.-
-Esa no es una razón. No deberías usar esos poderes que tienes para el mal.-
-¿Para el mal?-Gritó Heavens.-Yo no los uso para el mal, los uso para deshacerme de todo aquel que no merezca vivir.-
Hubo otro momento de silencio, en donde los dos se volvieron a mirar fijamente. Pero llegó el momento en el que el extraño bajó la guardia.
-Puedo ayudarte.-Dijo.-Si vienes conmigo, te enseñaré a usar correctamente tus poderes. Aún es tiempo de que los uses para cosas buenas.-
-¿Qué dices?-
-Así es, si vienes conmigo, te perdonaré los asesinatos que has hecho, serás capaz de enmendarlos, siempre y cuando uses tu don para el bien de la gente.-
Edward no sabía si creerle, así nada más le perdonaría las muertes que el había hecho. ¿Sería cierto lo que el decía?
-Entonces…si voy contigo, ¿ya no me perseguirás?-
-Así es, y te ayudaré a sacar el máximo potencial de tu poder.-
Heavens bajó la cabeza y comenzó a considerarlo. Le era difícil creer que después de lo que había sucedido el lo perdonaría. Era mejor aprovechar la situación.
-Tal vez…tengas razón.-Dijo el.
-Vamos, si quieres cambiarte a ti mismo, ven conmigo.-
Edward levantó la cabeza y lo miró.
-Lo haré, no hay otra opción…-
Se oyó que una espada cortaba el viento y al siguiente segundo algo atravesó el corazón del extraño. El no tuvo tiempo de reaccionar cuando ese sable cortó su carne. Miró hacia su herida, la cual poco a poco comenzó a sangrar, y a pesar de no ver el arma, sentía el frío filo. Edward sonrió mientras veía como su víctima quedaba inmovilizada por su ataque.
-¿Enserio creíste que te haría caso?-Comenzó a hablar.-Eres más estúpido de lo que creía.-
Hizo un movimiento con su mano y retiró la espada invisible del pecho del extraño, haciéndolo caer hacia delante. El se sostenía con sus rodillas, pero sentía como poco a poco perdía la sangre y el conocimiento. Edward fue hacia el, se detuvo y lo miró mientras sonreía diabólicamente.
-Eres un testigo, por lo tanto no te puedo dejar con vida. Espero que tú también hayas aprendido la lección, jamás molestes a Edward Heavens.-
Se dio la vuelta y salió del callejón, dejando al otro desangrándose.
-Esto…no puede…terminar así…-Dijo antes de caer al suelo por completo, mientras sus lentes se separaban de su rostro y caían a un lado suyo.
Mientras tanto, una persona había visto todo desde el techo de un edificio. El profesor Asuka y su gato observaban como Heavens escapaba del lugar sin que nadie se diera cuenta.
-¿El es el asesino? Que lástima, es un buen estudiante.-Le decía Dante a su gato.
-Necesitaremos pruebas antes de poder atraparlo.-Se oyó una voz.
-Mientras tanto, debemos tenerlo en observación.-Dijo Dante.-Y habrá que ser cuidadosos, parece que el es uno de los afectados por la tormenta eléctrica.-
Se puso de pie mientras que el gato se cambiaba a su hombro.
-Habrá que tener mucho cuidado, Henshin.-
El gato lo miró, luego abrió su boca y habló.
-Es hora de volver al trabajo.-
Dante asintió con la cabeza y volteó a ver a Heavens, quien se mezclaba con la multitud.
-Me siento mal por no haber podido ayudar a ese tipo. Además, el coincide con la descripción que Edward dio. Al parecer, quería inculparlo, pero ahora ya no importa. No puedo creer que lo haya matado de esa manera.-
-No podíamos hacer nada, además, si denunciamos el asesinato, nos preguntarán como lo vimos. Te convertirás en el primer sospechoso.-Le comentó el gato.
El viento sopló calidamente mientras las luces iluminaban las calles y banquetas. Dante se dio la vuelta para salir de ese edificio mientras recitaba unas palabras.
-Tu muerte no será en vano. Ahora se quien es el culpable y el será el que pague por las atrocidades que ha hecho.-
-Que así sea.-Dijo Henshin mientras que se acomodaba en el hombro de su amo.
El entró a una puerta mientras pensaba en el joven de gabardina, quien se desangraba en el callejón al lado del edificio en el que el estaba. Sintió una impotencia por no poder ayudarlo, pero prometió capturar al culpable y vengar la muerte de un hacedor de la justicia.
Una ráfaga de viento sacudió a Heavens. Esta era tan fuerte que comenzó a perder el equilibrio. Rápidamente se dio cuenta de que alguien controlaba ese viento ya que en unos segundos este se lo llevó hacia un callejón, previniendo a Marcos de morir acribillado. La ráfaga se detuvo y Heavens cayó al suelo, en un pasillo oscuro y lleno de botes de basura, mientras perdía su cubre bocas.
-¿Qué fue eso?-Decía mientras se levantaba.
Se paró, y enfrente de el vio una persona que lo miraba atentamente, un rostro familiar que le había hecho pasar una noche agria. El tipo de la gabardina lo observaba, mientras la brisa cedía poco a poco.
-¿Tu de nuevo?-Dijo Edward.
-Al parecer no aprendiste la lección. No entiendo porqué tienes que matarlos.-Decía el extraño.
-Ha, ¿enserio quieres saber porqué los mato?-Preguntó Heavens mientras sonreía.-Te diré, esas personas no merecen vivir. Solo ocupan un espacio en el mundo. Ese idiota de Marcos es un imbecil. Si hubieras oído lo que dijo sobre Ryan, tú también querrías matarlo.-
-Tal vez, pero no tenemos el derecho de quitarle la vida a las personas… ¿Y porqué mataste al otro?-
-El ya me tenía harto, solo molestaba para sentirse más fuerte. Era hora de que alguien le diera una lección.-
Hubo un silencio en el lugar. Los dos se miraban fijamente, como si en cualquier momento fueran a pelear.
-¿Porqué haces esto?-Preguntó el extraño.-Tu tienes un poder especial, y lo usas para matar gente.-
-Lo hago para deshacerme de todo aquel que no merezca vivir. Todos aquellos que me molesten a mi o a otros recibirán el castigo de Edward Heavens.-
-Esa no es una razón. No deberías usar esos poderes que tienes para el mal.-
-¿Para el mal?-Gritó Heavens.-Yo no los uso para el mal, los uso para deshacerme de todo aquel que no merezca vivir.-
Hubo otro momento de silencio, en donde los dos se volvieron a mirar fijamente. Pero llegó el momento en el que el extraño bajó la guardia.
-Puedo ayudarte.-Dijo.-Si vienes conmigo, te enseñaré a usar correctamente tus poderes. Aún es tiempo de que los uses para cosas buenas.-
-¿Qué dices?-
-Así es, si vienes conmigo, te perdonaré los asesinatos que has hecho, serás capaz de enmendarlos, siempre y cuando uses tu don para el bien de la gente.-
Edward no sabía si creerle, así nada más le perdonaría las muertes que el había hecho. ¿Sería cierto lo que el decía?
-Entonces…si voy contigo, ¿ya no me perseguirás?-
-Así es, y te ayudaré a sacar el máximo potencial de tu poder.-
Heavens bajó la cabeza y comenzó a considerarlo. Le era difícil creer que después de lo que había sucedido el lo perdonaría. Era mejor aprovechar la situación.
-Tal vez…tengas razón.-Dijo el.
-Vamos, si quieres cambiarte a ti mismo, ven conmigo.-
Edward levantó la cabeza y lo miró.
-Lo haré, no hay otra opción…-
Se oyó que una espada cortaba el viento y al siguiente segundo algo atravesó el corazón del extraño. El no tuvo tiempo de reaccionar cuando ese sable cortó su carne. Miró hacia su herida, la cual poco a poco comenzó a sangrar, y a pesar de no ver el arma, sentía el frío filo. Edward sonrió mientras veía como su víctima quedaba inmovilizada por su ataque.
-¿Enserio creíste que te haría caso?-Comenzó a hablar.-Eres más estúpido de lo que creía.-
Hizo un movimiento con su mano y retiró la espada invisible del pecho del extraño, haciéndolo caer hacia delante. El se sostenía con sus rodillas, pero sentía como poco a poco perdía la sangre y el conocimiento. Edward fue hacia el, se detuvo y lo miró mientras sonreía diabólicamente.
-Eres un testigo, por lo tanto no te puedo dejar con vida. Espero que tú también hayas aprendido la lección, jamás molestes a Edward Heavens.-
Se dio la vuelta y salió del callejón, dejando al otro desangrándose.
-Esto…no puede…terminar así…-Dijo antes de caer al suelo por completo, mientras sus lentes se separaban de su rostro y caían a un lado suyo.
Mientras tanto, una persona había visto todo desde el techo de un edificio. El profesor Asuka y su gato observaban como Heavens escapaba del lugar sin que nadie se diera cuenta.
-¿El es el asesino? Que lástima, es un buen estudiante.-Le decía Dante a su gato.
-Necesitaremos pruebas antes de poder atraparlo.-Se oyó una voz.
-Mientras tanto, debemos tenerlo en observación.-Dijo Dante.-Y habrá que ser cuidadosos, parece que el es uno de los afectados por la tormenta eléctrica.-
Se puso de pie mientras que el gato se cambiaba a su hombro.
-Habrá que tener mucho cuidado, Henshin.-
El gato lo miró, luego abrió su boca y habló.
-Es hora de volver al trabajo.-
Dante asintió con la cabeza y volteó a ver a Heavens, quien se mezclaba con la multitud.
-Me siento mal por no haber podido ayudar a ese tipo. Además, el coincide con la descripción que Edward dio. Al parecer, quería inculparlo, pero ahora ya no importa. No puedo creer que lo haya matado de esa manera.-
-No podíamos hacer nada, además, si denunciamos el asesinato, nos preguntarán como lo vimos. Te convertirás en el primer sospechoso.-Le comentó el gato.
El viento sopló calidamente mientras las luces iluminaban las calles y banquetas. Dante se dio la vuelta para salir de ese edificio mientras recitaba unas palabras.
-Tu muerte no será en vano. Ahora se quien es el culpable y el será el que pague por las atrocidades que ha hecho.-
-Que así sea.-Dijo Henshin mientras que se acomodaba en el hombro de su amo.
El entró a una puerta mientras pensaba en el joven de gabardina, quien se desangraba en el callejón al lado del edificio en el que el estaba. Sintió una impotencia por no poder ayudarlo, pero prometió capturar al culpable y vengar la muerte de un hacedor de la justicia.
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Re: Heroes GST
Capítulo 5
Hermandad
En un callejón totalmente oscuro, donde apenas y llegaba la luz se encontraba un joven de gabardina desangrándose de una herida fatal. Sus esperanzas de vida eran nulas, y lo único que podía hacer era luchar inútilmente por seguir consciente. Apenas y podía moverse y sus llamados de auxilio no salían de su boca.
Una sombra se movió entre los botes de basura que estaban cerca del joven moribundo. Era una persona pequeña, un niño que se movía por el callejón curioso de saber que había sucedido. Se acercó lentamente al tipo de la gabardina, pero al ver que estaba tirado encima de un charco de sangre se apresuró a verlo. Cuando llegó con el, la poca luz que había iluminó su cuerpo. No era un niño, era una niña. De estatura mediana, de piel oscura por la suciedad y de cabello largo y alborotado. Llevaba puesto una falda remendada que le llegaba hasta las rodillas y un suéter de adulto, grande para ella. Sus ojos eran claros y castaños, y a pesar de ser pobre, en ella se mostraba un rostro de inocencia.
Se arrodilló al lado del herido para ver que le sucedía. Estaba lastimado de lo que parecía ser un cuchillazo que le había atravesado el corazón. Ella lo revisó para ver que podía hacer, a pesar de que era imposible de que el sobreviviera. Pero ella guardó los ánimos. Puso sus manos en la espalda del joven y cerró sus ojos. Durante un par de segundos no sucedió nada, pero llegó el momento en el que la herida comenzó a cerrarse por completo, deteniendo el sangrado y salvándole la vida. Era increíble lo que había sucedido, ya que apenas la niña quitó sus manos, el joven abrió los ojos. Se levantó de inmediato, asustando a la niña, la cual cayó de espaldas. El comenzó a revisarse en el pecho, buscando si la herida seguía ahí, pero ya no estaba. ¿Cómo era posible que siguiera con vida?
El se volteó para ver quien lo había ayudado. Un cubre bocas y una bandana que el usaba lo hacían ver amenazador, por lo que la niña se paralizó del susto al verlo. El la miró un momento, preguntándose cómo lo había hecho, pero dejó sus pensamientos y le dio la mano a la niña para ayudarla a levantarse. Ella no sabía que hacer, pero al ver sus ojos, los cuales le parecieron honestos, tomó su mano y se levantó.
-¿Cómo me salvaste?-Le dijo el, con una voz amable.
Ella no dijo nada, era como si decirle fuera a hacerle daño. El joven, al no oír respuesta, creyó que lo mejor era no preguntarle de nuevo. A pesar de que el no era de peligro, ella se sintió preocupada, por lo que se dio la vuelta y salió corriendo por el callejón.
-Espera, no te vayas.-Le dijo a la niña.
Pero ella no se detuvo, hasta perderse en la oscuridad.
La niña corrió varias calles entre callejones para mantenerse oculta. A pesar de que esa persona no parecía ser mala, ella lo único que quería era regresar a su casa.
Se detuvo en uno de los callejones luego de correr por más de seis calles. Luego, miró hacia todos lados para asegurarse de que nadie la siguiera y sacó un bulto de uno de los bolsillos que tenía su suéter. Ese bulto era dinero, varios billetes que ella miraba celosamente. Comenzó a contaros uno por uno, para saber cuanto tenía.
-40 dólares…-Murmuró.-40 dólares…son míos…-
Su rostro se iluminó de felicidad mientras veía su botín. Era obvio que ella le había robado ese dinero al joven que había salvado, pero eso no le importaba en ese momento.
-Son 40 dólares, se que los robé pero es un precio justo, después de todo le salvé la vida.-
Ella se veía muy feliz al ver todo el dinero que había juntado. Al ser una niña pobre eso era un gran tesoro para ella.
-Es mejor que lo guarde, así si necesito algo tendré con que pagar.-
Lo volvió a meter en su bolsillo del suéter y siguió caminando hacia la calle. Esta estaba totalmente vacía, no había gente ni carros que pasaran, por lo que ella se confió y cruzó la calle. Pero en ese momento se oyó un motor que se encendía. Unos faros prendieron sus luces y una camioneta de color negro, que parecía ser blindada aceleró lo más rápido que pudo. Se dirigió hacia donde caminaba la niña y de un arrancón la atropelló, lanzándola por encima y haciéndola caer fuertemente en el asfalto. El golpe pudo haberla matado, pero era increíble el ver que solo había quedado inconsciente.
Dos hombres vestidos de negro y usando lentes oscuros bajaron del auto y se dirigieron hacia donde estaba la niña. La recogieron y regresaron al vehículo. Pero antes de entrar, fueron interceptados por un hombre el cual detuvo al que llevaba a la niña. Era grande y musculoso, llevaba una túnica anaranjada y su cabello era negro y estaba totalmente parado.
-¿Quién eres tu? Hazte a un lado si no quieres sufrir las consecuencias?-Le dijo el hombre de negro.
-Mas te vale que sueltes a esa niña o tu serás el que salga lastimado…-Dijo el musculoso.
Y sin avisar, soltó un fuerte golpe en el estómago que hizo que el secuestrador soltara a la pequeña. El otro reaccionó a tiempo y la atrapó antes de que cayera al suelo.
-¿Qué demonios sucede?-Dijo el otro hombre de negro mientras apuntaba con un arma al musculoso.
La niña seguía sin despertar y el que la ayudaba solo se quedó viendo al tipo que le apuntaba.
-Pika pika.-
Un sonido llegaba desde los pies del que apuntaba. El miró que era y se encontró con un ratón amarillo que le llegaba hasta la rodilla.
-¿Qué es esta cosa?-
El ratón lo miró, luego frunció el seño y cargó energía. Chispas salieron de sus mejillas rojas.
-Pika…CHU!!!-
Una descarga eléctrica salió de la pequeña criatura para golpear de lleno al agente, el cual solo pudo hacerse hacia atrás. La descarga también llegó al otro de negro, lastimándolo seriamente.
-Así se hace Gameón-Dijo el otro.
Los agentes, asustados por los poderes de los dos, corrieron hacia su camioneta, subieron y pisaron a fondo el acelerador para escapar del lugar, dejando al ratón amarillo, al musculoso y a la niña sana y salva.
-Pika pika, pikachu.-Decía el ratón.
-¿Qué? Sabes que no te entiendo cuando estás así.-Dijo el otro.-Pero antes de que te transformes, hazlo en otro personaje, tal vez aún nos espíen.-
El pequeño asintió, luego su cuerpo se volvió brillante y creció hasta convertirse en un hombre alto, de cabello rubio y usando chaqueta de cuero.
-Dije que fue buena idea el que te convirtieras en Goku, Soul.-Dijo.
-Ah, perdón.-
Los dos vieron a la dirección por donde se habían escapado los dos hombres de negro.
-¿Qué querían de esta niña, Scott?-Dijo Soul, mientras la miraba.
-No lo se, pero no puedo creer que siga con vida. Nosotros la vimos siendo atropellada vilmente por esos dos.-
-Lo mejor será quedarnos así hasta llevarla a un lugar seguro.-
-Si, pero que sea rápido, sabes que no nos podemos quedar así por mucho tiempo.-Scott sugirió.
-Que sea a la casa, tus padres no están. Podremos atenderla ahí.-Soul sugirió.
-Buena idea.-
Los dos corrieron por las calles. Soul, disfrazado de un personaje de anime y Scott, de un personaje de videojuegos, llevaban a la niña a un lugar seguro, esperando que esas personas no los encontraran.
Hermandad
En un callejón totalmente oscuro, donde apenas y llegaba la luz se encontraba un joven de gabardina desangrándose de una herida fatal. Sus esperanzas de vida eran nulas, y lo único que podía hacer era luchar inútilmente por seguir consciente. Apenas y podía moverse y sus llamados de auxilio no salían de su boca.
Una sombra se movió entre los botes de basura que estaban cerca del joven moribundo. Era una persona pequeña, un niño que se movía por el callejón curioso de saber que había sucedido. Se acercó lentamente al tipo de la gabardina, pero al ver que estaba tirado encima de un charco de sangre se apresuró a verlo. Cuando llegó con el, la poca luz que había iluminó su cuerpo. No era un niño, era una niña. De estatura mediana, de piel oscura por la suciedad y de cabello largo y alborotado. Llevaba puesto una falda remendada que le llegaba hasta las rodillas y un suéter de adulto, grande para ella. Sus ojos eran claros y castaños, y a pesar de ser pobre, en ella se mostraba un rostro de inocencia.
Se arrodilló al lado del herido para ver que le sucedía. Estaba lastimado de lo que parecía ser un cuchillazo que le había atravesado el corazón. Ella lo revisó para ver que podía hacer, a pesar de que era imposible de que el sobreviviera. Pero ella guardó los ánimos. Puso sus manos en la espalda del joven y cerró sus ojos. Durante un par de segundos no sucedió nada, pero llegó el momento en el que la herida comenzó a cerrarse por completo, deteniendo el sangrado y salvándole la vida. Era increíble lo que había sucedido, ya que apenas la niña quitó sus manos, el joven abrió los ojos. Se levantó de inmediato, asustando a la niña, la cual cayó de espaldas. El comenzó a revisarse en el pecho, buscando si la herida seguía ahí, pero ya no estaba. ¿Cómo era posible que siguiera con vida?
El se volteó para ver quien lo había ayudado. Un cubre bocas y una bandana que el usaba lo hacían ver amenazador, por lo que la niña se paralizó del susto al verlo. El la miró un momento, preguntándose cómo lo había hecho, pero dejó sus pensamientos y le dio la mano a la niña para ayudarla a levantarse. Ella no sabía que hacer, pero al ver sus ojos, los cuales le parecieron honestos, tomó su mano y se levantó.
-¿Cómo me salvaste?-Le dijo el, con una voz amable.
Ella no dijo nada, era como si decirle fuera a hacerle daño. El joven, al no oír respuesta, creyó que lo mejor era no preguntarle de nuevo. A pesar de que el no era de peligro, ella se sintió preocupada, por lo que se dio la vuelta y salió corriendo por el callejón.
-Espera, no te vayas.-Le dijo a la niña.
Pero ella no se detuvo, hasta perderse en la oscuridad.
La niña corrió varias calles entre callejones para mantenerse oculta. A pesar de que esa persona no parecía ser mala, ella lo único que quería era regresar a su casa.
Se detuvo en uno de los callejones luego de correr por más de seis calles. Luego, miró hacia todos lados para asegurarse de que nadie la siguiera y sacó un bulto de uno de los bolsillos que tenía su suéter. Ese bulto era dinero, varios billetes que ella miraba celosamente. Comenzó a contaros uno por uno, para saber cuanto tenía.
-40 dólares…-Murmuró.-40 dólares…son míos…-
Su rostro se iluminó de felicidad mientras veía su botín. Era obvio que ella le había robado ese dinero al joven que había salvado, pero eso no le importaba en ese momento.
-Son 40 dólares, se que los robé pero es un precio justo, después de todo le salvé la vida.-
Ella se veía muy feliz al ver todo el dinero que había juntado. Al ser una niña pobre eso era un gran tesoro para ella.
-Es mejor que lo guarde, así si necesito algo tendré con que pagar.-
Lo volvió a meter en su bolsillo del suéter y siguió caminando hacia la calle. Esta estaba totalmente vacía, no había gente ni carros que pasaran, por lo que ella se confió y cruzó la calle. Pero en ese momento se oyó un motor que se encendía. Unos faros prendieron sus luces y una camioneta de color negro, que parecía ser blindada aceleró lo más rápido que pudo. Se dirigió hacia donde caminaba la niña y de un arrancón la atropelló, lanzándola por encima y haciéndola caer fuertemente en el asfalto. El golpe pudo haberla matado, pero era increíble el ver que solo había quedado inconsciente.
Dos hombres vestidos de negro y usando lentes oscuros bajaron del auto y se dirigieron hacia donde estaba la niña. La recogieron y regresaron al vehículo. Pero antes de entrar, fueron interceptados por un hombre el cual detuvo al que llevaba a la niña. Era grande y musculoso, llevaba una túnica anaranjada y su cabello era negro y estaba totalmente parado.
-¿Quién eres tu? Hazte a un lado si no quieres sufrir las consecuencias?-Le dijo el hombre de negro.
-Mas te vale que sueltes a esa niña o tu serás el que salga lastimado…-Dijo el musculoso.
Y sin avisar, soltó un fuerte golpe en el estómago que hizo que el secuestrador soltara a la pequeña. El otro reaccionó a tiempo y la atrapó antes de que cayera al suelo.
-¿Qué demonios sucede?-Dijo el otro hombre de negro mientras apuntaba con un arma al musculoso.
La niña seguía sin despertar y el que la ayudaba solo se quedó viendo al tipo que le apuntaba.
-Pika pika.-
Un sonido llegaba desde los pies del que apuntaba. El miró que era y se encontró con un ratón amarillo que le llegaba hasta la rodilla.
-¿Qué es esta cosa?-
El ratón lo miró, luego frunció el seño y cargó energía. Chispas salieron de sus mejillas rojas.
-Pika…CHU!!!-
Una descarga eléctrica salió de la pequeña criatura para golpear de lleno al agente, el cual solo pudo hacerse hacia atrás. La descarga también llegó al otro de negro, lastimándolo seriamente.
-Así se hace Gameón-Dijo el otro.
Los agentes, asustados por los poderes de los dos, corrieron hacia su camioneta, subieron y pisaron a fondo el acelerador para escapar del lugar, dejando al ratón amarillo, al musculoso y a la niña sana y salva.
-Pika pika, pikachu.-Decía el ratón.
-¿Qué? Sabes que no te entiendo cuando estás así.-Dijo el otro.-Pero antes de que te transformes, hazlo en otro personaje, tal vez aún nos espíen.-
El pequeño asintió, luego su cuerpo se volvió brillante y creció hasta convertirse en un hombre alto, de cabello rubio y usando chaqueta de cuero.
-Dije que fue buena idea el que te convirtieras en Goku, Soul.-Dijo.
-Ah, perdón.-
Los dos vieron a la dirección por donde se habían escapado los dos hombres de negro.
-¿Qué querían de esta niña, Scott?-Dijo Soul, mientras la miraba.
-No lo se, pero no puedo creer que siga con vida. Nosotros la vimos siendo atropellada vilmente por esos dos.-
-Lo mejor será quedarnos así hasta llevarla a un lugar seguro.-
-Si, pero que sea rápido, sabes que no nos podemos quedar así por mucho tiempo.-Scott sugirió.
-Que sea a la casa, tus padres no están. Podremos atenderla ahí.-Soul sugirió.
-Buena idea.-
Los dos corrieron por las calles. Soul, disfrazado de un personaje de anime y Scott, de un personaje de videojuegos, llevaban a la niña a un lugar seguro, esperando que esas personas no los encontraran.
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Re: Heroes GST
Los dos amigos llegaron a la casa de Scott, una vivienda grande, de dos pisos y bien decorada. Soul entró con la niña en brazos y luego de asegurarse de que nadie los había seguido. Soul la recostó en un sillón mientras que Scott cerraba la puerta de la casa.
-Listo, podemos volver a la normalidad.-Dijo Soul.
Los dos comenzaron a brillar y de repente bajaron de estatura y de masa corporal. El brillo se fue y reveló la identidad de los dos. Los dos eran jóvenes, entre 14 y 15 años. Scott era un poco más grande que Soul. Era de cabello negro y parado, ojos negros y piel clara. Vestía una playera negra con un logo de “Resident Evil” y pantalón de mezclilla. Soul era de cabello castaño, solo que un poco más largo, ojos cafés y el mismo tono de piel que su amigo. El usaba playera roja, chaqueta deportiva azul y pantalón de mezclilla. Eran muy parecidos, pero no se podía decir si realmente eran hermanos.
-¿Cómo está?-Dijo Scott mientras se acercaba a la niña.
-No se si bien. Pero no puedo creer que después de ese golpe no tenga ninguna herida.-
Revisaron a la niña. Era cierto, no tenía ningún moretón ni cortada. No había sangrado y a juzgar por la forma como respiraba, ella solo estaba dormida.
-¿Y qué haremos con ella?-Preguntó Soul.
-No se, no podemos dejarla ir, viste lo que esas personas le hicieron. Algo querían de ella, pero no entiendo qué, ya que parece que es una niña que vive en las calles. El problema es que no podremos tenerla aquí. ¿Cómo se lo explicaríamos a mis padres?-
Mientras ellos hablaban, la niña comenzó a abrir los ojos, y al ver a los dos chicos hablando se asustó al no saber donde estaba. Exaltada, saltó del sillón mientras los otros dos se sorprendían al verla escapar lejos de ellos. Se pegó a una pared mientras los veía confundida.
-¿Estás bien?-Preguntó Soul, intentando no asustarla más de lo que estaba.
Ella no respondió.
-No te preocupes, estás a salvo con nosotros.-Dijo Scott.
Ella no se movió. Después de lo que le había pasado, no sabía si confiar en ellos.
Los dos amigos se miraron entre ellos, preguntándose cómo podrían ganarse su confianza. A Soul se le ocurrió una idea, algo precipitada, pero podría servir.
-¿Qué tal si te muestro algo impresionante? Así confiarías más en nosotros, ¿verdad?-
-Soul, no creo que deberías…-
Pero no lo detuvo. Soul comenzó a brillar, lo cual asustó más a la niña. Su cuerpo creció y se formó en otro personaje de anime. Ahora era un joven de cabello y túnica anaranjada, de rostro confiado y parecía tener seis bigotes de gato, tres en cada lado. Parecía ser un ninja por las armas que traía en su cintura.
Por la expresión del rostro de la niña, uno no podía saber si estaba aterrada o sorprendida, pero a pesar de no saber lo que sucedía, ella comenzó a dar unos pasos hacia Soul.
-¿Qué tal? ¿Ahora confías en mi?-
-Soul, eres un tonto.-Le reclamó Scott.-Lo único que vas a hacer es asustarla más, ahora no confiará en nosotros.-
Pero ella no estaba asustada, caminaba lentamente hacia Soul, el cual no sabía si sonreír e ir con ella o esperar a que ganara confianza.
-¿Tu…también tienes poderes?-Dijo la niña, mientras admiraba la transformación del joven.
-¿A qué te refieres con “tú también”?-Scott preguntó.
Ella se asustó, creyó que esa pregunta era una amenaza, así que comenzó a balbucear mientras intentaba decir algo.
-Scott, no seas duro con ella.-Lo regañó Soul.-Por favor, no te asustes, no somos gente mala. Nosotros te salvamos de las personas que te atropellaron.-
Ella abrió los ojos por completo. Recordaba lo que le había sucedido.
-Si, me acuerdo. Iba cruzando la calle cuando una camioneta me golpeó.-Dijo ella.
La niña sintió un escalofrío por ese recuerdo. Mientras tanto, al haber hecho que ella hablara, Soul regresó a la normalidad.
-Pero, ¿por qué te hicieron eso esas personas? Nosotros vimos lo que te hicieron, y no puedo creer que te hayan atropellado de esa manera.-Preguntó Soul.
Le dio otro escalofrío a la niña.
-Soul, creo que lo mejor es no preguntarle ese tipo de cosas ahora.-Recomendó Scott.
-Es cierto…ya se. Entonces, se que es pronto para preguntarte pero, ¿cuál es tu nombre?-
Ella se quedó callada por un rato, ya que aún no sabía que hacer, pero se sentía a salvo así que les dijo.
-…Na…Natarya…-
-¿Natarya?-Dijo Soul.-Nunca había oído un nombre así. Es muy bonito.-
Ella se sonrojó al decirle esas palabras, pero Scott interrumpió.
-Yo soy Scott y el es Soul, mucho gusto.-
Ella les sonrió a los dos. Ya confiaba en ellos.
-Ustedes no son personas malas, ¿verdad?-Dijo Natarya.
-Claro que no.-Dijo Soul sonriendo.
-Pero nos gustaría saber qué querían esas personas de ti.-Preguntó Scott.
Ella no sabía como comenzar, su cabeza se inundó de pensamientos.
-Ellos…-Comenzó a hablar.-son personas que quieren hacer experimentos conmigo.-
-¿Experimentos?-Dijeron los dos chicos al mismo tiempo.
-Si…verán, yo vivía en un orfanato. Hace más o menos 5 años hubo una tormenta eléctrica, y uno de esos rayos me golpeó. Sobreviví, pero obtuve esto.-
Vio la mesa, que era de cristal, enfrente de un televisor en la sala donde ellos estaban, ella se acercó a esta, pegó su brazo en la esquina y con un brusco movimiento se hizo una gran cortada.
-¡Ah, ¿que haces?!-Gritó Soul al ver como la sangre de la niña salía.
Pero se sorprendió aún más al ver como esta gran herida se cerraba a gran velocidad. Además, Natarya no mostraba ningún dolor.
-Si sus poderes son transformarse, yo puedo curarme, y también curar.-
-Impresionante.-Dijo Scott sorprendido.
Cuando la herida cerró por completo ella siguió hablando.
-Desde que obtuve este don, las otras niñas del orfanato comenzaron a hablar cosas de mi, y hasta las maestras del lugar se preocupaban. Un día, unos policías llegaron y por alguna razón se enteraron de mis poderes. Me llevaron a un laboratorio donde me hicieron pruebas. Muchas de esas pruebas eran inhumanas, y solo era para saber si realmente podía resistir cualquier cosa. Me golpearon, electrocutaron, hasta me dispararon, y a pesar de que no sentía mucho dolor, era horrible…-
Esos recuerdos hicieron que Natarya comenzara a llorar, pero se limpió las lágrimas rápido para demostrar que era fuerte con esas cosas.
-Buscaron la causa de mi poder, y al no encontrarla me regresaron al orfanato. Pero temía que ellos regresaran así que una noche me escapé. Tenía solo diez años y todo lo que me hicieron, a ellos no les importó.-
Se sentía amenazada, así que se cubrió con su gran suéter.
-Me buscan otra vez…saben que escapé…no quiero que me atrapen…-
Ella comenzó a temblar, la sola idea de ser capturada de nuevo la aterraba. Soul no sabía en lo que pensaba cuando le dijo:
-No te preocupes, puedes quedarte con nosotros, no dejaremos que nadie te haga nada.-
Tanto Natarya como Scott voltearon a verlo cuando oyeron esas palabras.
-Soul, no creo que sea una buena idea, no creo que mis padres quieran.-
-¿Qué? ¿Porqué no? Podemos explicarles la situación, ellos comprenderán.-
-Lo siento, pero aunque ella esté en peligro lo mejor será llamar a la policía, ellos se encargarán. Aún así podremos protegerla hasta que la llevemos.-
Scott se dirigió al teléfono, pero Natarya reaccionó y lo tomó antes.
-¡NO!-Natarya gritó.-¡Por favor, no lo hagas. Ellos me llevarían al orfanato de nuevo y me volverían a encontrar esas personas!-
-Perdóname, pero no podemos tenerte aquí, estoy haciendo lo que mis padres harán si te encuentran.-Scott le explicó.
-¡No, no te daré este teléfono. No pienso volver. Ellos me dejaron a merced de esos enfermos mentales, no puedes hacerme esto tu también!-
Scott no sabía que hacer. Ver a Natarya llorar mientras lo enfrentaba le hacía un nudo en la garganta.
-¡Si haces eso entonces tu también estás con ellos. No me pueden hacer esto. Confiaba en ustedes!-
Scott ya no tenía idea de que hacer, verla enfrentársele de esa manera lo tenía inmovilizado.
-Scott, no podemos dejarla ir.-Dijo Soul.-Que tal si lo hacemos y es capturada. En parte sería nuestra culpa. Y si es cierto de que existe una organización así, incluso podrían venir por nosotros si no tenemos cuidado.-
-¿Qué les hace pensar que no los delataré?-Amenazó Natarya.-Fácilmente podría decir que ustedes también tienen poderes como los míos. No tardarían en perseguirlos. Si quieres llamar a la policía, hazlo, pero no creas que me quedaré callada.-
Ella le dio el teléfono a Scott, quien lo tomó. Ahora, la vida de Natarya estaba en sus manos, si hacía esa llamada no solo la atraparían a ella, si no que también hablaría de ellos. Su cabeza se llenó de dudas, pero fueron interrumpidas cuando el teléfono sonó. La llamada venía de una fuente sin número. Scott volteó a ver a Soul, quien lo miraba con ansias, y luego a Natarya, quien lo miraba con enojo. Volteó al teléfono, el cual aún sonaba y lo contestó.
-Listo, podemos volver a la normalidad.-Dijo Soul.
Los dos comenzaron a brillar y de repente bajaron de estatura y de masa corporal. El brillo se fue y reveló la identidad de los dos. Los dos eran jóvenes, entre 14 y 15 años. Scott era un poco más grande que Soul. Era de cabello negro y parado, ojos negros y piel clara. Vestía una playera negra con un logo de “Resident Evil” y pantalón de mezclilla. Soul era de cabello castaño, solo que un poco más largo, ojos cafés y el mismo tono de piel que su amigo. El usaba playera roja, chaqueta deportiva azul y pantalón de mezclilla. Eran muy parecidos, pero no se podía decir si realmente eran hermanos.
-¿Cómo está?-Dijo Scott mientras se acercaba a la niña.
-No se si bien. Pero no puedo creer que después de ese golpe no tenga ninguna herida.-
Revisaron a la niña. Era cierto, no tenía ningún moretón ni cortada. No había sangrado y a juzgar por la forma como respiraba, ella solo estaba dormida.
-¿Y qué haremos con ella?-Preguntó Soul.
-No se, no podemos dejarla ir, viste lo que esas personas le hicieron. Algo querían de ella, pero no entiendo qué, ya que parece que es una niña que vive en las calles. El problema es que no podremos tenerla aquí. ¿Cómo se lo explicaríamos a mis padres?-
Mientras ellos hablaban, la niña comenzó a abrir los ojos, y al ver a los dos chicos hablando se asustó al no saber donde estaba. Exaltada, saltó del sillón mientras los otros dos se sorprendían al verla escapar lejos de ellos. Se pegó a una pared mientras los veía confundida.
-¿Estás bien?-Preguntó Soul, intentando no asustarla más de lo que estaba.
Ella no respondió.
-No te preocupes, estás a salvo con nosotros.-Dijo Scott.
Ella no se movió. Después de lo que le había pasado, no sabía si confiar en ellos.
Los dos amigos se miraron entre ellos, preguntándose cómo podrían ganarse su confianza. A Soul se le ocurrió una idea, algo precipitada, pero podría servir.
-¿Qué tal si te muestro algo impresionante? Así confiarías más en nosotros, ¿verdad?-
-Soul, no creo que deberías…-
Pero no lo detuvo. Soul comenzó a brillar, lo cual asustó más a la niña. Su cuerpo creció y se formó en otro personaje de anime. Ahora era un joven de cabello y túnica anaranjada, de rostro confiado y parecía tener seis bigotes de gato, tres en cada lado. Parecía ser un ninja por las armas que traía en su cintura.
Por la expresión del rostro de la niña, uno no podía saber si estaba aterrada o sorprendida, pero a pesar de no saber lo que sucedía, ella comenzó a dar unos pasos hacia Soul.
-¿Qué tal? ¿Ahora confías en mi?-
-Soul, eres un tonto.-Le reclamó Scott.-Lo único que vas a hacer es asustarla más, ahora no confiará en nosotros.-
Pero ella no estaba asustada, caminaba lentamente hacia Soul, el cual no sabía si sonreír e ir con ella o esperar a que ganara confianza.
-¿Tu…también tienes poderes?-Dijo la niña, mientras admiraba la transformación del joven.
-¿A qué te refieres con “tú también”?-Scott preguntó.
Ella se asustó, creyó que esa pregunta era una amenaza, así que comenzó a balbucear mientras intentaba decir algo.
-Scott, no seas duro con ella.-Lo regañó Soul.-Por favor, no te asustes, no somos gente mala. Nosotros te salvamos de las personas que te atropellaron.-
Ella abrió los ojos por completo. Recordaba lo que le había sucedido.
-Si, me acuerdo. Iba cruzando la calle cuando una camioneta me golpeó.-Dijo ella.
La niña sintió un escalofrío por ese recuerdo. Mientras tanto, al haber hecho que ella hablara, Soul regresó a la normalidad.
-Pero, ¿por qué te hicieron eso esas personas? Nosotros vimos lo que te hicieron, y no puedo creer que te hayan atropellado de esa manera.-Preguntó Soul.
Le dio otro escalofrío a la niña.
-Soul, creo que lo mejor es no preguntarle ese tipo de cosas ahora.-Recomendó Scott.
-Es cierto…ya se. Entonces, se que es pronto para preguntarte pero, ¿cuál es tu nombre?-
Ella se quedó callada por un rato, ya que aún no sabía que hacer, pero se sentía a salvo así que les dijo.
-…Na…Natarya…-
-¿Natarya?-Dijo Soul.-Nunca había oído un nombre así. Es muy bonito.-
Ella se sonrojó al decirle esas palabras, pero Scott interrumpió.
-Yo soy Scott y el es Soul, mucho gusto.-
Ella les sonrió a los dos. Ya confiaba en ellos.
-Ustedes no son personas malas, ¿verdad?-Dijo Natarya.
-Claro que no.-Dijo Soul sonriendo.
-Pero nos gustaría saber qué querían esas personas de ti.-Preguntó Scott.
Ella no sabía como comenzar, su cabeza se inundó de pensamientos.
-Ellos…-Comenzó a hablar.-son personas que quieren hacer experimentos conmigo.-
-¿Experimentos?-Dijeron los dos chicos al mismo tiempo.
-Si…verán, yo vivía en un orfanato. Hace más o menos 5 años hubo una tormenta eléctrica, y uno de esos rayos me golpeó. Sobreviví, pero obtuve esto.-
Vio la mesa, que era de cristal, enfrente de un televisor en la sala donde ellos estaban, ella se acercó a esta, pegó su brazo en la esquina y con un brusco movimiento se hizo una gran cortada.
-¡Ah, ¿que haces?!-Gritó Soul al ver como la sangre de la niña salía.
Pero se sorprendió aún más al ver como esta gran herida se cerraba a gran velocidad. Además, Natarya no mostraba ningún dolor.
-Si sus poderes son transformarse, yo puedo curarme, y también curar.-
-Impresionante.-Dijo Scott sorprendido.
Cuando la herida cerró por completo ella siguió hablando.
-Desde que obtuve este don, las otras niñas del orfanato comenzaron a hablar cosas de mi, y hasta las maestras del lugar se preocupaban. Un día, unos policías llegaron y por alguna razón se enteraron de mis poderes. Me llevaron a un laboratorio donde me hicieron pruebas. Muchas de esas pruebas eran inhumanas, y solo era para saber si realmente podía resistir cualquier cosa. Me golpearon, electrocutaron, hasta me dispararon, y a pesar de que no sentía mucho dolor, era horrible…-
Esos recuerdos hicieron que Natarya comenzara a llorar, pero se limpió las lágrimas rápido para demostrar que era fuerte con esas cosas.
-Buscaron la causa de mi poder, y al no encontrarla me regresaron al orfanato. Pero temía que ellos regresaran así que una noche me escapé. Tenía solo diez años y todo lo que me hicieron, a ellos no les importó.-
Se sentía amenazada, así que se cubrió con su gran suéter.
-Me buscan otra vez…saben que escapé…no quiero que me atrapen…-
Ella comenzó a temblar, la sola idea de ser capturada de nuevo la aterraba. Soul no sabía en lo que pensaba cuando le dijo:
-No te preocupes, puedes quedarte con nosotros, no dejaremos que nadie te haga nada.-
Tanto Natarya como Scott voltearon a verlo cuando oyeron esas palabras.
-Soul, no creo que sea una buena idea, no creo que mis padres quieran.-
-¿Qué? ¿Porqué no? Podemos explicarles la situación, ellos comprenderán.-
-Lo siento, pero aunque ella esté en peligro lo mejor será llamar a la policía, ellos se encargarán. Aún así podremos protegerla hasta que la llevemos.-
Scott se dirigió al teléfono, pero Natarya reaccionó y lo tomó antes.
-¡NO!-Natarya gritó.-¡Por favor, no lo hagas. Ellos me llevarían al orfanato de nuevo y me volverían a encontrar esas personas!-
-Perdóname, pero no podemos tenerte aquí, estoy haciendo lo que mis padres harán si te encuentran.-Scott le explicó.
-¡No, no te daré este teléfono. No pienso volver. Ellos me dejaron a merced de esos enfermos mentales, no puedes hacerme esto tu también!-
Scott no sabía que hacer. Ver a Natarya llorar mientras lo enfrentaba le hacía un nudo en la garganta.
-¡Si haces eso entonces tu también estás con ellos. No me pueden hacer esto. Confiaba en ustedes!-
Scott ya no tenía idea de que hacer, verla enfrentársele de esa manera lo tenía inmovilizado.
-Scott, no podemos dejarla ir.-Dijo Soul.-Que tal si lo hacemos y es capturada. En parte sería nuestra culpa. Y si es cierto de que existe una organización así, incluso podrían venir por nosotros si no tenemos cuidado.-
-¿Qué les hace pensar que no los delataré?-Amenazó Natarya.-Fácilmente podría decir que ustedes también tienen poderes como los míos. No tardarían en perseguirlos. Si quieres llamar a la policía, hazlo, pero no creas que me quedaré callada.-
Ella le dio el teléfono a Scott, quien lo tomó. Ahora, la vida de Natarya estaba en sus manos, si hacía esa llamada no solo la atraparían a ella, si no que también hablaría de ellos. Su cabeza se llenó de dudas, pero fueron interrumpidas cuando el teléfono sonó. La llamada venía de una fuente sin número. Scott volteó a ver a Soul, quien lo miraba con ansias, y luego a Natarya, quien lo miraba con enojo. Volteó al teléfono, el cual aún sonaba y lo contestó.
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Re: Heroes GST
-¿Bueno?-Habló Scott.
-Hijo, soy yo.-Se oía la voz de una mujer.
Scott volteó a Soul, y movió sus labios para decirles que era su madre.
-Hola, mamá.-
-Solo llamábamos para saber cómo estaban.-
-Eh, bien. Llegamos hace poco.-
-¿No se les ofrece algo?-
Scott volteó a ver a Natarya. No sabía que hacer, si decirles sobre ella o dejarlo todo así. Natarya supo lo que sucedía y le rogó que no dijera nada.
-¿Scott?-
-Ah, perdón. No, no se nos ofrece nada. Por cierto, mamá…-
-¿Si?-
Scott volteó a ver a Soul. El no quiso dirigirle la palabra hasta que dijera algo.
-¿A qué horas van a regresar?-
-Como en una hora. ¿Necesitan algo?-
-No, gracias.-
Se despidió de ella y colgó.
-Volverán en una hora.-Les comentó.
Soul y Natarya no sabían que iba a hacer Scott, por eso no dijeron nada.
-No podremos tenerla aquí…pero podemos ocultarla por ahora.-
Natarya cambió su rostro de preocupación por uno de alegría, y sin avisar corrió hacia Scott y lo abrazó.
-Gracias, gracias, gracias.-Repitió una y otra vez ella.
-No lo tomes a mal…-Dijo Scott.-pero hueles mal.-
Ella se sintió ofendida, pero tenía razón. Su ropa estaba muy sucia y ella no se había bañado en días.
-Pues si se va a quedar al menos por ahora, no podemos dejarla así.-Dijo Soul.-Yo tengo una pijama que ya no uso en mi cuarto.-
-Y yo puedo lavar tu ropa.-Dijo Scott.-Puedes bañarte en la regadera del baño de arriba.-
-Y si quieres yo te puedo hacer algo de cenar, debes tener hambre, supongo.-Soul le ofreció.
El rostro de felicidad no se borraba en Natarya. El apoyo que los dos amigos le daban era demasiado para ella. Aún así lo agradeció.
-Ven conmigo, te mostraré el baño.-Dijo Soul mientras se la llevaba.
Los dos subieron por las escaleras mientras Scott les decía:
-Recuerden que solo tenemos una hora.-Mientras limpiaba la sangre que Natarya había salpicado.
Llegaron hasta una sala de estar con un sillón, una televisión y una consola de videojuegos al lado. Habían tres puertas, dos eran las habitaciones de Soul y Scott y una era de los padres. Soul la guió hasta la suya, un cuarto lleno de posters de personajes de anime donde destacaban Naruto y Full Metal Alchemist. En un estante tenía su televisión rodeada de figuras de colección. Tenía una cama individual y un closet con su ropa. Había otra puerta al lado de la televisión la cual llevaba a su baño.
-Puedes bañarte aquí.-Le dijo Soul a Natarya.-Yo te dejaré la ropa cuando entres a la regadera.-
Natarya no se metió, se quedó pensando con la cabeza hacia abajo.-
-¿Qué sucede?-Soul preguntó.
-¿Eh? Nada, es solo que…no importa.-
Ella entró al baño y cerró la puerta.
-Hay toallas en el estante encima del lavabo.-Le dijo Soul.
Natarya vió el baño, pequeño, de azulejos azules y con una regadera con puertas y un retrete al lado. Ella se sentía incómoda, ya que hacía mucho tiempo que se bañaba en un baño de verdad. Abrió la regadera, de la cual salió agua caliente al instante, luego se quitó la ropa, se metió y cerró la puerta.
-Disculpa, ¿puedo pasar?-Dijo Soul del otro lado de la puerta.
-Eh…si-Dijo Natarya, algo apenada.
Soul pasó y dejó una pijama de franela blanca con rayas azules y mangas largas encima de la tapa del retrete, luego tomó la ropa sucia de la niña y salió lo más rápido que pudo. El no era de esos que se quedaban a ver la silueta de alguien detrás de la puerta, no se atrevía a hacerlo.
-Te dejé ropa ahí y me llevé lo que tenías sucio. Scott lo lavará.-Le dijo cuando salió.-Pero no pude encontrar ropa…eh…interior para ti, lo siento.-
Y se fue a dejar la ropa para que su amigo la lavara.
Pasaron 30 minutos y Natarya salió de la regadera. Su cuerpo se veía más claro y su cabello más liso ahora que había tomado un baño. Tomo una toalla, se secó y luego se vistió con la pijama de Soul, la cual le quedaba a la perfección. Pero no tenía ropa interior, así que salió del baño descalza. Soul la esperaba acostado en su cama, reflexionando sobre cómo había sucedido todo tan rápido, desde que la conocieron hasta que le ofrecieron quedarse. Para el era sorprendente que todo pasara de esa manera, más que sus propios poderes.
-Ya te habías tardado,-Dijo el.-ya iba a llamarte, recuerda que no tenemos mucho…-
Volteó a verla, y se detuvo.
-...Tiempo…-
Gracias a su cabello alborotado, su cuerpo sucio y su ropa de adulto no se podía saber como era, pero cuando Soul la vio notó que era muy bonita. No parecía una niña después de todo, ya tenía el cuerpo de una joven, esto gracias a que la ropa que usaba en ese momento la hacía ver más grande y delgada, claro que su delgadez se podía deber a que no comía mucho. El cabello, totalmente negro y largo, caía detrás de su espalda y su apariencia había cambiado completamente. Soul, aunque jamás creyó que podría pasar, se sonrojó, pero rápidamente volteó al techo para ocultar su pena.
-Eh…Scott hizo algo de comer para ti, ya que supongo que tienes hambre.-
Ella, confundida por el comportamiento repentino de Soul, le agradeció y salió de la habitación, dejándolo acostado en la cama. El esperó a que bajara las escaleras y luego murmuró:
-Rayos, es bonita…-
Ella bajó a la sala, donde Scott la esperaba.
-Ven, aquí está la cocina.-Le dijo.
Ella lo siguió. La cocina era algo moderna, un refrigerador y una estufa de color cromo, un lavabo con lavavajillas, varios estantes en las paredes donde guardaban comida y una barra con sillas para que pudieran comer, donde se encontraba un gran plato de huevos con tocino y frijoles recién hechos.
-Todo tuyo.-Dijo Scott.
Ella no dijo nada, solo se sentó enfrente de su plato y comenzó a devorar la comida, usando obviamente los cubiertos. El que fuera una niña de la calle no significaba que no tuviera modales.
-Calma, Natarya, la comida no se irá a ningún lado.-Dijo Scott.
Ella comía con rapidez pero se detenía cuando la boca le quedaba llena, algo que Scott aprovechó para poder hacerle unas preguntas.
-Dime, ¿tienes casa?-
Natarya se pasó la comida y le dijo:
-Si.-Y volvió a comer.
Scott esperó a que volviera a detenerse y le dijo:
-Espero que no creas que te quedarás aquí todo el tiempo, mañana Soul te llevará a tu hogar.-
-Ella volvió a pasarse la comida y respondió:
-Lo supe por la forma como te portaste conmigo, se que no me quieres aquí.-
El respondió a ese acusamiento sin esperar a que terminara.
-Oye, no es porque no te quiera aquí, es solo que es imposible mantenerte oculta todo el tiempo, Soul y yo tenemos que ir a la escuela y yo tengo que trabajar.-
-Bien por ti…-Dijo ella con la boca llena.
-Oye Natarya, se que tal vez no te caiga bien por como me comporté contigo, pero créeme que no te podemos tener aquí, mis padres no querrían.-
Ella acabó su plato y volteó a verlo mientras sonreía.
-Ya te dije que no hay problema. Ustedes han hecho más que cualquier otra persona ha hecho por mí y les estoy agradecida. Se que es lo mejor que no me quede aquí, pero no me gustaría que dejáramos de ser amigos.-
-¿Amigos?-Scott preguntó.
-¿Me puedes servir más?-Dijo ella mientras le daba su plato.
El lo tomó y fue a la estufa donde estaba el resto de la cena, le sirvió lo que quedaba y se lo puso en la barra.
-¿Nos consideras tus amigos?-Scott le preguntó antes de que volviera a comer.
-Si.-
La respuesta fue directa, luego ella volvió a comer.
Ahora Scott no sabía que pensar de ella. No parecía ser una niña cualquiera, alguien como ella era difícil de encontrar, fuerte de voluntad y alegre todo el tiempo. Además lo consideraba su amigo a pesar de querer entregarla a la policía.
Se oyó un auto que se estacionaba en la cochera de la casa, los padres de Scott habían regresado antes. Scott no tuvo otra opción más que quitarle el plato a Natarya.
-Oye, aun no acabo.-Reclamó.
-Tómalo, ve a la habitación de Soul, ahí dormirás, ¿OK?-
Le dio el plato y la hizo salir de la cocina. Soul bajaba las escaleras para saber que pasaba.
-¿Llegaron tus papás, Scott?-
-Si, así que mejor llévatela a tu cuarto y cierra con llave, yo me encargaré de inventar una excusa.-
-Si.-
Soul se apuró a llevar a Natarya a su habitación, pero Scott le dijo unas palabras más:
-Soul, mañana no podré acompañarte a llevarla a su casa, así que espero que tengas cuidado por donde vas, no queremos que esas personas te atrapen a ti también-
-No te preocupes, me encargaré de que eso no suceda.-
-Bien, entonces descansen los dos.-
Soul asintió con la cabeza y Natarya se despidió de el con la mano, y los dos subieron hasta el cuarto, entraron y Soul cerró la puerta con llave.
-Hijo, soy yo.-Se oía la voz de una mujer.
Scott volteó a Soul, y movió sus labios para decirles que era su madre.
-Hola, mamá.-
-Solo llamábamos para saber cómo estaban.-
-Eh, bien. Llegamos hace poco.-
-¿No se les ofrece algo?-
Scott volteó a ver a Natarya. No sabía que hacer, si decirles sobre ella o dejarlo todo así. Natarya supo lo que sucedía y le rogó que no dijera nada.
-¿Scott?-
-Ah, perdón. No, no se nos ofrece nada. Por cierto, mamá…-
-¿Si?-
Scott volteó a ver a Soul. El no quiso dirigirle la palabra hasta que dijera algo.
-¿A qué horas van a regresar?-
-Como en una hora. ¿Necesitan algo?-
-No, gracias.-
Se despidió de ella y colgó.
-Volverán en una hora.-Les comentó.
Soul y Natarya no sabían que iba a hacer Scott, por eso no dijeron nada.
-No podremos tenerla aquí…pero podemos ocultarla por ahora.-
Natarya cambió su rostro de preocupación por uno de alegría, y sin avisar corrió hacia Scott y lo abrazó.
-Gracias, gracias, gracias.-Repitió una y otra vez ella.
-No lo tomes a mal…-Dijo Scott.-pero hueles mal.-
Ella se sintió ofendida, pero tenía razón. Su ropa estaba muy sucia y ella no se había bañado en días.
-Pues si se va a quedar al menos por ahora, no podemos dejarla así.-Dijo Soul.-Yo tengo una pijama que ya no uso en mi cuarto.-
-Y yo puedo lavar tu ropa.-Dijo Scott.-Puedes bañarte en la regadera del baño de arriba.-
-Y si quieres yo te puedo hacer algo de cenar, debes tener hambre, supongo.-Soul le ofreció.
El rostro de felicidad no se borraba en Natarya. El apoyo que los dos amigos le daban era demasiado para ella. Aún así lo agradeció.
-Ven conmigo, te mostraré el baño.-Dijo Soul mientras se la llevaba.
Los dos subieron por las escaleras mientras Scott les decía:
-Recuerden que solo tenemos una hora.-Mientras limpiaba la sangre que Natarya había salpicado.
Llegaron hasta una sala de estar con un sillón, una televisión y una consola de videojuegos al lado. Habían tres puertas, dos eran las habitaciones de Soul y Scott y una era de los padres. Soul la guió hasta la suya, un cuarto lleno de posters de personajes de anime donde destacaban Naruto y Full Metal Alchemist. En un estante tenía su televisión rodeada de figuras de colección. Tenía una cama individual y un closet con su ropa. Había otra puerta al lado de la televisión la cual llevaba a su baño.
-Puedes bañarte aquí.-Le dijo Soul a Natarya.-Yo te dejaré la ropa cuando entres a la regadera.-
Natarya no se metió, se quedó pensando con la cabeza hacia abajo.-
-¿Qué sucede?-Soul preguntó.
-¿Eh? Nada, es solo que…no importa.-
Ella entró al baño y cerró la puerta.
-Hay toallas en el estante encima del lavabo.-Le dijo Soul.
Natarya vió el baño, pequeño, de azulejos azules y con una regadera con puertas y un retrete al lado. Ella se sentía incómoda, ya que hacía mucho tiempo que se bañaba en un baño de verdad. Abrió la regadera, de la cual salió agua caliente al instante, luego se quitó la ropa, se metió y cerró la puerta.
-Disculpa, ¿puedo pasar?-Dijo Soul del otro lado de la puerta.
-Eh…si-Dijo Natarya, algo apenada.
Soul pasó y dejó una pijama de franela blanca con rayas azules y mangas largas encima de la tapa del retrete, luego tomó la ropa sucia de la niña y salió lo más rápido que pudo. El no era de esos que se quedaban a ver la silueta de alguien detrás de la puerta, no se atrevía a hacerlo.
-Te dejé ropa ahí y me llevé lo que tenías sucio. Scott lo lavará.-Le dijo cuando salió.-Pero no pude encontrar ropa…eh…interior para ti, lo siento.-
Y se fue a dejar la ropa para que su amigo la lavara.
Pasaron 30 minutos y Natarya salió de la regadera. Su cuerpo se veía más claro y su cabello más liso ahora que había tomado un baño. Tomo una toalla, se secó y luego se vistió con la pijama de Soul, la cual le quedaba a la perfección. Pero no tenía ropa interior, así que salió del baño descalza. Soul la esperaba acostado en su cama, reflexionando sobre cómo había sucedido todo tan rápido, desde que la conocieron hasta que le ofrecieron quedarse. Para el era sorprendente que todo pasara de esa manera, más que sus propios poderes.
-Ya te habías tardado,-Dijo el.-ya iba a llamarte, recuerda que no tenemos mucho…-
Volteó a verla, y se detuvo.
-...Tiempo…-
Gracias a su cabello alborotado, su cuerpo sucio y su ropa de adulto no se podía saber como era, pero cuando Soul la vio notó que era muy bonita. No parecía una niña después de todo, ya tenía el cuerpo de una joven, esto gracias a que la ropa que usaba en ese momento la hacía ver más grande y delgada, claro que su delgadez se podía deber a que no comía mucho. El cabello, totalmente negro y largo, caía detrás de su espalda y su apariencia había cambiado completamente. Soul, aunque jamás creyó que podría pasar, se sonrojó, pero rápidamente volteó al techo para ocultar su pena.
-Eh…Scott hizo algo de comer para ti, ya que supongo que tienes hambre.-
Ella, confundida por el comportamiento repentino de Soul, le agradeció y salió de la habitación, dejándolo acostado en la cama. El esperó a que bajara las escaleras y luego murmuró:
-Rayos, es bonita…-
Ella bajó a la sala, donde Scott la esperaba.
-Ven, aquí está la cocina.-Le dijo.
Ella lo siguió. La cocina era algo moderna, un refrigerador y una estufa de color cromo, un lavabo con lavavajillas, varios estantes en las paredes donde guardaban comida y una barra con sillas para que pudieran comer, donde se encontraba un gran plato de huevos con tocino y frijoles recién hechos.
-Todo tuyo.-Dijo Scott.
Ella no dijo nada, solo se sentó enfrente de su plato y comenzó a devorar la comida, usando obviamente los cubiertos. El que fuera una niña de la calle no significaba que no tuviera modales.
-Calma, Natarya, la comida no se irá a ningún lado.-Dijo Scott.
Ella comía con rapidez pero se detenía cuando la boca le quedaba llena, algo que Scott aprovechó para poder hacerle unas preguntas.
-Dime, ¿tienes casa?-
Natarya se pasó la comida y le dijo:
-Si.-Y volvió a comer.
Scott esperó a que volviera a detenerse y le dijo:
-Espero que no creas que te quedarás aquí todo el tiempo, mañana Soul te llevará a tu hogar.-
-Ella volvió a pasarse la comida y respondió:
-Lo supe por la forma como te portaste conmigo, se que no me quieres aquí.-
El respondió a ese acusamiento sin esperar a que terminara.
-Oye, no es porque no te quiera aquí, es solo que es imposible mantenerte oculta todo el tiempo, Soul y yo tenemos que ir a la escuela y yo tengo que trabajar.-
-Bien por ti…-Dijo ella con la boca llena.
-Oye Natarya, se que tal vez no te caiga bien por como me comporté contigo, pero créeme que no te podemos tener aquí, mis padres no querrían.-
Ella acabó su plato y volteó a verlo mientras sonreía.
-Ya te dije que no hay problema. Ustedes han hecho más que cualquier otra persona ha hecho por mí y les estoy agradecida. Se que es lo mejor que no me quede aquí, pero no me gustaría que dejáramos de ser amigos.-
-¿Amigos?-Scott preguntó.
-¿Me puedes servir más?-Dijo ella mientras le daba su plato.
El lo tomó y fue a la estufa donde estaba el resto de la cena, le sirvió lo que quedaba y se lo puso en la barra.
-¿Nos consideras tus amigos?-Scott le preguntó antes de que volviera a comer.
-Si.-
La respuesta fue directa, luego ella volvió a comer.
Ahora Scott no sabía que pensar de ella. No parecía ser una niña cualquiera, alguien como ella era difícil de encontrar, fuerte de voluntad y alegre todo el tiempo. Además lo consideraba su amigo a pesar de querer entregarla a la policía.
Se oyó un auto que se estacionaba en la cochera de la casa, los padres de Scott habían regresado antes. Scott no tuvo otra opción más que quitarle el plato a Natarya.
-Oye, aun no acabo.-Reclamó.
-Tómalo, ve a la habitación de Soul, ahí dormirás, ¿OK?-
Le dio el plato y la hizo salir de la cocina. Soul bajaba las escaleras para saber que pasaba.
-¿Llegaron tus papás, Scott?-
-Si, así que mejor llévatela a tu cuarto y cierra con llave, yo me encargaré de inventar una excusa.-
-Si.-
Soul se apuró a llevar a Natarya a su habitación, pero Scott le dijo unas palabras más:
-Soul, mañana no podré acompañarte a llevarla a su casa, así que espero que tengas cuidado por donde vas, no queremos que esas personas te atrapen a ti también-
-No te preocupes, me encargaré de que eso no suceda.-
-Bien, entonces descansen los dos.-
Soul asintió con la cabeza y Natarya se despidió de el con la mano, y los dos subieron hasta el cuarto, entraron y Soul cerró la puerta con llave.
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Re: Heroes GST
-Bueno, tú dormirás en mi cama. Yo sacaré una bolsa para dormir.-Decía Soul mientras iba a su armario.
Natarya se sentó en la cama mientras oía la plática de Scott con sus padres, escuchando las excusas de que Soul tenía mucho sueño y no quería que lo despertaran mientras ella comía lo que le quedaba de cena. Soul extendió su colcha en el piso y puso una almohada.
-Disculpa, eh…Soul…-Natarya le dijo. Era la primera vez que se refería a el con su nombre.-Esos son los padres de Scott, ¿verdad?-
-Si, ¿porqué preguntas?-
-Es que…se refieren a ellos como solo sus papás, pero… ¿ustedes dos no son hermanos?-
Soul volteó a verla, pero sonrió y regresó a lo que hacía.
-No, ellos no son mis padres y Scott es solo mi mejor amigo.-
-Entonces, ¿tu donde vives?-
-Aquí.-Respondió el.
-Pero, ¿vives alejado de tus papás o solo te quedas a dormir?-
El terminó de prepara su cama, se acostó en ella y le respondió.
-No, mis padres murieron cuando yo aún era pequeño.-
Ella se sorprendió al oír la forma como había dicho eso, lo había mencionado como si solo fuera algo sin importancia.
-¿Tú también eres huérfano?-
-Si, podría decirse que si.-
-Pero, ¿por qué lo dices de esa manera? Hasta parece que no te importa.-
Soul la vió, pero sonreía como si lo que platicaban fuera un tema ameno.
-Si me importa, pero la verdad es que tengo pocos recuerdos de ellos. Aún así, huérfano o no, la familia de Scott me aceptó, así que podría decirse que no me preocupo mucho por ese tipo de cosas.-
-Pues que suerte la tuya.-Dijo ella celosamente mientras se acostaba en la cama.
-Perdón, pero no era mi intención ofenderte de esa manera.-Se disculpó Soul.
-No importa, es solo que me dan celos al saber la suerte que tuviste.-
El entendía lo que decía, era difícil compararlo a el, quien tuvo el apoyo de su mejor amigo con ella, quien había pasado la mayor parte de su vida en un orfanato.
-Se de que hablas, pero uno no puede decidir cómo se puede tornar su vida a tan corta edad, y menos si tus padres no están contigo.-Le dijo a Natarya.
-No importa…de todos modos apenas y los conocí. Lo único que recuerdo de ellos es que me dejaron con una tía para que ellos fueran a cenar, y después de eso llegó la noticia de que habían muerto en un accidente automovilístico. Luego me dejaron en el orfanato, y de ahí me desligaron de todo vínculo familiar.-
Ella miraba al techo pensativa, pero no se veía triste, solo reflexionaba.
-¿Y cómo terminaste en las calles?-Preguntó Soul.
-Ya les había dicho, escapé para que esas personas no me encontraran. Y aunque ha sido muy difícil para mi, he logrado salir adelante. He tenido que robar de vez en cuando, pero es necesario para…-
Se detuvo, y luego se levantó exaltada.
-¡Mi dinero!-
-¿Qué?-
-Tenía dinero en el bolsillo de mi suéter. Lo necesito.-
Saltó de la cama y se dirigió a la puerta, pero Soul la detuvo a tiempo.
-No puedes, si te ven te llevarán con la policía.-
-Pero son 40 dólares, los necesito.-
Tocaron la puerta.
-Soul, soy yo, Scott, traigo la ropa de Natarya.-
Ella abrió de inmediato y se la arrebató de sus manos.
-Se me había olvidado que la había dejado en la secadora. Casi me atrapan.-
-Gracias Scott.-Dijo Soul.
Cerró la puerta y Natarya le puso seguro. Luego desdobló su suéter dejando caer su falda y su ropa interior y buscó entre los bolsillos hasta encontrar su dinero. Este estaba húmedo, pero estaba ahí.
-Que bien, está todo.-Decía ella después de contarlo.
-¿De donde sacaste todo eso?-Preguntó Soul.
-Eh, yo…-
-¿Lo robaste?-
-No es de ustedes, no les he robado nada lo juro.-
-Pero afirmas que lo robaste.-
Ella se puso nerviosa ya que sentía que lo acusaban como ladrona.
-Bueno, te diré la verdad. Lo tomé de una persona a la que le salvé la vida. Pero eso amerita el que me diera algo, ¿no?-
-No, robar es malo, no importa que motivos tengas.-Soul le dijo.
-Pues entonces soy una persona muy mala ya que he robado desde que escapé del orfanato. Yo no tengo las facilidades que tu tienes, ¿sabes?-
Ella se enojó, creía que Soul la consideraba una simple delincuente e intentaba decirle que robar para ella era bueno.
-Tal vez tengas razón, pero aún así, te aprovechaste de una persona que necesitaba tu ayuda, y a pesar de que la salvaste no era necesario quitarle sus pertenencias. Dime, ¿le habrías salvado la vida aunque no tuviera dinero?-
-Por…por supuesto. ¿Crees que sería tan mala como para dejarlo morir de esa manera?-
Los dos se miraban a los ojos, ella con enojo y el con curiosidad por saber que haría. Pero Soul supo que se había pasado de la raya, así que se disculpó.
-Perdón. Creo que si estuviera en tu lugar haría lo mismo.-
-No te preocupes, de todos modos, tal vez tengas razón. Pero es difícil cambiar mi forma de actuar si es la única forma de que pueda sobrevivir.-
Se volvió a acostar en la cama.
-De todos modos, esta es mi vida, y ya me acostumbré a ella.-
Soul se acostó en su bolsa de dormir, pensando que sería de el si la familia de Scott no lo hubiera aceptado. Creía que su vida podría ser muy similar a la de Natarya.
-Creo que lo mejor será dormir, hay que madrugar si queremos evadir a los padres de Scott.-Dijo el.
-Si…-
Los dos agarraron sus colchas y se taparon. Pero a Soul aún le inquietaba la idea de que tal vez el hubiera sido abandonado en un orfanato también.
-Soul…-Le llamó Natarya.
-¿Eh?-
-Aún no te he agradecido a ti por haberme ayudado.-
-No es nada, supongo que para eso son los amigos.-
Ella se asomó por la cama para verlo.
-¿Entonces tu si me consideras tu amiga?-
Ella sonreía, y cuando Soul la vió no pudo evitar sonrojarse de nuevo.
-Si…porqué no.-
Se miraron a los ojos por un momento, ella sonriendo de felicidad y el mirándola apenado. Pero llegó el momento en el que los dos se regresaron a sus camas, con la cara más roja que un tomate y el corazón latiendo más rápido de lo normal.
-Buenas noches, Natarya-
-Buenas noches, y gracias.-
Y los dos se acomodaron en sus camas, y al cabo de unos minutos se quedaron dormidos.
Natarya se sentó en la cama mientras oía la plática de Scott con sus padres, escuchando las excusas de que Soul tenía mucho sueño y no quería que lo despertaran mientras ella comía lo que le quedaba de cena. Soul extendió su colcha en el piso y puso una almohada.
-Disculpa, eh…Soul…-Natarya le dijo. Era la primera vez que se refería a el con su nombre.-Esos son los padres de Scott, ¿verdad?-
-Si, ¿porqué preguntas?-
-Es que…se refieren a ellos como solo sus papás, pero… ¿ustedes dos no son hermanos?-
Soul volteó a verla, pero sonrió y regresó a lo que hacía.
-No, ellos no son mis padres y Scott es solo mi mejor amigo.-
-Entonces, ¿tu donde vives?-
-Aquí.-Respondió el.
-Pero, ¿vives alejado de tus papás o solo te quedas a dormir?-
El terminó de prepara su cama, se acostó en ella y le respondió.
-No, mis padres murieron cuando yo aún era pequeño.-
Ella se sorprendió al oír la forma como había dicho eso, lo había mencionado como si solo fuera algo sin importancia.
-¿Tú también eres huérfano?-
-Si, podría decirse que si.-
-Pero, ¿por qué lo dices de esa manera? Hasta parece que no te importa.-
Soul la vió, pero sonreía como si lo que platicaban fuera un tema ameno.
-Si me importa, pero la verdad es que tengo pocos recuerdos de ellos. Aún así, huérfano o no, la familia de Scott me aceptó, así que podría decirse que no me preocupo mucho por ese tipo de cosas.-
-Pues que suerte la tuya.-Dijo ella celosamente mientras se acostaba en la cama.
-Perdón, pero no era mi intención ofenderte de esa manera.-Se disculpó Soul.
-No importa, es solo que me dan celos al saber la suerte que tuviste.-
El entendía lo que decía, era difícil compararlo a el, quien tuvo el apoyo de su mejor amigo con ella, quien había pasado la mayor parte de su vida en un orfanato.
-Se de que hablas, pero uno no puede decidir cómo se puede tornar su vida a tan corta edad, y menos si tus padres no están contigo.-Le dijo a Natarya.
-No importa…de todos modos apenas y los conocí. Lo único que recuerdo de ellos es que me dejaron con una tía para que ellos fueran a cenar, y después de eso llegó la noticia de que habían muerto en un accidente automovilístico. Luego me dejaron en el orfanato, y de ahí me desligaron de todo vínculo familiar.-
Ella miraba al techo pensativa, pero no se veía triste, solo reflexionaba.
-¿Y cómo terminaste en las calles?-Preguntó Soul.
-Ya les había dicho, escapé para que esas personas no me encontraran. Y aunque ha sido muy difícil para mi, he logrado salir adelante. He tenido que robar de vez en cuando, pero es necesario para…-
Se detuvo, y luego se levantó exaltada.
-¡Mi dinero!-
-¿Qué?-
-Tenía dinero en el bolsillo de mi suéter. Lo necesito.-
Saltó de la cama y se dirigió a la puerta, pero Soul la detuvo a tiempo.
-No puedes, si te ven te llevarán con la policía.-
-Pero son 40 dólares, los necesito.-
Tocaron la puerta.
-Soul, soy yo, Scott, traigo la ropa de Natarya.-
Ella abrió de inmediato y se la arrebató de sus manos.
-Se me había olvidado que la había dejado en la secadora. Casi me atrapan.-
-Gracias Scott.-Dijo Soul.
Cerró la puerta y Natarya le puso seguro. Luego desdobló su suéter dejando caer su falda y su ropa interior y buscó entre los bolsillos hasta encontrar su dinero. Este estaba húmedo, pero estaba ahí.
-Que bien, está todo.-Decía ella después de contarlo.
-¿De donde sacaste todo eso?-Preguntó Soul.
-Eh, yo…-
-¿Lo robaste?-
-No es de ustedes, no les he robado nada lo juro.-
-Pero afirmas que lo robaste.-
Ella se puso nerviosa ya que sentía que lo acusaban como ladrona.
-Bueno, te diré la verdad. Lo tomé de una persona a la que le salvé la vida. Pero eso amerita el que me diera algo, ¿no?-
-No, robar es malo, no importa que motivos tengas.-Soul le dijo.
-Pues entonces soy una persona muy mala ya que he robado desde que escapé del orfanato. Yo no tengo las facilidades que tu tienes, ¿sabes?-
Ella se enojó, creía que Soul la consideraba una simple delincuente e intentaba decirle que robar para ella era bueno.
-Tal vez tengas razón, pero aún así, te aprovechaste de una persona que necesitaba tu ayuda, y a pesar de que la salvaste no era necesario quitarle sus pertenencias. Dime, ¿le habrías salvado la vida aunque no tuviera dinero?-
-Por…por supuesto. ¿Crees que sería tan mala como para dejarlo morir de esa manera?-
Los dos se miraban a los ojos, ella con enojo y el con curiosidad por saber que haría. Pero Soul supo que se había pasado de la raya, así que se disculpó.
-Perdón. Creo que si estuviera en tu lugar haría lo mismo.-
-No te preocupes, de todos modos, tal vez tengas razón. Pero es difícil cambiar mi forma de actuar si es la única forma de que pueda sobrevivir.-
Se volvió a acostar en la cama.
-De todos modos, esta es mi vida, y ya me acostumbré a ella.-
Soul se acostó en su bolsa de dormir, pensando que sería de el si la familia de Scott no lo hubiera aceptado. Creía que su vida podría ser muy similar a la de Natarya.
-Creo que lo mejor será dormir, hay que madrugar si queremos evadir a los padres de Scott.-Dijo el.
-Si…-
Los dos agarraron sus colchas y se taparon. Pero a Soul aún le inquietaba la idea de que tal vez el hubiera sido abandonado en un orfanato también.
-Soul…-Le llamó Natarya.
-¿Eh?-
-Aún no te he agradecido a ti por haberme ayudado.-
-No es nada, supongo que para eso son los amigos.-
Ella se asomó por la cama para verlo.
-¿Entonces tu si me consideras tu amiga?-
Ella sonreía, y cuando Soul la vió no pudo evitar sonrojarse de nuevo.
-Si…porqué no.-
Se miraron a los ojos por un momento, ella sonriendo de felicidad y el mirándola apenado. Pero llegó el momento en el que los dos se regresaron a sus camas, con la cara más roja que un tomate y el corazón latiendo más rápido de lo normal.
-Buenas noches, Natarya-
-Buenas noches, y gracias.-
Y los dos se acomodaron en sus camas, y al cabo de unos minutos se quedaron dormidos.
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Re: Heroes GST
Scott se dirigía en autobús a la parte industrial de la ciudad. El trabajaba por las mañanas, esa era la razón por la que no podía acompañar a Soul y Natarya. El día era muy nublado y llovía mucho, como si el clima predijera algo malo.
El se bajó del camión y llegó a un gran edificio. Este era lugar de grandes experimentos relacionados con tecnología y biotecnología. La empresa se llamaba Aluminoid. A pesar de que Scott aún era joven para trabajar, y aún más en ese tipo de profesiones, el, junto con otras personas tan jóvenes como el entraban a la fábrica para comenzar sus labores.
El lugar era impresionante. Cientos de computadoras en largas mesas siendo usadas por adolescentes, grandes máquinas se veían entre varias cápsulas que contenían especimenes de plantas, además de que el lugar tenía su propia sala de estar y comedores para los empleados. Scott buscó su computadora, la encontró y se sentó enfrente de ella, y de inmediato comenzó a trabajar, abriendo un programa que le permitía diseñar modelos de inteligencia artificial. A su lado estaba un joven que se parecía mucho a el, y quien le habló apenas llegó.
-¿Y como has estado, hermano?-
-He tenido días mejores.-Le respondió Scott.
-Que, ¿problemas con nuestros padres?-
-No, con un huésped.-
-¿No me digas que están rentando habitación?-
-No es eso, verás…-
Scott le contó todo a su hermano, quien no mostró algún signo de sorpresa al saber sobre los poderes de Natarya o los suyos. Al parecer el ya sabía de las habilidades de Scott y Soul.
-Y en estos momentos Soul está llevándola a su casa. El problema es que me preocupa que esas personas los encuentren.-Terminó Scott.
-Debiste tomarte el día libre.-Le dijo su hermano.
-Sabes que no puedo, Chris. Este trabajo es muy importante para mí, además paga mi colegiatura y me ayudaría a entrar a una ingeniería. Si se dan cuenta de que falté solo por acompañar a Soul y una amiga, me iría mal.-
-Que tal si platicamos de esto en nuestra hora de comida, no podemos interrumpir el trabajo.-
Siguieron trabajando y al cabo de dos horas fueron al comedor a descansar y desayunar. La televisión mostraba las noticias del mediodía y varios empleados platicaban en el lugar.
-Y bien,-Dijo Scott.-¿Qué puedo hacer?-
-Mira, lo que podrías hacer es salir temprano, no te preocupes, por un día que no estés no pasará nada. Si quieres yo puedo inventar una excusa, tal vez que mamá se lesionó o que necesitas hacer unos trabajos de la secundaria, yo que se.-
-Me preocupa, si esos agentes los encuentran estarán en problemas.-
-Bah, no te preocupes, Soul también puede transformarse, estará bien.-
Las noticias mostraron una noticia de último minuto, la cual llamó la atención de los empleados.
-Nos encontramos en el centro de la ciudad donde en estos momentos se suscita una pelea entre unos agentes y una persona. Es impresionante lo que está sucediendo aquí, ya que parece que esta persona con la que los policías de negro combaten puede transformarse a voluntad. No sabemos de que se trata esto pero mientras tanto les mostramos imágenes de la pelea…-
Las imágenes mostraban a varios agentes vestidos de negro disparando a un joven de cabello y túnica naranja. Soul, transformado en un personaje de anime, Naruto, combatía a los dos mientras trataba de proteger a Natarya, quien se escondía detrás de un automóvil.
-¡Maldita sea, es Soul!-Gritó Scott.
Se levantó de su asiento y salió corriendo para ayudarlo.
-Ya era hora.-Dijo Chris mientras seguía comiendo.
---1 hora antes---
-¿Aquí es donde vives?-Decía Soul, transformado en otro personaje de anime, Edward Elric.
-Si, se que esta vieja, pero me acomodé aquí.-Natarya, usando su vieja, pero ahora limpia, ropa, le decía.
Se encontraban frente a un edificio abandonado. Este tenía las puertas y ventanas tapizadas con madera, además de que tenía en sus paredes grafitos de vándalos que habitaban esa zona. Tanto el barrio, el cual era pobre, como la casa, eran deprimentes, pero a Natarya no le importaba.
-Sígueme, es por aquí.-
Natarya condujo a Soul por un callejón al lado del edificio. Este estaba lleno de botes de basura y cajas, estorbando su paso. Ella se dirigió a unos que estaban pegados a la pared y los movió, revelando un hueco por donde podían entrar al lugar.
-El hueco es pequeño, tienes que regresar a la normalidad.-Le dijo a Soul.
El asintió y volvió a su cuerpo original, luego la siguió por el hueco hasta entrar. En el interior se veía más sucio y destrozado. Tablas de madera colgaban de las paredes y el piso estaba tan polvoso que parecían arenas movedizas. El lugar parecía ser las ruinas de un viejo motel, por lo que podía significar que la casa de Natarya estaba en uno de esos cuartos. Ella caminó hacia las escaleras y las subió. Soul la siguió. Subieron cinco pisos, evitando vidrios rotos y maderas rotas hasta llegar al último piso del edificio. En este se encontraban varias habitaciones, las cuales eran un poco más grandes que las anteriores. Natarya caminó hasta llegar a una de esas, pero a comparación de las demás, esta tenía un letrero hecho de plastilina que decía “Cuarto de Natarya Chan”.
-Este es mi cuarto.-
Ella giró la perilla de la puerta y condujo a Soul al interior. El lugar no era muy diferente al resto del motel, pero era más decente. Dos colchones cubiertos por dos cobertores hacían la cama, un gran espejo roto encima de una caja que ella usaba como tocador, varios juguetes como peluches, muñecas y autos y varias tablas encima de unos ladrillos que hacían la mesa eran las posesiones que Natarya tenía en su cuarto.
-Se que no es mucho lo que tengo…pero aquí es donde vivo, y donde me siento segura.-Le explicaba a Soul mientras lo hacía pasar. El veía como toda la habitación había sido arreglada cuidadosamente para que no se viera tan desordenada. Por ejemplo, la cama se encontraba en una esquina, el tocador al lado de esta y la mesa en el centro. Ella le ofreció un asíento a Soul, una caja rellena de algo con un cojín encima. El se sentó y notó que era cómoda, ella se las había arreglado para vivir lo más cómoda posible. Natarya se sentó en otro asiento mientras agarraba una manzana de un plato que había en la mesa.
-Se que no estás acostumbrado a un lugar así, pero hago todo lo posible por que se vea bien…-Ella decía.
-La verdad este lugar está lindo, lo arreglaste muy bien.-
Ella sonrió agradeciendo el cumplido, luego volteó a la ventana, la cual a diferencia de las demás no estaba tapizada.
-Aún así, me es difícil ganarme la vida…-Ella decía.-No me gustaría degradarme a pedir limosnas o algo así, me odiaría si hiciera eso. Podría decirse que soy algo elitista.-
Ella rió y siguió hablando.
-Por eso me dedico a robar. Se que no está bien, pero a veces creo que hay gente que no se merece lo que tiene.-
-¿Por qué dices eso?-Preguntó Soul.
-Me refiero a personas que siempre ganan de una manera muy fácil y sin hacer esfuerzo alguno. Ya sabes, esos que nacen con grandes fortunas y les gusta presumir sus cosas a toda la gente, solo para sentirse superiores. Técnicamente, toda la gente es así, siempre quieren demostrar algo que no tienen, la perseverancia necesaria para llegar lejos. Ellos nacen en la cima, por eso son así. Me repugnan…-
Soul la escuchaba con atención, no pensaba decir nada hasta que terminara.
-Yo creo que ellos no hacen nada para ganarse la vida, no como yo, que tengo que pelear todos los días para poder conseguir comida o protegerme del frío en invierno. Si las reglas de la vida fueran así, yo estaría en su lugar y ellos me estarían rogando para que les diera trabajo.-
Ella cada vez hablaba más seria, expresando su punto de vista ampliamente. Soul no decía ni pío.
-A veces…me gustaría vivir en una casa como todos los demás, ir a la escuela y salir con amigos y amigas. Pero hace tiempo que acepté mi realidad, se que mi lugar es aquí, y tal vez así sea por el resto de mi vida, pero mientras siga luchando se que nada malo me pasará…-
Soul no pudo contenerse más y habló.
-¿Piensas vivir en la pobreza para siempre?-
-No quiero, pero es muy probable que eso no cambie. Pero no significa que jamás seré feliz, al menos te conocí a ti y a Scott, con eso me basta para sentirme apoyada en todo lo que haga.-
A el se le hizo un nudo en la garganta. La veía, sonriendo y confiada sobre su futuro. ¿Cómo podía haber alguien que aceptara esa situación de esa manera? Ella no era normal, era más fuerte de voluntad que cualquiera a quien haya conocido. Soul no quería dejarlo así, por lo que tomó una medida desesperada.
-Natarya, quedate con nosotros.-
Ella no supo como reaccionar a lo que le había dicho.
-¿Qué?-
-Si, quedate con nosotros,-le decía Soul.-no se como nos las arreglaremos, pero haremos todo lo posible por que los padres de Scott de acepten, si no, el tiene hermanos, tal vez te puedas quedar con ellos, si les explicamos la situación podríamos…-
-¡No!-
Ella le gritó a Soul enojada.
-¡Jamás haría eso! He trabajado toda mi vida como para que todo se me facilite así nada más. Se que tu intención es buena, y la aprecio, pero desharía todo por lo que he luchado.-
Soul reflexionó sus palabras, ella hablaba enserio, se quedaría con esa vida sin importar que tan dura fuera.
-Aún así,-Le dijo Natarya sonriendo.-veo que te preocupas por mi, eso es algo que no pienso olvidar. Que bueno que tú fuiste quien me salvó.-
El comprendió todo y le devolvió la sonrisa. Pero al verla a los ojos se sonrojó, volteando la vista a la ventana. Lo que vio no fue agradable, más bien lo horrorizó. Un hombre vestido de negro los veía con unos binoculares desde el interior del otro edificio, hablando con otra persona a través de un celular.
-¡Maldición, nos encontraron!-Gritó Soul.
Lo peor es que ya lo habían visto a el también, por lo que lo más probable es que tratarían de capturarlo a el.
-Pero si fuimos cuidadosos.-Dijo Natarya.
-Los subestimamos. Tenemos que salir de aquí.-
Se oyó una fuerte explosión dentro del edificio y el piso comenzó a temblar. Ellos tenían planeado tirar el lugar con ellos adentro. Soul no perdió tiempo y se transformó en Naruto, ya que ahora no importaba si sabían sobre su poder.
-¡Rápido, sígueme!-
Tomó a Natarya, la cargó en sus brazos y saltó por la ventana. En eso el motel comenzó a caer en pedazos mientras varios agentes los esperaban justo en el lugar donde iban a caer.
El se bajó del camión y llegó a un gran edificio. Este era lugar de grandes experimentos relacionados con tecnología y biotecnología. La empresa se llamaba Aluminoid. A pesar de que Scott aún era joven para trabajar, y aún más en ese tipo de profesiones, el, junto con otras personas tan jóvenes como el entraban a la fábrica para comenzar sus labores.
El lugar era impresionante. Cientos de computadoras en largas mesas siendo usadas por adolescentes, grandes máquinas se veían entre varias cápsulas que contenían especimenes de plantas, además de que el lugar tenía su propia sala de estar y comedores para los empleados. Scott buscó su computadora, la encontró y se sentó enfrente de ella, y de inmediato comenzó a trabajar, abriendo un programa que le permitía diseñar modelos de inteligencia artificial. A su lado estaba un joven que se parecía mucho a el, y quien le habló apenas llegó.
-¿Y como has estado, hermano?-
-He tenido días mejores.-Le respondió Scott.
-Que, ¿problemas con nuestros padres?-
-No, con un huésped.-
-¿No me digas que están rentando habitación?-
-No es eso, verás…-
Scott le contó todo a su hermano, quien no mostró algún signo de sorpresa al saber sobre los poderes de Natarya o los suyos. Al parecer el ya sabía de las habilidades de Scott y Soul.
-Y en estos momentos Soul está llevándola a su casa. El problema es que me preocupa que esas personas los encuentren.-Terminó Scott.
-Debiste tomarte el día libre.-Le dijo su hermano.
-Sabes que no puedo, Chris. Este trabajo es muy importante para mí, además paga mi colegiatura y me ayudaría a entrar a una ingeniería. Si se dan cuenta de que falté solo por acompañar a Soul y una amiga, me iría mal.-
-Que tal si platicamos de esto en nuestra hora de comida, no podemos interrumpir el trabajo.-
Siguieron trabajando y al cabo de dos horas fueron al comedor a descansar y desayunar. La televisión mostraba las noticias del mediodía y varios empleados platicaban en el lugar.
-Y bien,-Dijo Scott.-¿Qué puedo hacer?-
-Mira, lo que podrías hacer es salir temprano, no te preocupes, por un día que no estés no pasará nada. Si quieres yo puedo inventar una excusa, tal vez que mamá se lesionó o que necesitas hacer unos trabajos de la secundaria, yo que se.-
-Me preocupa, si esos agentes los encuentran estarán en problemas.-
-Bah, no te preocupes, Soul también puede transformarse, estará bien.-
Las noticias mostraron una noticia de último minuto, la cual llamó la atención de los empleados.
-Nos encontramos en el centro de la ciudad donde en estos momentos se suscita una pelea entre unos agentes y una persona. Es impresionante lo que está sucediendo aquí, ya que parece que esta persona con la que los policías de negro combaten puede transformarse a voluntad. No sabemos de que se trata esto pero mientras tanto les mostramos imágenes de la pelea…-
Las imágenes mostraban a varios agentes vestidos de negro disparando a un joven de cabello y túnica naranja. Soul, transformado en un personaje de anime, Naruto, combatía a los dos mientras trataba de proteger a Natarya, quien se escondía detrás de un automóvil.
-¡Maldita sea, es Soul!-Gritó Scott.
Se levantó de su asiento y salió corriendo para ayudarlo.
-Ya era hora.-Dijo Chris mientras seguía comiendo.
---1 hora antes---
-¿Aquí es donde vives?-Decía Soul, transformado en otro personaje de anime, Edward Elric.
-Si, se que esta vieja, pero me acomodé aquí.-Natarya, usando su vieja, pero ahora limpia, ropa, le decía.
Se encontraban frente a un edificio abandonado. Este tenía las puertas y ventanas tapizadas con madera, además de que tenía en sus paredes grafitos de vándalos que habitaban esa zona. Tanto el barrio, el cual era pobre, como la casa, eran deprimentes, pero a Natarya no le importaba.
-Sígueme, es por aquí.-
Natarya condujo a Soul por un callejón al lado del edificio. Este estaba lleno de botes de basura y cajas, estorbando su paso. Ella se dirigió a unos que estaban pegados a la pared y los movió, revelando un hueco por donde podían entrar al lugar.
-El hueco es pequeño, tienes que regresar a la normalidad.-Le dijo a Soul.
El asintió y volvió a su cuerpo original, luego la siguió por el hueco hasta entrar. En el interior se veía más sucio y destrozado. Tablas de madera colgaban de las paredes y el piso estaba tan polvoso que parecían arenas movedizas. El lugar parecía ser las ruinas de un viejo motel, por lo que podía significar que la casa de Natarya estaba en uno de esos cuartos. Ella caminó hacia las escaleras y las subió. Soul la siguió. Subieron cinco pisos, evitando vidrios rotos y maderas rotas hasta llegar al último piso del edificio. En este se encontraban varias habitaciones, las cuales eran un poco más grandes que las anteriores. Natarya caminó hasta llegar a una de esas, pero a comparación de las demás, esta tenía un letrero hecho de plastilina que decía “Cuarto de Natarya Chan”.
-Este es mi cuarto.-
Ella giró la perilla de la puerta y condujo a Soul al interior. El lugar no era muy diferente al resto del motel, pero era más decente. Dos colchones cubiertos por dos cobertores hacían la cama, un gran espejo roto encima de una caja que ella usaba como tocador, varios juguetes como peluches, muñecas y autos y varias tablas encima de unos ladrillos que hacían la mesa eran las posesiones que Natarya tenía en su cuarto.
-Se que no es mucho lo que tengo…pero aquí es donde vivo, y donde me siento segura.-Le explicaba a Soul mientras lo hacía pasar. El veía como toda la habitación había sido arreglada cuidadosamente para que no se viera tan desordenada. Por ejemplo, la cama se encontraba en una esquina, el tocador al lado de esta y la mesa en el centro. Ella le ofreció un asíento a Soul, una caja rellena de algo con un cojín encima. El se sentó y notó que era cómoda, ella se las había arreglado para vivir lo más cómoda posible. Natarya se sentó en otro asiento mientras agarraba una manzana de un plato que había en la mesa.
-Se que no estás acostumbrado a un lugar así, pero hago todo lo posible por que se vea bien…-Ella decía.
-La verdad este lugar está lindo, lo arreglaste muy bien.-
Ella sonrió agradeciendo el cumplido, luego volteó a la ventana, la cual a diferencia de las demás no estaba tapizada.
-Aún así, me es difícil ganarme la vida…-Ella decía.-No me gustaría degradarme a pedir limosnas o algo así, me odiaría si hiciera eso. Podría decirse que soy algo elitista.-
Ella rió y siguió hablando.
-Por eso me dedico a robar. Se que no está bien, pero a veces creo que hay gente que no se merece lo que tiene.-
-¿Por qué dices eso?-Preguntó Soul.
-Me refiero a personas que siempre ganan de una manera muy fácil y sin hacer esfuerzo alguno. Ya sabes, esos que nacen con grandes fortunas y les gusta presumir sus cosas a toda la gente, solo para sentirse superiores. Técnicamente, toda la gente es así, siempre quieren demostrar algo que no tienen, la perseverancia necesaria para llegar lejos. Ellos nacen en la cima, por eso son así. Me repugnan…-
Soul la escuchaba con atención, no pensaba decir nada hasta que terminara.
-Yo creo que ellos no hacen nada para ganarse la vida, no como yo, que tengo que pelear todos los días para poder conseguir comida o protegerme del frío en invierno. Si las reglas de la vida fueran así, yo estaría en su lugar y ellos me estarían rogando para que les diera trabajo.-
Ella cada vez hablaba más seria, expresando su punto de vista ampliamente. Soul no decía ni pío.
-A veces…me gustaría vivir en una casa como todos los demás, ir a la escuela y salir con amigos y amigas. Pero hace tiempo que acepté mi realidad, se que mi lugar es aquí, y tal vez así sea por el resto de mi vida, pero mientras siga luchando se que nada malo me pasará…-
Soul no pudo contenerse más y habló.
-¿Piensas vivir en la pobreza para siempre?-
-No quiero, pero es muy probable que eso no cambie. Pero no significa que jamás seré feliz, al menos te conocí a ti y a Scott, con eso me basta para sentirme apoyada en todo lo que haga.-
A el se le hizo un nudo en la garganta. La veía, sonriendo y confiada sobre su futuro. ¿Cómo podía haber alguien que aceptara esa situación de esa manera? Ella no era normal, era más fuerte de voluntad que cualquiera a quien haya conocido. Soul no quería dejarlo así, por lo que tomó una medida desesperada.
-Natarya, quedate con nosotros.-
Ella no supo como reaccionar a lo que le había dicho.
-¿Qué?-
-Si, quedate con nosotros,-le decía Soul.-no se como nos las arreglaremos, pero haremos todo lo posible por que los padres de Scott de acepten, si no, el tiene hermanos, tal vez te puedas quedar con ellos, si les explicamos la situación podríamos…-
-¡No!-
Ella le gritó a Soul enojada.
-¡Jamás haría eso! He trabajado toda mi vida como para que todo se me facilite así nada más. Se que tu intención es buena, y la aprecio, pero desharía todo por lo que he luchado.-
Soul reflexionó sus palabras, ella hablaba enserio, se quedaría con esa vida sin importar que tan dura fuera.
-Aún así,-Le dijo Natarya sonriendo.-veo que te preocupas por mi, eso es algo que no pienso olvidar. Que bueno que tú fuiste quien me salvó.-
El comprendió todo y le devolvió la sonrisa. Pero al verla a los ojos se sonrojó, volteando la vista a la ventana. Lo que vio no fue agradable, más bien lo horrorizó. Un hombre vestido de negro los veía con unos binoculares desde el interior del otro edificio, hablando con otra persona a través de un celular.
-¡Maldición, nos encontraron!-Gritó Soul.
Lo peor es que ya lo habían visto a el también, por lo que lo más probable es que tratarían de capturarlo a el.
-Pero si fuimos cuidadosos.-Dijo Natarya.
-Los subestimamos. Tenemos que salir de aquí.-
Se oyó una fuerte explosión dentro del edificio y el piso comenzó a temblar. Ellos tenían planeado tirar el lugar con ellos adentro. Soul no perdió tiempo y se transformó en Naruto, ya que ahora no importaba si sabían sobre su poder.
-¡Rápido, sígueme!-
Tomó a Natarya, la cargó en sus brazos y saltó por la ventana. En eso el motel comenzó a caer en pedazos mientras varios agentes los esperaban justo en el lugar donde iban a caer.
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Re: Heroes GST
-¡Kage Bushin No Justu!-
Soul se copió en una docena de Narutos, los cuales cayeron para pelear contra los agentes mientras el escapaba con Natarya.
-No los dejen escapar, el niño también tiene poderes!-Gritó uno de ellos.
Pero los clones se interpusieron en el camino, y comenzaron a pelear contra ellos, dándoles oportunidad a los dos de salir de ahí.
-No puede ser, ¿que haremos?-Decía Soul mientras corría.
-No te desesperes, ellos no saben quien eres en realidad, les costará trabajo saber donde vives.-
Ellos escapaban por las calles de la ciudad mientras esquivaban el tráfico. Pero justo enfrente de ellos se encontraban más agentes apuntándoles con armas de alto calibre.
-Deben estar locos si creen que pueden disparar en una calle llena de gente.-
Pero por desgracia si lo estaban, ya que cuando el se detuvo ellos comenzaron a disparar, provocando el pánico a toda la gente que transitaba y caminaba por ahí. Soul esquivó las balas mientras buscaba una ruta alterna de escape, pero las calles estaban bloqueadas por más agentes decididos a capturarlos.
-Rayos, no tengo otra opción más que combatirlos.-
-Soul, son demasiados.-
-No te preocupes, estaré bien.-
Soul bajó a Natarya entre los autos que la gente había abandonado al correr, después salió y esperó a los hombres de negro, quienes se abalanzaron contra el. Mantuvo su posición mientras combatía a sus enemigos, los cuales golpeaban a diestra y siniestra. Le costaba trabajo mantenerse en pie y cubrirse de todos los ataques, pero no se rendiría. Aprovechó la oportunidad de que uno de ellos fallara el ataque para contraatacar con varias patadas a los agentes que lo rodeaban. Ellos salían volando con cada ataque de Soul, pero a pesar de golpearlos con todas las fuerzas de su transformación volvían como si no les hubiera pasado nada. Varios comenzaron a usar armas y le disparaban, pero el lo notaba y los eliminaba primero antes de que pudieran hacerle daño. Mientras tanto, Natarya iba siguiendo a Soul mientras se ocultaba entre los autos para que nadie la viera.
Soul seguía peleando contra los de negro, pero uno de ellos logró golpearlo y lanzarlo por los aires, haciéndolo caer en el parabrisas de un carro.
-¿Cómo pueden ser tan fuertes?-Decía mientras se recuperaba.
Uno de los agentes logró encontrar a Natarya, y le avisó a los demás. Soul oyó esas palabras y su cuerpo brilló y se transformó en Goku, luego usó una técnica para tele transportarse y llegar a donde ella estaba. Logró reaccionar a tiempo para quitarle a Natarya de encima al agente, lanzándole una esfera de energía y sacándolo del lugar.
Volvió a transformarse en Naruto y saltó encima de un carro, mientras veía como más agentes corrían hacia el.
-Ya me harté de ustedes. ¡Rasengan!-
Creó una bola de energía de su mano, la cual lanzó contra uno de ellos. Este recibió el impacto y cayó al suelo, derrotado.
-¡Rasengan, Rasengan, Rasengan!-
El lanzaba bola tras bola a los agentes, los cuales caían muertos. Pero no eran suficientes para detenerlos.
-¡Soul, cuidado!-
Uno de ellos estaba a punto de golpearlo con una pistola en la cabeza, aprovechando que no ponía atención, pero un dragón de color verde y aspecto caricaturesco llegó y le dio un cabezazo, noqueándolo.
-¡Scott!-
El dinosaurio se transformó y se volvió un robot de color azul titanio.
-Te vi en las noticias, vine a ayudar.-
-Que bien, y que bueno que me ayudas, por fin le das un buen uso a Yoshi.-
Los dos se prepararon para combatir a los agentes que quedaban, quienes no cesaban de atacar.
-¡Rasengan!-
Soul comenzó a lanzar bolas de energía a los agentes mientras que Scott usaba un cañón en su brazo para eliminar a los agentes del otro lado de la calle. Estos caían al recibir el impacto, por lo que el número de uniformados bajó rápidamente.
-¡Si, denles con todo!-Animaba Natarya, quien estaba debajo de ellos.
Ellos no dejaron de disparar hasta que vieron que ya no había agentes que los amenazaran. Se detuvieron, viendo todos los cuerpos de los agentes que ellos habían matado. No podían creer que habían asesinado a tantas personas, pero era por su bien y por el de Natarya.
-Lo logramos.-Dijo Soul mientras tomaba aire.
-No puedo creer que fueran tantos. ¿Qué creen que intentan hacer al enfrentarnos así?-
-No se, pero eran muy fuertes, uno de ellos me golpeó y me lanzó hasta un auto.-
-Al menos ya acabamos con ellos…mejor hay que irnos de aquí.-
Ellos bajaron del automóvil en el que estaban para ir con Natarya, pero una voz los detuvo.
-Deténganse y vivirán.-
Uno de dos agentes apuntaba a la cabeza de Soul con un rifle de francotirador. Los dos no tuvieron otra opción más que quedarse quietos, ya que cualquier movimiento podría provocar que ese hombre jalara del gatillo.
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Re: Heroes GST
-Han demostrado ser un gran reto, pero esto se acabó.-Dijo el segundo.-Aún así, les daremos una dos opciones. Dennos a la niña y ustedes se podrán ir…por ahora, ó traten de detenernos y se sumarán a los cadáveres de los agentes que asesinaron.-
Los dos jóvenes no sabían que hacer, estaban acorralados, si cualquiera de los dos se movía la cabeza de Soul volaría en mil pedazos.
-¿Porqué hacen esto? ¿Quiénes son ustedes?-Preguntó Scott.
-Si tanto quieres saber te lo diremos.-Dijo el segundo agente.-Solo tenemos permitido identificar a nuestra organización como la Agencia. Somos una gran red de agentes que se dedica a buscar y ayudar a personas con habilidades especiales, en especial a aquellos afectados por la tormenta eléctrica de los Zolings.-
-¿Los qué?-Dijo Soul.
-Zoling es el nombre clave con el que nosotros identificamos a los seres extraterrestres que provocaron la tormenta eléctrica hace cinco años. Hemos descubierto que estos seres dieron forma a los poderes que muchas personas, como ustedes, tienen ahora. Nos dedicamos a buscarlos y después entrenarlos para crear una fuerza de elite capaz de defender la Tierra. También se nos tiene permitido hacer experimentos con los afectados para averiguar la fuente exacta de sus dones y la forma de removerlos o aumentarlos, según sea la situación.-
-Claro, y por eso nos cazan como animales, ¿verdad?-Natarya dijo.
-Nuestras órdenes fueron traer a esa niña con nosotros sin importar lo que sucediera. Se nos dieron órdenes de hacer lo que fuera necesario para llevarla con nosotros. Así que espero que consideren la primera opción, ya que si no, ustedes morirán y nos llevaremos a la niña de todos modos.-
Ellos no podían dejarla, ella confiaba en ellos.
-Olvidalo…-Dijo Soul.
Natarya volteó a verlo asustada. ¿Realmente iba a sacrificar su vida para salvarlo? No podría evitar la bala a tiempo, y aún así esta sería lo suficientemente poderosa como para atravesarlos a los dos.
-Que lástima…espero que el jefe nos perdone por exterminarlos a ustedes.-
El segundo agente le dio la señal al primero, y este obedeció. Fijó por completo la mira y comenzó a jalar el gatillo.
Una katana apareció justo debajo de la cabeza del agente con el rifle. Una mujer de cabello y labios naranjas, piel blanca y traje de hombre era quien la sostenía. El cañón del rifle de repente se partió en dos, inutilizando por completo.
-Debería darles vergüenza…aprovecharse de una niña de esa manera. Tienes suerte de que no te haya cortado la cabeza.-
Nadie había logrado ver que tan rápido había llegado esa mujer, y mucho menos ver como la espada había cortado el arma.
-Es mejor que se larguen…-Dijo ella.
-La conozco,-Dijo el segundo agente.-es Lola Kiddo.
-¿La presidenta de Kiddo Enterprises?-Scott se sorprendió.
-No cambies el tema. Ahora vayanse o las cabezas que rodarán serán las suyas.-
Los agentes ya no sabían que hacer, ella era tan rápida que podría matarlos en un segundo. No tuvieron más opción que rendirse.
-…Retirada…-
Los dos corrieron hasta una camioneta de color negro, subieron en ella y escaparon. Se oyó un disparo y en la camioneta se incrustó un pequeño radar, disparado por un hombre vestido de científico.
-Buena puntería, señor Jekyll.-Dijo Lola, mientras envainaba su katana.
Ella volteó a los tres jóvenes.
-Pueden regresar a la normalidad, vi todo lo que sucedió.-
Ellos no sabían si confiar en ella o no, pero al ver de lo que era capaz, decidieron volver a su forma original. Después de hacerlo, ella se les acercó.
-Tuvieron suerte, es mejor que se vayan de aquí por ahora.-
-¿Porqué nos ayudaste?-Dijo Soul.
-Eso no importa, vayanse antes de que regresen.-
Los tres hicieron caso y se voltearon para marcharse, pero Lola los detuvo.
-Esperen, solo me refería a ustedes dos. La niña se queda conmigo.-
-¿Qué dijiste? Eso jamás.-Soul la enfrentó.
Natarya la miró. ¿Para qué la quería a ella específicamente? ¿Sería posible que Lola Kiddo también fuera parte de la Agencia?-
-Olvidalo, nosotros la cuidaremos.-Dijo Scott.
-Por favor, apenas y pudieron con esos tipos. No se preocupen, por lo que he visto es a ella a quien buscan, así que es mejor que se quede conmigo.-
La tomó de la mano y se la llevó. Natarya estaba tan confundida que no se resistió.
-No, no dejaré que te la lleves.-
Soul corrió hacia ella, pero Kiddo desenvainó su espada y le dirigió hacia el.
-Si tanto te preocupas por ella…-Le dijo.-búscame en esta dirección mañana a las 8 de la noche.
Ella le dio una tarjeta a Soul, donde venían todos sus datos, incluyendo su domicilio.
-¿Cómo puedo saber que esto no es falso? No puedo confiar en ti así nada más.-
Lola lo miró unos instantes y luego soltó a Natarya. Se dirigió a uno de los autos y con sus propias manos lo levantó.
-Porque yo soy como ustedes…-Dijo mientras lo bajaba.
Volvió a tomar a Natarya y se la llevó a una limosina de color negro que estaba estacionada al otro lado de la calle.
-No se preocupen por ella…me aseguraré de darle un buen hogar…-
Y subió a Natarya al auto.
-Un buen hogar… ¡Espera!-Soul intentó detenerla.
El la agarró del brazo, sin importarle si era mayor.
-Si te atreves a dejarla en un orfanato, te juro que me las pagarás…-
Lola oyó la amenaza, pero no le importó. Se quitó a Soul de encima y comenzó a subir al auto.
-Un buen hogar es con una persona como ella. No te alarmes, la cuidaré bien.-
Y cerró la puerta. La limosina se encendió y se marchó, dejando a Soul y a Scott más confundidos que nunca.
Natarya estaba sentada en uno de los asientos del auto justo enfrente de Lola. Tenía la cabeza baja y parecía estar deprimida.
-¿Estás bien?-Le dijo Lola.
Ella no subió la cabeza, pero le respondió.
-Estoy confundida…no se si confiar en ti…-
-No te preocupes por eso, tal vez me vea amenazante, pero no iba a dejar que esas personas te llevaran.-
-¿Y mis amigos?-
-Ellos estarán bien. Mañana los verás. Lo prometo.-
Natarya volteó a verla. A pesar de verse extraña con ese tono de piel, le sonreía como si fuera su madre.
-Y… ¿Qué quieres de mí?-Preguntó la niña.
-Protegerte…-
Ella abrió los ojos completamente.
-¿Qué quieres decir con eso?-
-Esas personas te buscan a ti. Mientras estés bajo mis cuidados nada te pasará. Pero ya que no puedo tenerte en mi hogar así nada más…-
Se detuvo un momento para tomar aire, parecía que a ella le tomaría trabajo decir lo siguiente:
-La mejor manera de tenerte a salvo es que tú te conviertas en mi hija…-
Natarya se quedó con la boca abierta. No podía creer lo que Lola había dicho en ese momento. No podía creer que una mujer de gran status social y con una de las empresas más poderosas a nivel mundial la adoptaría así nada más. Lola observaba su asombro, algo obvio ya que no se podía esperar una respuesta así.
-¿Me…a…adoptarás…?-
-Será lo mejor para ti y tus amigos. Y no tengas miedo de mi, verás que cuidaré de ti como tu verdadera madre.-
-Ma…madre…-
Fue tanto el asombro de Natarya que se desmayó, cayendo en el asiento. Lola solo la miró, preocupada por la decisión que había tomado. A pesar de tener cantidades millonarias de dinero, ¿cómo cuidaría a una niña si jamás habia sido mamá?
La limosina se dirigía a los condominios, donde Kiddo llevaba a su hija a su nuevo hogar. Pero Natarya creía que todo era un sueño. Ella solo esperaba despertar para volver a encontrarse en su colchon en el motel.
Los cuerpos de las docenas de agentes eran inspeccionadas por varios enfermeros de la ciudad. Uno tras uno eran revisados y después cubiertos mientras varios reporteros tomaban fotos o grababan lo que ocurría en el lugar.
-¿Lo notaste?-Le decía un enfermero a otro mientras subían a una ambulancia.
-Si creo saber a que te refieres, si.-
-Esos cuerpos…esas personas…todas eran idénticas…-
Los dos jóvenes no sabían que hacer, estaban acorralados, si cualquiera de los dos se movía la cabeza de Soul volaría en mil pedazos.
-¿Porqué hacen esto? ¿Quiénes son ustedes?-Preguntó Scott.
-Si tanto quieres saber te lo diremos.-Dijo el segundo agente.-Solo tenemos permitido identificar a nuestra organización como la Agencia. Somos una gran red de agentes que se dedica a buscar y ayudar a personas con habilidades especiales, en especial a aquellos afectados por la tormenta eléctrica de los Zolings.-
-¿Los qué?-Dijo Soul.
-Zoling es el nombre clave con el que nosotros identificamos a los seres extraterrestres que provocaron la tormenta eléctrica hace cinco años. Hemos descubierto que estos seres dieron forma a los poderes que muchas personas, como ustedes, tienen ahora. Nos dedicamos a buscarlos y después entrenarlos para crear una fuerza de elite capaz de defender la Tierra. También se nos tiene permitido hacer experimentos con los afectados para averiguar la fuente exacta de sus dones y la forma de removerlos o aumentarlos, según sea la situación.-
-Claro, y por eso nos cazan como animales, ¿verdad?-Natarya dijo.
-Nuestras órdenes fueron traer a esa niña con nosotros sin importar lo que sucediera. Se nos dieron órdenes de hacer lo que fuera necesario para llevarla con nosotros. Así que espero que consideren la primera opción, ya que si no, ustedes morirán y nos llevaremos a la niña de todos modos.-
Ellos no podían dejarla, ella confiaba en ellos.
-Olvidalo…-Dijo Soul.
Natarya volteó a verlo asustada. ¿Realmente iba a sacrificar su vida para salvarlo? No podría evitar la bala a tiempo, y aún así esta sería lo suficientemente poderosa como para atravesarlos a los dos.
-Que lástima…espero que el jefe nos perdone por exterminarlos a ustedes.-
El segundo agente le dio la señal al primero, y este obedeció. Fijó por completo la mira y comenzó a jalar el gatillo.
Una katana apareció justo debajo de la cabeza del agente con el rifle. Una mujer de cabello y labios naranjas, piel blanca y traje de hombre era quien la sostenía. El cañón del rifle de repente se partió en dos, inutilizando por completo.
-Debería darles vergüenza…aprovecharse de una niña de esa manera. Tienes suerte de que no te haya cortado la cabeza.-
Nadie había logrado ver que tan rápido había llegado esa mujer, y mucho menos ver como la espada había cortado el arma.
-Es mejor que se larguen…-Dijo ella.
-La conozco,-Dijo el segundo agente.-es Lola Kiddo.
-¿La presidenta de Kiddo Enterprises?-Scott se sorprendió.
-No cambies el tema. Ahora vayanse o las cabezas que rodarán serán las suyas.-
Los agentes ya no sabían que hacer, ella era tan rápida que podría matarlos en un segundo. No tuvieron más opción que rendirse.
-…Retirada…-
Los dos corrieron hasta una camioneta de color negro, subieron en ella y escaparon. Se oyó un disparo y en la camioneta se incrustó un pequeño radar, disparado por un hombre vestido de científico.
-Buena puntería, señor Jekyll.-Dijo Lola, mientras envainaba su katana.
Ella volteó a los tres jóvenes.
-Pueden regresar a la normalidad, vi todo lo que sucedió.-
Ellos no sabían si confiar en ella o no, pero al ver de lo que era capaz, decidieron volver a su forma original. Después de hacerlo, ella se les acercó.
-Tuvieron suerte, es mejor que se vayan de aquí por ahora.-
-¿Porqué nos ayudaste?-Dijo Soul.
-Eso no importa, vayanse antes de que regresen.-
Los tres hicieron caso y se voltearon para marcharse, pero Lola los detuvo.
-Esperen, solo me refería a ustedes dos. La niña se queda conmigo.-
-¿Qué dijiste? Eso jamás.-Soul la enfrentó.
Natarya la miró. ¿Para qué la quería a ella específicamente? ¿Sería posible que Lola Kiddo también fuera parte de la Agencia?-
-Olvidalo, nosotros la cuidaremos.-Dijo Scott.
-Por favor, apenas y pudieron con esos tipos. No se preocupen, por lo que he visto es a ella a quien buscan, así que es mejor que se quede conmigo.-
La tomó de la mano y se la llevó. Natarya estaba tan confundida que no se resistió.
-No, no dejaré que te la lleves.-
Soul corrió hacia ella, pero Kiddo desenvainó su espada y le dirigió hacia el.
-Si tanto te preocupas por ella…-Le dijo.-búscame en esta dirección mañana a las 8 de la noche.
Ella le dio una tarjeta a Soul, donde venían todos sus datos, incluyendo su domicilio.
-¿Cómo puedo saber que esto no es falso? No puedo confiar en ti así nada más.-
Lola lo miró unos instantes y luego soltó a Natarya. Se dirigió a uno de los autos y con sus propias manos lo levantó.
-Porque yo soy como ustedes…-Dijo mientras lo bajaba.
Volvió a tomar a Natarya y se la llevó a una limosina de color negro que estaba estacionada al otro lado de la calle.
-No se preocupen por ella…me aseguraré de darle un buen hogar…-
Y subió a Natarya al auto.
-Un buen hogar… ¡Espera!-Soul intentó detenerla.
El la agarró del brazo, sin importarle si era mayor.
-Si te atreves a dejarla en un orfanato, te juro que me las pagarás…-
Lola oyó la amenaza, pero no le importó. Se quitó a Soul de encima y comenzó a subir al auto.
-Un buen hogar es con una persona como ella. No te alarmes, la cuidaré bien.-
Y cerró la puerta. La limosina se encendió y se marchó, dejando a Soul y a Scott más confundidos que nunca.
Natarya estaba sentada en uno de los asientos del auto justo enfrente de Lola. Tenía la cabeza baja y parecía estar deprimida.
-¿Estás bien?-Le dijo Lola.
Ella no subió la cabeza, pero le respondió.
-Estoy confundida…no se si confiar en ti…-
-No te preocupes por eso, tal vez me vea amenazante, pero no iba a dejar que esas personas te llevaran.-
-¿Y mis amigos?-
-Ellos estarán bien. Mañana los verás. Lo prometo.-
Natarya volteó a verla. A pesar de verse extraña con ese tono de piel, le sonreía como si fuera su madre.
-Y… ¿Qué quieres de mí?-Preguntó la niña.
-Protegerte…-
Ella abrió los ojos completamente.
-¿Qué quieres decir con eso?-
-Esas personas te buscan a ti. Mientras estés bajo mis cuidados nada te pasará. Pero ya que no puedo tenerte en mi hogar así nada más…-
Se detuvo un momento para tomar aire, parecía que a ella le tomaría trabajo decir lo siguiente:
-La mejor manera de tenerte a salvo es que tú te conviertas en mi hija…-
Natarya se quedó con la boca abierta. No podía creer lo que Lola había dicho en ese momento. No podía creer que una mujer de gran status social y con una de las empresas más poderosas a nivel mundial la adoptaría así nada más. Lola observaba su asombro, algo obvio ya que no se podía esperar una respuesta así.
-¿Me…a…adoptarás…?-
-Será lo mejor para ti y tus amigos. Y no tengas miedo de mi, verás que cuidaré de ti como tu verdadera madre.-
-Ma…madre…-
Fue tanto el asombro de Natarya que se desmayó, cayendo en el asiento. Lola solo la miró, preocupada por la decisión que había tomado. A pesar de tener cantidades millonarias de dinero, ¿cómo cuidaría a una niña si jamás habia sido mamá?
La limosina se dirigía a los condominios, donde Kiddo llevaba a su hija a su nuevo hogar. Pero Natarya creía que todo era un sueño. Ella solo esperaba despertar para volver a encontrarse en su colchon en el motel.
Los cuerpos de las docenas de agentes eran inspeccionadas por varios enfermeros de la ciudad. Uno tras uno eran revisados y después cubiertos mientras varios reporteros tomaban fotos o grababan lo que ocurría en el lugar.
-¿Lo notaste?-Le decía un enfermero a otro mientras subían a una ambulancia.
-Si creo saber a que te refieres, si.-
-Esos cuerpos…esas personas…todas eran idénticas…-
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Re: Heroes GST
Capítulo 6
Mercenarios
-Así que…ustedes son los cazarrecompenzas que contratamos.-
Tres personas se encontraban hablando en una gran oficina con poca iluminación. El que estaba sentado detrás del escritorio vestía un traje negro y usaba lentes oscuros, era grande, robusto, de piel morena y totalmente calvo. Los otros dos tenían una apariencia más peculiar. El primero usaba un pantalón de mezclilla azul oscuro, una chaqueta de cuero color café que le llegaba a las rodillas, guantes de motociclista negros y una bufanda roja; era de piel clara, estatura mediana, ojos negros y cabello castaño alborotado. El otro era un poco más grande. Usaba pantalón y chaqueta de mezclilla negros, playera de mangas largas ajustada de color morado y una banda en la cabeza. También era de piel clara, ojos azules y cabello negro muy largo. Los dos parecían ser muy jóvenes, ya que no mostraban la apariencia de un adulto.
-Se ven muy jóvenes como para serlo,-Continúo el de negro.-pero según sus perfiles, veo que tienen prestigio.-
El veía en una computadora las fotografías de los dos. El de la bufanda se llamaba Krad Hunter y el de la banda se llamaba Sasaki Kojiro.
-Nuestra edad es lo que menos importa,-Dijo Hunter.-lo que importa es que nosotros nunca fallamos en una misión.-
-Entonces, ¿podré confiar en ustedes?-
-Siempre y cuando nos pague como se debe.-Dijo Sasaki.
-El hombre abrió un cajón del escritorio y de este sacó una chequera negra. Luego tomó una pluma y comenzó a escribir en uno de los cheques.
-Si, discutimos los términos ayer…-Decía mientras escribía.-Un millón de dólares de adelanto y cuatro millones cuando terminen el trabajo.-
Terminó de escribir, lo arrancó de la chequera y se lo dio a Krad.
-Entonces, ya saben que hacer.-Les explicó.-La niña, Natarya Chan, en estos momentos se encuentra viviendo en casa de la presidenta de Kiddo Enterprises, Lola Kiddo. Vayan ahí y tráiganla. Si es necesario deshacerse de la mujer, haganlo, pero hagan todo lo posible por mantenerla con vida, ya que ella también es una de los afectados por la tormenta de los Zoling. Podríamos utilizarla también.-
Los dos cazarrecompenzas asintieron con la cabeza y se dirigieron hacia la salida.
-Recuerden no llamar la atención de nadie.-Dijo el hombre antes de que se fueran.
Los dos escucharon, abrieron la puerta y salieron de la oficina.
Scott y Soul se encontraban frente a una gran mansión. Rejas de color plata con la insignia de Kiddo Enterprises les evitaba el paso a cualquiera que no tuviera acceso al lugar sin permiso. Grandes árboles plantados en un césped verdísimo abrían camino a la puerta principal de la residencia. Esta casa era una combinación de una casona antigua con una mansión futurística; tenía tres pisos, era de color crema con gris claro, de grandes ventanas y una apariencia muy sofisticada.
-¿Este es el lugar?-Preguntaba Scott mientras admiraba el lugar.
-Eso dice la tarjeta, además es la única casa en calles.-Le dijo Soul mientras buscaba un timbre.
El lo encontró y lo presionó. Momentos después se oyó la voz de una mujer en una bocina debajo del botón.
-Buenas noches. ¿Qué se les ofrece?-Decía la mujer.
-Eh…buenas noches.-Habló Soul.-Vinimos porque Lo…perdón, la señorita Lola Kiddo nos dijo que viniéramos a esta hora.-
No se oyó ninguna respuesta por la bocina por un momento. Un minuto después la mujer volvió a hablar.
-Disculpen, ¿podrían voltear a la cámara de seguridad en la esquina de la reja, por favor?-
Los dos obedecieron y miraron hacia arriba buscando la cámara. Cuando la hallaron, la miraron fijamente mientras esperaban otra respuesta. La mujer no tardó en hablar.
-La señorita Kiddo los estaba esperando, pasen por favor.-
Las rejas de la privada comenzaron a abrirse lentamente. Cuando hubo suficiente espacio, los dos pasaron y caminaron hacia la residencia.
-A esa mujer le gusta vivir con lujo.-Decía Scott mientras caminaban.
Soul no dijo nada, se mostraba serio y confundido. Pensaba en la plática que había tenido con Natarya el día anterior. Ella le había dicho que no le agradaban las personas con ese tipo de lujos. Entonces, ¿por qué había dejado que Kiddo se la llevara? Todo era muy extraño para el, pero tenía previsto el hacerle ese tipo de preguntas, tanto a Natarya como a la señorita Lola Kiddo.
Apenas llegaron a la puerta principal y esta fue abierta por una sirvienta con vestido blanco y delantal negro. Los dos entraron mientras ella cerraba la puerta y se retiraba. Los dos pudieron ver en ese momento la forma como Lola vivía. El vestíbulo era suficiente para sorprender a cualquiera; un gran espacio para recibir hasta a cien personas juntas. En las esquinas del lugar se situaban macetas de porcelana con plantas muy exóticas; cuatro puertas, dos a la derecha y dos a la izquierda llevaban a las diferentes habitaciones de la casa; enfrente de los dos jóvenes habían unas grandes escaleras adornadas con una alfombra roja y pasamanos de madera fina que se dividían en dos direcciones y que llevaban al segundo piso y encima de ellos se encontraba un gran candelabro de oro y cristal que iluminaba el lugar. Soul y Scott se mostraban sorprendidos por la forma como Kiddo vivía.
-¿Soul? ¿Scott?-
Se oyó la voz de Natarya mientras ella bajaba las escaleras. Pero al verla ninguno de los dos la pudo reconocer. Su ropa vieja y remendada había sido cambiada por una falda negra que le llegaba a las rodillas y una camisa rosa, además de que su cabello había sido arreglado; ahora lo tenía hasta la mitad de la espalda y le habían hecho dos flecos en la frente.
-Natarya, ¿eres tú?-Le decía Soul, impresionado por el cambio que había experimentado.
Ella lanzó un grito de alegría y corrió hacia los dos, para después abrazarlos con un brazo a cada uno.
-Wow…Natarya, te vez…diferente…-Le dijo Soul.
-¿Diferente? Ni siquiera te reconocíamos.-Dijo Scott.
-Lo se, apenas llegué a este lugar y me hicieron todo esto, ni yo lo puedo creer.-Les decía mientras sonreía.
-Me alegra que te agrade.-Se oyó una voz detrás de ellos.
Lola Kiddo había bajado de las escaleras y su presencia no se había notado porque los tres estaban muy ocupados abrazándose. Al igual que el día anterior, vestía su típico traje de hombre color gris. Soul y Scott la vieron preguntándose la razón por la que se había llevado a Natarya, cosa que le preguntarían.
-Si, la verdad no se como agradecerle.-Le decía Natarya.
-No tienes que agradecer, de todos modos necesito hacer eso para ser una buena madre, supongo.-
Los dos amigos no sabían si lo que habían escuchado era cierto. ¿Kiddo era la madre de Natarya?
-Na…Natarya…-Balbuceó Soul.-¿A que se refiere con eso de…madre?-
-Es cierto, se me olvidó decirles. La señorita Kiddo me adoptó ayer.-
El rostro de sorpresa por parte de los jóvenes no se hizo esperar. Nadie podía creer el hecho de que una mujer, presidenta de la compañía más poderosa de Bentor hubiera adoptado a una simple niña de la calle.
-¿¡Natarya, es eso cierto!?-Gritó Scott.
Lola se rió como si se tratara de una broma.
-Vamos, Natarya, no es necesario que me llames así, al menos dime Lola.-
Natarya comprendió y sacó la lengua mientras sonreía como disculpa. Los otros dos aún no lo podían creer.
-Señorita Kiddo,-Hablo Scott.-no entiendo, ¿Porqué se interesa tanto en ella? ¿Cuáles son sus intenciones?-
Ella volteó a verlo y con una sonrisa confiada le dijo.
Si quieren saber se los diré. Desde que los vi ayer peleando contra esos agentes me di cuenta de que ellos solo se interesaban en Natarya, y al ver como vestía supuse que ella era una niña de la calle. Y a pesar de que estaba con ustedes, sabía que no había otra opción más que llevármela para protegerla.
-Al principio saqué la excusa de adoptarla solo para asegurarme de que no le hicieran daño, pero al ver lo feliz que se ha vuelto desde que llegó aquí, ahora me veo incapaz de quitarle lo que le he dado. Se que suena raro, pero al verla tan alegre, creo que lo mejor para ella sería quedarse aquí de ahora en adelante. Además cosas como una colegiatura o sus necesidades son un gasto mínimo para mí, y se que ella apreciará eso.-
Los tres comprendieron sus intenciones. Ella no parecía ser una mujer mala, en especial sabiendo que también poseía poderes. Pero a Soul aún no le quedaba claro el porqué Natarya había aceptado, después de todo lo que le había dicho. Eso lo discutiría con ella a solas.
Un tono de timbre sonó desde uno de los bolsillo del pantalón de Lola; ella al oírlo lo sacó y lo contestó.
-¿Si?-
-Señorita Kiddo, detectamos un intruso en la entrada principal.-Se oía la voz de una mujer.
-¿Ya activaron las trampas?-Decía mientras los demás la veían preocupados por lo que acababa de decir.
Si, pero las inhabilitó…señorita Kiddo, se encuentra en la puerta principal.-
Ella miró hacia la puerta. Alguien estaba detrás, y lo más probable es que solo quería problemas.
-Yo me encargo…-Cerró el celular y lo guardó.-Chicos, pónganse detrás de mi.-
-¿Qué sucede?-Preguntó Soul.
-Detrás de mi, ¡ya!-
Los tres le hicieron caso y se pudieron a sus espaldas mientras esperaban a lo que podría ser un nuevo intento por llevarse a Natarya.
Mercenarios
-Así que…ustedes son los cazarrecompenzas que contratamos.-
Tres personas se encontraban hablando en una gran oficina con poca iluminación. El que estaba sentado detrás del escritorio vestía un traje negro y usaba lentes oscuros, era grande, robusto, de piel morena y totalmente calvo. Los otros dos tenían una apariencia más peculiar. El primero usaba un pantalón de mezclilla azul oscuro, una chaqueta de cuero color café que le llegaba a las rodillas, guantes de motociclista negros y una bufanda roja; era de piel clara, estatura mediana, ojos negros y cabello castaño alborotado. El otro era un poco más grande. Usaba pantalón y chaqueta de mezclilla negros, playera de mangas largas ajustada de color morado y una banda en la cabeza. También era de piel clara, ojos azules y cabello negro muy largo. Los dos parecían ser muy jóvenes, ya que no mostraban la apariencia de un adulto.
-Se ven muy jóvenes como para serlo,-Continúo el de negro.-pero según sus perfiles, veo que tienen prestigio.-
El veía en una computadora las fotografías de los dos. El de la bufanda se llamaba Krad Hunter y el de la banda se llamaba Sasaki Kojiro.
-Nuestra edad es lo que menos importa,-Dijo Hunter.-lo que importa es que nosotros nunca fallamos en una misión.-
-Entonces, ¿podré confiar en ustedes?-
-Siempre y cuando nos pague como se debe.-Dijo Sasaki.
-El hombre abrió un cajón del escritorio y de este sacó una chequera negra. Luego tomó una pluma y comenzó a escribir en uno de los cheques.
-Si, discutimos los términos ayer…-Decía mientras escribía.-Un millón de dólares de adelanto y cuatro millones cuando terminen el trabajo.-
Terminó de escribir, lo arrancó de la chequera y se lo dio a Krad.
-Entonces, ya saben que hacer.-Les explicó.-La niña, Natarya Chan, en estos momentos se encuentra viviendo en casa de la presidenta de Kiddo Enterprises, Lola Kiddo. Vayan ahí y tráiganla. Si es necesario deshacerse de la mujer, haganlo, pero hagan todo lo posible por mantenerla con vida, ya que ella también es una de los afectados por la tormenta de los Zoling. Podríamos utilizarla también.-
Los dos cazarrecompenzas asintieron con la cabeza y se dirigieron hacia la salida.
-Recuerden no llamar la atención de nadie.-Dijo el hombre antes de que se fueran.
Los dos escucharon, abrieron la puerta y salieron de la oficina.
Scott y Soul se encontraban frente a una gran mansión. Rejas de color plata con la insignia de Kiddo Enterprises les evitaba el paso a cualquiera que no tuviera acceso al lugar sin permiso. Grandes árboles plantados en un césped verdísimo abrían camino a la puerta principal de la residencia. Esta casa era una combinación de una casona antigua con una mansión futurística; tenía tres pisos, era de color crema con gris claro, de grandes ventanas y una apariencia muy sofisticada.
-¿Este es el lugar?-Preguntaba Scott mientras admiraba el lugar.
-Eso dice la tarjeta, además es la única casa en calles.-Le dijo Soul mientras buscaba un timbre.
El lo encontró y lo presionó. Momentos después se oyó la voz de una mujer en una bocina debajo del botón.
-Buenas noches. ¿Qué se les ofrece?-Decía la mujer.
-Eh…buenas noches.-Habló Soul.-Vinimos porque Lo…perdón, la señorita Lola Kiddo nos dijo que viniéramos a esta hora.-
No se oyó ninguna respuesta por la bocina por un momento. Un minuto después la mujer volvió a hablar.
-Disculpen, ¿podrían voltear a la cámara de seguridad en la esquina de la reja, por favor?-
Los dos obedecieron y miraron hacia arriba buscando la cámara. Cuando la hallaron, la miraron fijamente mientras esperaban otra respuesta. La mujer no tardó en hablar.
-La señorita Kiddo los estaba esperando, pasen por favor.-
Las rejas de la privada comenzaron a abrirse lentamente. Cuando hubo suficiente espacio, los dos pasaron y caminaron hacia la residencia.
-A esa mujer le gusta vivir con lujo.-Decía Scott mientras caminaban.
Soul no dijo nada, se mostraba serio y confundido. Pensaba en la plática que había tenido con Natarya el día anterior. Ella le había dicho que no le agradaban las personas con ese tipo de lujos. Entonces, ¿por qué había dejado que Kiddo se la llevara? Todo era muy extraño para el, pero tenía previsto el hacerle ese tipo de preguntas, tanto a Natarya como a la señorita Lola Kiddo.
Apenas llegaron a la puerta principal y esta fue abierta por una sirvienta con vestido blanco y delantal negro. Los dos entraron mientras ella cerraba la puerta y se retiraba. Los dos pudieron ver en ese momento la forma como Lola vivía. El vestíbulo era suficiente para sorprender a cualquiera; un gran espacio para recibir hasta a cien personas juntas. En las esquinas del lugar se situaban macetas de porcelana con plantas muy exóticas; cuatro puertas, dos a la derecha y dos a la izquierda llevaban a las diferentes habitaciones de la casa; enfrente de los dos jóvenes habían unas grandes escaleras adornadas con una alfombra roja y pasamanos de madera fina que se dividían en dos direcciones y que llevaban al segundo piso y encima de ellos se encontraba un gran candelabro de oro y cristal que iluminaba el lugar. Soul y Scott se mostraban sorprendidos por la forma como Kiddo vivía.
-¿Soul? ¿Scott?-
Se oyó la voz de Natarya mientras ella bajaba las escaleras. Pero al verla ninguno de los dos la pudo reconocer. Su ropa vieja y remendada había sido cambiada por una falda negra que le llegaba a las rodillas y una camisa rosa, además de que su cabello había sido arreglado; ahora lo tenía hasta la mitad de la espalda y le habían hecho dos flecos en la frente.
-Natarya, ¿eres tú?-Le decía Soul, impresionado por el cambio que había experimentado.
Ella lanzó un grito de alegría y corrió hacia los dos, para después abrazarlos con un brazo a cada uno.
-Wow…Natarya, te vez…diferente…-Le dijo Soul.
-¿Diferente? Ni siquiera te reconocíamos.-Dijo Scott.
-Lo se, apenas llegué a este lugar y me hicieron todo esto, ni yo lo puedo creer.-Les decía mientras sonreía.
-Me alegra que te agrade.-Se oyó una voz detrás de ellos.
Lola Kiddo había bajado de las escaleras y su presencia no se había notado porque los tres estaban muy ocupados abrazándose. Al igual que el día anterior, vestía su típico traje de hombre color gris. Soul y Scott la vieron preguntándose la razón por la que se había llevado a Natarya, cosa que le preguntarían.
-Si, la verdad no se como agradecerle.-Le decía Natarya.
-No tienes que agradecer, de todos modos necesito hacer eso para ser una buena madre, supongo.-
Los dos amigos no sabían si lo que habían escuchado era cierto. ¿Kiddo era la madre de Natarya?
-Na…Natarya…-Balbuceó Soul.-¿A que se refiere con eso de…madre?-
-Es cierto, se me olvidó decirles. La señorita Kiddo me adoptó ayer.-
El rostro de sorpresa por parte de los jóvenes no se hizo esperar. Nadie podía creer el hecho de que una mujer, presidenta de la compañía más poderosa de Bentor hubiera adoptado a una simple niña de la calle.
-¿¡Natarya, es eso cierto!?-Gritó Scott.
Lola se rió como si se tratara de una broma.
-Vamos, Natarya, no es necesario que me llames así, al menos dime Lola.-
Natarya comprendió y sacó la lengua mientras sonreía como disculpa. Los otros dos aún no lo podían creer.
-Señorita Kiddo,-Hablo Scott.-no entiendo, ¿Porqué se interesa tanto en ella? ¿Cuáles son sus intenciones?-
Ella volteó a verlo y con una sonrisa confiada le dijo.
Si quieren saber se los diré. Desde que los vi ayer peleando contra esos agentes me di cuenta de que ellos solo se interesaban en Natarya, y al ver como vestía supuse que ella era una niña de la calle. Y a pesar de que estaba con ustedes, sabía que no había otra opción más que llevármela para protegerla.
-Al principio saqué la excusa de adoptarla solo para asegurarme de que no le hicieran daño, pero al ver lo feliz que se ha vuelto desde que llegó aquí, ahora me veo incapaz de quitarle lo que le he dado. Se que suena raro, pero al verla tan alegre, creo que lo mejor para ella sería quedarse aquí de ahora en adelante. Además cosas como una colegiatura o sus necesidades son un gasto mínimo para mí, y se que ella apreciará eso.-
Los tres comprendieron sus intenciones. Ella no parecía ser una mujer mala, en especial sabiendo que también poseía poderes. Pero a Soul aún no le quedaba claro el porqué Natarya había aceptado, después de todo lo que le había dicho. Eso lo discutiría con ella a solas.
Un tono de timbre sonó desde uno de los bolsillo del pantalón de Lola; ella al oírlo lo sacó y lo contestó.
-¿Si?-
-Señorita Kiddo, detectamos un intruso en la entrada principal.-Se oía la voz de una mujer.
-¿Ya activaron las trampas?-Decía mientras los demás la veían preocupados por lo que acababa de decir.
Si, pero las inhabilitó…señorita Kiddo, se encuentra en la puerta principal.-
Ella miró hacia la puerta. Alguien estaba detrás, y lo más probable es que solo quería problemas.
-Yo me encargo…-Cerró el celular y lo guardó.-Chicos, pónganse detrás de mi.-
-¿Qué sucede?-Preguntó Soul.
-Detrás de mi, ¡ya!-
Los tres le hicieron caso y se pudieron a sus espaldas mientras esperaban a lo que podría ser un nuevo intento por llevarse a Natarya.
Virtual- Jounin Ninja
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Re: Heroes GST
*Toc toc toc*
Alguien llamaba a la puerta. Los cuatro no se movían de su lugar; Lola se preparaba para pelear por si decidía tirar la entrada y Soul y Scott se disponían a ayudarla mientras cubrían a Natarya.
*Toc toc toc*
No sucedía nada, se sentía la tensión en el aire y ese sujeto parecía no querer entrar. Tal vez solo jugaba con ellos. Pasó un minuto y volvieron a tocar la puerta.
*Toc toc toc*
Esa persona no tenía intenciones de entrar a la fuerza. Lola, al ver que lo único que hacía era llamar de esa manera, comenzó a avanzar lentamente. Le faltaba poco para llegar cunado volvieron a tocar una vez más. Ella llegó, esperó un momento y luego tomó la perilla. La giró lentamente y al oír que llegaba hasta donde podía, la abrió bruscamente mientras se ponía en posición de pelea.
Un joven de estatura alta usando una gabardina, lentes oscuros, cubre bocas y bandana estaba parado frente a ella, esperándola. El se veía totalmente despreocupado por la forma como Lola había abierto.
-¿Quién eres?-Preguntó Lola sin bajar la guardia.
-Ella está aquí, ¿verdad?-
Kiddo se alarmó y se preparó para pelear pero el la detuvo.
-Espera, me refiero a que si no le ha pasado nada.-Mientras levantaba sus manos para detenerla.
Lola se confundió, ya que no sabía a que se refería ese sujeto. Natarya asomó la cabeza entre Soul y Scott para ver quien era, y al hacerlo lo reconoció inmediatamente.
-Tú…tu eres esa persona….-Decía ella mientras se movía enfrente de los otros dos.
-Hola,-Le dijo cuando la vio.-no creí volverte a ver tan pronto.-
Lola quería estar segura de quien era esa persona, pero al ver que Natarya lo reconocía sin hacer algún gesto de temor, bajó la guardia.
-¿Ustedes dos se conocen?-Les preguntó Lola.
-Mas o menos,-Dijo el.-digamos que ella fue quien me salvó la vida.-
-¿Le salvaste la vida a esa persona?-Preguntó Scott.
-Si,-El habló.-y también me robó 40 dólares.-
Ella no se esperaba ese comentario, así que lo único que pudo hacer fue poner una sonrisa avergonzada.
-No te preocupes, de todos modos ella lo necesitaba más en esos momentos.-Dijo el.
Lola, al ver que no representaba ser un verdadero peligro, lo dejó pasar, no sin antes hacerle otra pregunta.
-¿Cómo lograste pasar por las trampas?-
-¿Las trampas? No tuve otra opción mas que deshacerme de ellas, lo siento.-
Mientras el entraba, ella pudo ver como trampas como pozos ocultos o incluso ametralladoras habían sido tapadas o destruidas, respectivamente.
-¿Cómo hiciste eso?-
-Con mis poderes, con que más.-
Lola cerró la puerta, preguntándose que tipo de habilidades tenía ese sujeto. Mientras tanto el se puso entre los cuatro, esperando a que alguien le dijera algo.
-Lola, ¿crees que sea buena idea confiar en el?-Dijo Soul.-Aunque conozca a Natarya nada nos asegura que no sea un agente encubierto de la Agencia.-
-Tal vez tengas razón,-Dijo el extraño.-pero confíen en mi o no, lo importante es que tengo algo de información y unas cuantas teorías que podrían ayudarles.-
Lola lo miraba seriamente, a ella le era difícil confiar en el así nada más.
-Si quieres que confiemos en ti, ¿al menos nos podrías decir tu nombre?-
El volteó a verla, lo pensó un momento y le dijo:
-No, por seguridad no me gusta decir mi nombre…pero pueden llamarme Virtual.-
Ella, aún no satisfecha, volvió a hablar.
-Bueno…Virtual, aunque sea deberías mostrarnos tu rostro, si realmente quieres que hagamos caso a tus palabras.-
El se quedó pensando otro momento, pero se dio cuenta que si no lo hacía, lo más seguro es que lo correrían del lugar.
Virtual- Jounin Ninja
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Re: Heroes GST
-…Está bien.-
Primero se quitó la bandana, revelando su cabello chino, largo hasta la nuca y negro. Luego se puso el cubre bocas en el cuello para que vieran su boca, su nariz y su tono moreno claro de piel. Al final se quitó los lentes, mostrando sus ojos color café oscuro.
-Así eres tu…-Dijo Natarya al ver su rostro.-No parece ser una mala persona.-
-No lo soy, y como prueba hago esto para proteger a mi familia. Si mantengo mi identidad como Virtual nadie sabrá quien soy.-
A pesar de que podía ver su rostro, Lola aún no confiaba en el. Tenía pensado hacerle un interrogatorio, y si o aceptaba lo sacaría de su hogar, sin importante fuera su información.
-Natarya, por favor guía a tus amigos a mi oficina…tengo que hablar personalmente con el.-
Virtual entendió la indirecta, ella aún no tenía confianza en el y lo más seguro es que le quitaría la información a la fuerza, al menos eso creía.
-¿Qué?-Natarya se preguntó, pero lo comprendió rápidamente.-Ya entiendo. De acuerdo, pero no se tarden. Soul, Scott, síganme por favor.-
Ella comenzó a subir las escaleras mientras los otros dos volteaban preguntándose qué tramaba Lola. La siguieron, y cuando se oyó la puerta de la oficina cerrarse, ella comenzó sus preguntas.
-Virtual, si crees que voy a confiar en ti así de fácil, estas muy equivocado.-
-Lo sabía…-Pensó el.-Tengo un mal presentimiento…-
-Así que, si realmente quieres que escuche tus palabras, no tienes otra opción mas que decirme quien eres realmente.-
El no cambió la expresión de su rostro, pero le incomodaba el hecho de revelar su información personal.
-¿Es eso necesario?-Preguntó el.
-Si no quieres ahí está la puerta.-
Virtual no tenía otra opción. Lola era muy desconfiada y la única forma de hacerla entrar en razón era hacer lo que ella dijera. Suspiró y le dijo:
-Está bien, pero con una condición…-
-No estás en posición de pedir condiciones.-
-No es mucho, solo te pido que por ningún motivo reveles lo que te voy a decir a nadie. Hablo enserio cuando digo que no revelo mi nombre por seguridad.-
Ella lo pensó un momento, y al ver que no perjudicaría a los demás, asintió con la cabeza.
-Si. Ahora te haré las preguntas y tú las responderás. Quiero la verdad, ya que si me entero que me mentiste, me desharé de ti con mis propias manos.-
-Así será…-
Ella esperó un momento, ordenó las preguntas en su mente y comenzó.
-¿Cuál es tu nombre completo?-Preguntó.
-Francis Arriaga.-Respondió sin titubear.
-¿Edad?-
-19 años.-
-¿Profesión?
-Estudiante.-
-¿Dónde estudias?-
-Universidad de Giesti, Facultad de Ingeniería Mecánico-Eléctrica.-
-¿Trabajas?-
-Si.-
-¿Dónde y qué haces?-
Restaurante Applebee´s, como mesero.-
-Eres muy serio como para trabajar ahí, pero no importa. ¿Vives aquí?-
-Si te refieres a que si vivo en Giesti, si.-
-¿Solo o con tus padres?-
-Vivía con mis padres, pero hoy en la mañana me mudé.-
-¿Dónde vives ahora?-
-Apartamentos de estudiantes al sur del Campus Universitario, último piso, número 9.-
-Bien. Ahora lo esencial, ¿cuál es tu poder?-
-Puedo hacer diferentes cosas según mi personalidad.-
-Según tu estado de ánimo, supongo…-
-No, en realidad tengo cinco personalidades, por ejemplo…-
Movió su mano hacia una de las macetas y con un movimiento la tierra junto con la planta se elevaron. Lola miraba atentamente, esperando ver que hacía.
-En estos momentos tengo a mi personalidad solitaria, la cual puede controlar cualquier compuesto que forme la tierra, las rocas o el concreto.-
-¿Y las otras…personalidades tienen su propia habilidad?-
-Si, pero por el momento no estoy en disposición de revelarlos, solo lo hago cuando es necesario o cuando mi humor cambia.-
-Bueno, dejaremos eso para después.-
Lola no sabía si terminar, el había respondido las preguntas sin pensarlo. Virtual notó que ella seguía sin confiar, así que tomó una medida más segura. Sacó su billetera y de ella sacó su credencial de elector.
-Mira, con esto te asegurarás que no miento…-Se la dio a Lola.
Ahí venían sus datos justo como se los había dicho, a excepción de la dirección, la cual aún no había cambiado. Con eso ella estaría completamente segura de haber dicho la verdad.
-Y si aún no me crees,-Dijo el mientras sacaba un celular rojo de su bolsillo.-toma mi celular y dame otro, así me podrás contactar solo tu. De todos modos a ti te deben de sobrar muchos, sin ofender.-
-Se ve que está desesperado por que confíe en el…Pensaba Lola.-¿Porqué llega a estos extremos?-
-Señorita Kiddo,-Habló Francis.-entienda esto. Yo lo único que quiero es ayudar, sin importar si llego a arriesgar mi vida. Esas personas atentan contra todos, en especial contra personas como tú y yo, y si no los detenemos ahora podrían afectarnos, no solo a nosotros, sino a nuestros seres queridos también…-
Ella vio sus intenciones, el no era malo, solo se preocupaba por su familia.
-Dígame que hacer y yo con gusto lo haré, si es necesario convertirme en un sirviente así será, con tal de que confíe en mi y me deje ayudar…-
Lola veía como le hacía una reverencia, pero también notó como la expresión de su rostro cambiaba repentinamente; de ser un tipo serio se convirtió en una persona dispuesta a dar su vida por cualquier cosa.
-Piense en Natarya… ¿Le gustaría que ellos se la llevaran?-
Ella no dijo nada, solo lo veía como se inclinaba frente a ella. No supo como, pero verlo de esa manera hizo que confiara en el sin dudarlo.
-No es necesario que hagas eso.-Le dijo ella seriamente mientras le regresaba su celular.-Pero veo que tus intenciones son buenas…te preocupas por tu familia, y hasta por nosotros…-
El se enderezó, tomó su teléfono y la miró a los ojos, los cuales mostraban determinación y valentía. Lola no supo porqué, pero verlo de esa manera le recordó a ella misma.
-Lo siento, creo que exageré un poco.-Dijo Virtual mientras ocultaba una pequeña sonrisa avergonzada.
-Olvidalo, no importa…-
Ella le pidió que la siguiera a su oficina, y antes de subir las escaleras ella le dijo:
-No creas que confío en ti del todo. Te lo tienes que ganar…-
El la oyó, volvió a poner su rostro serio y se aseguró de que ella lo viera asintiendo con la cabeza.
Primero se quitó la bandana, revelando su cabello chino, largo hasta la nuca y negro. Luego se puso el cubre bocas en el cuello para que vieran su boca, su nariz y su tono moreno claro de piel. Al final se quitó los lentes, mostrando sus ojos color café oscuro.
-Así eres tu…-Dijo Natarya al ver su rostro.-No parece ser una mala persona.-
-No lo soy, y como prueba hago esto para proteger a mi familia. Si mantengo mi identidad como Virtual nadie sabrá quien soy.-
A pesar de que podía ver su rostro, Lola aún no confiaba en el. Tenía pensado hacerle un interrogatorio, y si o aceptaba lo sacaría de su hogar, sin importante fuera su información.
-Natarya, por favor guía a tus amigos a mi oficina…tengo que hablar personalmente con el.-
Virtual entendió la indirecta, ella aún no tenía confianza en el y lo más seguro es que le quitaría la información a la fuerza, al menos eso creía.
-¿Qué?-Natarya se preguntó, pero lo comprendió rápidamente.-Ya entiendo. De acuerdo, pero no se tarden. Soul, Scott, síganme por favor.-
Ella comenzó a subir las escaleras mientras los otros dos volteaban preguntándose qué tramaba Lola. La siguieron, y cuando se oyó la puerta de la oficina cerrarse, ella comenzó sus preguntas.
-Virtual, si crees que voy a confiar en ti así de fácil, estas muy equivocado.-
-Lo sabía…-Pensó el.-Tengo un mal presentimiento…-
-Así que, si realmente quieres que escuche tus palabras, no tienes otra opción mas que decirme quien eres realmente.-
El no cambió la expresión de su rostro, pero le incomodaba el hecho de revelar su información personal.
-¿Es eso necesario?-Preguntó el.
-Si no quieres ahí está la puerta.-
Virtual no tenía otra opción. Lola era muy desconfiada y la única forma de hacerla entrar en razón era hacer lo que ella dijera. Suspiró y le dijo:
-Está bien, pero con una condición…-
-No estás en posición de pedir condiciones.-
-No es mucho, solo te pido que por ningún motivo reveles lo que te voy a decir a nadie. Hablo enserio cuando digo que no revelo mi nombre por seguridad.-
Ella lo pensó un momento, y al ver que no perjudicaría a los demás, asintió con la cabeza.
-Si. Ahora te haré las preguntas y tú las responderás. Quiero la verdad, ya que si me entero que me mentiste, me desharé de ti con mis propias manos.-
-Así será…-
Ella esperó un momento, ordenó las preguntas en su mente y comenzó.
-¿Cuál es tu nombre completo?-Preguntó.
-Francis Arriaga.-Respondió sin titubear.
-¿Edad?-
-19 años.-
-¿Profesión?
-Estudiante.-
-¿Dónde estudias?-
-Universidad de Giesti, Facultad de Ingeniería Mecánico-Eléctrica.-
-¿Trabajas?-
-Si.-
-¿Dónde y qué haces?-
Restaurante Applebee´s, como mesero.-
-Eres muy serio como para trabajar ahí, pero no importa. ¿Vives aquí?-
-Si te refieres a que si vivo en Giesti, si.-
-¿Solo o con tus padres?-
-Vivía con mis padres, pero hoy en la mañana me mudé.-
-¿Dónde vives ahora?-
-Apartamentos de estudiantes al sur del Campus Universitario, último piso, número 9.-
-Bien. Ahora lo esencial, ¿cuál es tu poder?-
-Puedo hacer diferentes cosas según mi personalidad.-
-Según tu estado de ánimo, supongo…-
-No, en realidad tengo cinco personalidades, por ejemplo…-
Movió su mano hacia una de las macetas y con un movimiento la tierra junto con la planta se elevaron. Lola miraba atentamente, esperando ver que hacía.
-En estos momentos tengo a mi personalidad solitaria, la cual puede controlar cualquier compuesto que forme la tierra, las rocas o el concreto.-
-¿Y las otras…personalidades tienen su propia habilidad?-
-Si, pero por el momento no estoy en disposición de revelarlos, solo lo hago cuando es necesario o cuando mi humor cambia.-
-Bueno, dejaremos eso para después.-
Lola no sabía si terminar, el había respondido las preguntas sin pensarlo. Virtual notó que ella seguía sin confiar, así que tomó una medida más segura. Sacó su billetera y de ella sacó su credencial de elector.
-Mira, con esto te asegurarás que no miento…-Se la dio a Lola.
Ahí venían sus datos justo como se los había dicho, a excepción de la dirección, la cual aún no había cambiado. Con eso ella estaría completamente segura de haber dicho la verdad.
-Y si aún no me crees,-Dijo el mientras sacaba un celular rojo de su bolsillo.-toma mi celular y dame otro, así me podrás contactar solo tu. De todos modos a ti te deben de sobrar muchos, sin ofender.-
-Se ve que está desesperado por que confíe en el…Pensaba Lola.-¿Porqué llega a estos extremos?-
-Señorita Kiddo,-Habló Francis.-entienda esto. Yo lo único que quiero es ayudar, sin importar si llego a arriesgar mi vida. Esas personas atentan contra todos, en especial contra personas como tú y yo, y si no los detenemos ahora podrían afectarnos, no solo a nosotros, sino a nuestros seres queridos también…-
Ella vio sus intenciones, el no era malo, solo se preocupaba por su familia.
-Dígame que hacer y yo con gusto lo haré, si es necesario convertirme en un sirviente así será, con tal de que confíe en mi y me deje ayudar…-
Lola veía como le hacía una reverencia, pero también notó como la expresión de su rostro cambiaba repentinamente; de ser un tipo serio se convirtió en una persona dispuesta a dar su vida por cualquier cosa.
-Piense en Natarya… ¿Le gustaría que ellos se la llevaran?-
Ella no dijo nada, solo lo veía como se inclinaba frente a ella. No supo como, pero verlo de esa manera hizo que confiara en el sin dudarlo.
-No es necesario que hagas eso.-Le dijo ella seriamente mientras le regresaba su celular.-Pero veo que tus intenciones son buenas…te preocupas por tu familia, y hasta por nosotros…-
El se enderezó, tomó su teléfono y la miró a los ojos, los cuales mostraban determinación y valentía. Lola no supo porqué, pero verlo de esa manera le recordó a ella misma.
-Lo siento, creo que exageré un poco.-Dijo Virtual mientras ocultaba una pequeña sonrisa avergonzada.
-Olvidalo, no importa…-
Ella le pidió que la siguiera a su oficina, y antes de subir las escaleras ella le dijo:
-No creas que confío en ti del todo. Te lo tienes que ganar…-
El la oyó, volvió a poner su rostro serio y se aseguró de que ella lo viera asintiendo con la cabeza.
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Re: Heroes GST
La oficina de Lola Kiddo era amplia, el piso estaba cubierto de un gran tapete color vino, las paredes tenían grandes libreros llenos de lecturas de diversos géneros y un escritorio se encontraba en el fondo de este lugar con tres sillas finas para los visitantes y un sillón de piel para Lola. Una gran ventana de fino cristal y acabado de acero pulido se encontraba detrás de este escritorio. Natarya daba vueltas en el sillón mientras Soul y Scott la veían divertirse sentados en los otros asientos.
-Natarya…-Dijo Soul,
-¿Dime?-Le respondió ella mientras daba más vueltas.
-¿Porqué dejaste que esa mujer te trajera aquí?-
Ella se detuvo y lo miró.
-¿Porqué me preguntas eso?-
El la miró seriamente y le dijo:
-Por lo que me dijiste ayer antes de ser atacados por los agentes. Tú decías que detestabas a los que se ganaban la vida fácilmente, y a mi parecer la señorita Kiddo es una de esas personas. Entonces, ¿porqué decidiste quedarte aquí?-
Ella se quedó callada. Recordaba lo que le había comentado ese día, pero no se atrevía a decirle nada.
-¿O todo lo que me dijiste era mentira?-
-¡No!-Lo detuvo ella.-No es eso…verás…-
Scott no tenía idea de lo que hablaban, pero creyó que sería interesante saberlo, así que no dijo nada y los escuchó.
-La verdad me confundí mucho al ver a la señorita Kiddo levantando ese auto, no supe que hacer en ese momento cuando dijo que estaría mejor con ella y cuando me dijo que me iba a adoptar, me da vergüenza decirlo pero me desmayé de la impresión…
-No tengo idea porqué, pero por un momento creí que era mejor irme con ella, y aunque no quería separarme de ustedes, el simple hecho de que los volvería a ver hoy me tranquilizó. Además, mira todo lo que me ha dado, por primera vez siento que tengo algo que no temo perder.-
-Natarya…-Interrumpió Soul.-Ayer tu me dijiste que este tipo de cosas no te importaban, que tu eras feliz así como vivías y que preferías trabajar y ganarte la vida sola… ¿O no lo recuerdas?-
-Si lo recuerdo, te dije que si vivía de esa manera, demostraría que soy capaz de lograr cosas que otros consiguen gratis, pero yo jamás dije que era feliz viviendo así. Además, esto no lo tomo como una forma fácil de ganarme la vida.-
-¿A qué te refieres con eso?-Preguntó Scott.
-Me refiero a esto. Yo ya me gané la vida, y considero esto mi recompensa por todo lo que he hecho y logrado.-
Ellos no sabían que decir, ella hablaba con honestidad pero Soul no podía entenderlo.
-Ah, claro,-Habló Natarya.-No creas que mi recompensa comenzó aquí. Esta comenzó cuando los conocí a ustedes. Creo que de no haberme salvado ese día, esto jamás me habría pasado. Lo mejor es que ustedes siguen siendo mis amigos…creo que esa si es una recompensa.-
Ella sonrió y después volvió a dar vueltas en el sillón. Como siempre, Soul sin saber como responder, pero al verla tan contenta no podía culparla de querer quedarse, de todos modos su casa había sido destruida y Lola no parecía tener intenciones malas para ella.
La puerta de la oficina se abrió y Kiddo se asomó para verlos.
-Perdón por hacerlos esperar.-Ella dijo.
-Qué sucedió, ¿se deshizo de el?-Dijo Scott.
-Tuve una pequeña charla con el, y decidí que se quedara.-
Ella pasó y detrás venía Virtual, usando ahora solo sus lentes oscuros y con la misma seriedad con la que lo habían visto por primera vez.
-¿Entonces si se queda?-Dijo Soul rápidamente, creyendo que era una mala idea.
-Si, al menos hasta que nos diga lo que sabe.-Ella dijo.
Natarya se quitó del sillón para que Lola se sentara, luego le ofreció al invitado la silla que quedaba, pero el la rechazó.
-No, gracias. Estoy bien así.-
Después de acomodarse, Lola se apoyó en su escritorio y habló.
-Y bien, ¿cuál es esa gran información que nos tienes?-
Todos voltearon a verlo; Soul y Scott con desconfianza. Virtual tomó aire, acomodó sus ideas y comenzó a explicarles.
-Bien…creo que lo mejor será comenzar con la primera vez que supe de la Agencia. Fue hace unos cuantos días; vi en las noticias sobre una pelea entre “fenómenos”, al ver de que se trataba pude ver a dos chicos peleando contra una persona que parecía era el que había causado los disturbios. A los otros dos no los pude ver claramente ya que llevaban puesto unos cascos. En fin, al enterarme fui al lugar, y para suerte de los dos llegué a tiempo y los salvé. El otro sujeto era muy peligroso, ya que estaba cubierto de lava y creo que también podía crear hielo. Después de un poco de ayuda mutua, pudimos derrotarlo. Fue en eso que llegó un helicóptero reclamando a Fizer, como decían que se llamaba, como suyo. Fue en eso que dijeron que el era propiedad de la Agencia. Cuando uno de los motociclistas exigió saber qué querían de ellos, abrieron fuego contra nosotros. Este no cesó hasta que se llevaron a ese sujeto.-
-¿A qué se referían con que era de “su propiedad”?-Interrumpió Soul.
-He estado reflexionando sobre eso, tal vez ese tal Fizer trabaja para ellos, pero por la forma como esos agentes lo dijeron parecía más que lo trataban como un arma. Lo que me lleva a mi primera teoría. La Agencia está utilizando a personas con poderes para sus fines.-
-Tiene sentido,-Dijo Scott.-de todos modos esos contra los que peleamos ayer eran extremadamente fuertes.-
-¡Eso significa que tal vez hallaron la forma de extraer nuestros poderes!-Soul se exalto.
-Eso es algo que temo…-Respondió Virtual.-Y eso me lleva a otra teoría…Natarya, ¿qué poderes tienes, además de poder sanar a la gente?-
-Yo, técnicamente soy invulnerable. Nada me hace daño suficiente como para matarme, al menos eso creo.-
-Entonces realmente estamos en problemas.-El continuó.-Si existe esa posibilidad de que ellos puedan extraer los poderes de personas como nosotros, y si llegan a capturar a la pequeña Natarya, serían capaces de…-
-Crear una raza de agentes invencibles…-Lola interrumpió.
-Si, por eso la quieren tanto.-
Todos voltearon a ver a Natarya, quien pensaba horrorizada sobre la situación.
-Se ve que les estoy causando demasiados problemas…-Ella dijo.
-No es tu culpa, son ellos que quieren usarte para sus propósitos egoístas.-Virtual la consoló.
-No te preocupes,-Dijo Soul.-Por ningún motivo dejaré que te lleven.-
-Yo tampoco, mientras estés con nosotros no te pasará nada, lo prometemos.-Dijo Scott.
-Gracias amigos.-
Lola analizaba la situación detenidamente, Natarya era demasiado importante para la Agencia, por lo que podrían representar un gran problema si le ponían las manos encima. Además ellos también estaban en peligro, ya que también podrían capturarlos, y por lo que le había dicho Francis sobre la forma como lo habían atacado a el y a los otros dos con los que había peleado significaba que eran capaces de recurrir a cualquier método para conseguir lo que quisieran.
-Fr...Virtual, ¿hay algo más que debas decirnos?-Ella le preguntó.
-Si, hay algo más que me inquieta. No se si sepan sobre la serie de asesinatos que hubo en una de las facultades de Giesti.-
-Si, yo la vi en las noticias.-Dijo Scott.
-Bien, yo se quien es, y espero no suceda pero por la forma como el actúa podría ser fácilmente influenciado por la Agencia.-
-¿Y que te hace pensar eso?-Kiddo le preguntó.
-Bien, ese estudiante parece que es muy impopular en donde estudia, y al tener un poder creo que lo usa para vengarse de los que lo molestan, al menos eso he encontrado mientras lo investigaba. Su nombre es Edward Heavens de la Facultad de Criminología, y su poder es uno muy peligroso; parece que es capaz de lanzar una especie de espadas invisibles al oponente, lo que lo hace muy impredecible.-
-Espera, creo saber que quieres decir.-Lola interrumpió.-Dices que esa persona está tan llena de deseos de venganza que es capaz de caer en las influencias de la Agencia, por lo que ellos aprovecharían para extraer sus poderes y además utilizarlo como una de sus armas, ¿o me equivoco?-
-Es usted muy astuta, señorita Kiddo.-
-Debo mantener la mente en alto si quiero mantener mi compañía. En fin, entonces lo que debemos hacer es encontrar a este tal Edward antes de que la Agencia lo haga.-
-Pero…-Habló Soul.-no podemos dejar sola a Natarya, si es cierto que son capaces de extraer los poderes debemos protegerla a cualquier costo.-
-Debemos pensar en un plan…-Dijo Scott.
Todos se quedaron callados durante un momento pensando qué podían hacer. El tiempo estaba en su contra y debían actuar rápido. Natarya se levantó y se dirigió a la puerta mientras les decía a los demás:
-Voy por algo para tomar, ¿no quieren algo?-
Los tres se negaron, y ella salió de la oficina.
-Ya lo tengo,-Dijo Lola.-ahora que recuerdo uno de mis científicos, el Dr. Jekyll puso un radar en el auto con el que los agentes escaparon ayer. Le pediré en este momento que me pase la localización del radar, así al menos podremos saber donde se encuentra su base.-
Sacó su celular, buscó un número y al hallarlo marcó. Pasó un minuto y nadie contestaba, por lo que creía que podía estar trabajando.
-Que raro, Jekyll siempre me contesta.-
Volvió a marcar, pero con los mismos resultados. Mientras estaban esperando a que alguien contestara una silueta cayó por la ventana desde el techo hasta el patio principal, el cual nadie notó. Virtual subió la cabeza para idear un plan, y fue ciando figuró una segunda silueta que caía del techo. El apenas y pudo notarla, pero alcanzó a ver un par de brazos que caían, por lo que se alarmó.
-Natarya…-Dijo Soul,
-¿Dime?-Le respondió ella mientras daba más vueltas.
-¿Porqué dejaste que esa mujer te trajera aquí?-
Ella se detuvo y lo miró.
-¿Porqué me preguntas eso?-
El la miró seriamente y le dijo:
-Por lo que me dijiste ayer antes de ser atacados por los agentes. Tú decías que detestabas a los que se ganaban la vida fácilmente, y a mi parecer la señorita Kiddo es una de esas personas. Entonces, ¿porqué decidiste quedarte aquí?-
Ella se quedó callada. Recordaba lo que le había comentado ese día, pero no se atrevía a decirle nada.
-¿O todo lo que me dijiste era mentira?-
-¡No!-Lo detuvo ella.-No es eso…verás…-
Scott no tenía idea de lo que hablaban, pero creyó que sería interesante saberlo, así que no dijo nada y los escuchó.
-La verdad me confundí mucho al ver a la señorita Kiddo levantando ese auto, no supe que hacer en ese momento cuando dijo que estaría mejor con ella y cuando me dijo que me iba a adoptar, me da vergüenza decirlo pero me desmayé de la impresión…
-No tengo idea porqué, pero por un momento creí que era mejor irme con ella, y aunque no quería separarme de ustedes, el simple hecho de que los volvería a ver hoy me tranquilizó. Además, mira todo lo que me ha dado, por primera vez siento que tengo algo que no temo perder.-
-Natarya…-Interrumpió Soul.-Ayer tu me dijiste que este tipo de cosas no te importaban, que tu eras feliz así como vivías y que preferías trabajar y ganarte la vida sola… ¿O no lo recuerdas?-
-Si lo recuerdo, te dije que si vivía de esa manera, demostraría que soy capaz de lograr cosas que otros consiguen gratis, pero yo jamás dije que era feliz viviendo así. Además, esto no lo tomo como una forma fácil de ganarme la vida.-
-¿A qué te refieres con eso?-Preguntó Scott.
-Me refiero a esto. Yo ya me gané la vida, y considero esto mi recompensa por todo lo que he hecho y logrado.-
Ellos no sabían que decir, ella hablaba con honestidad pero Soul no podía entenderlo.
-Ah, claro,-Habló Natarya.-No creas que mi recompensa comenzó aquí. Esta comenzó cuando los conocí a ustedes. Creo que de no haberme salvado ese día, esto jamás me habría pasado. Lo mejor es que ustedes siguen siendo mis amigos…creo que esa si es una recompensa.-
Ella sonrió y después volvió a dar vueltas en el sillón. Como siempre, Soul sin saber como responder, pero al verla tan contenta no podía culparla de querer quedarse, de todos modos su casa había sido destruida y Lola no parecía tener intenciones malas para ella.
La puerta de la oficina se abrió y Kiddo se asomó para verlos.
-Perdón por hacerlos esperar.-Ella dijo.
-Qué sucedió, ¿se deshizo de el?-Dijo Scott.
-Tuve una pequeña charla con el, y decidí que se quedara.-
Ella pasó y detrás venía Virtual, usando ahora solo sus lentes oscuros y con la misma seriedad con la que lo habían visto por primera vez.
-¿Entonces si se queda?-Dijo Soul rápidamente, creyendo que era una mala idea.
-Si, al menos hasta que nos diga lo que sabe.-Ella dijo.
Natarya se quitó del sillón para que Lola se sentara, luego le ofreció al invitado la silla que quedaba, pero el la rechazó.
-No, gracias. Estoy bien así.-
Después de acomodarse, Lola se apoyó en su escritorio y habló.
-Y bien, ¿cuál es esa gran información que nos tienes?-
Todos voltearon a verlo; Soul y Scott con desconfianza. Virtual tomó aire, acomodó sus ideas y comenzó a explicarles.
-Bien…creo que lo mejor será comenzar con la primera vez que supe de la Agencia. Fue hace unos cuantos días; vi en las noticias sobre una pelea entre “fenómenos”, al ver de que se trataba pude ver a dos chicos peleando contra una persona que parecía era el que había causado los disturbios. A los otros dos no los pude ver claramente ya que llevaban puesto unos cascos. En fin, al enterarme fui al lugar, y para suerte de los dos llegué a tiempo y los salvé. El otro sujeto era muy peligroso, ya que estaba cubierto de lava y creo que también podía crear hielo. Después de un poco de ayuda mutua, pudimos derrotarlo. Fue en eso que llegó un helicóptero reclamando a Fizer, como decían que se llamaba, como suyo. Fue en eso que dijeron que el era propiedad de la Agencia. Cuando uno de los motociclistas exigió saber qué querían de ellos, abrieron fuego contra nosotros. Este no cesó hasta que se llevaron a ese sujeto.-
-¿A qué se referían con que era de “su propiedad”?-Interrumpió Soul.
-He estado reflexionando sobre eso, tal vez ese tal Fizer trabaja para ellos, pero por la forma como esos agentes lo dijeron parecía más que lo trataban como un arma. Lo que me lleva a mi primera teoría. La Agencia está utilizando a personas con poderes para sus fines.-
-Tiene sentido,-Dijo Scott.-de todos modos esos contra los que peleamos ayer eran extremadamente fuertes.-
-¡Eso significa que tal vez hallaron la forma de extraer nuestros poderes!-Soul se exalto.
-Eso es algo que temo…-Respondió Virtual.-Y eso me lleva a otra teoría…Natarya, ¿qué poderes tienes, además de poder sanar a la gente?-
-Yo, técnicamente soy invulnerable. Nada me hace daño suficiente como para matarme, al menos eso creo.-
-Entonces realmente estamos en problemas.-El continuó.-Si existe esa posibilidad de que ellos puedan extraer los poderes de personas como nosotros, y si llegan a capturar a la pequeña Natarya, serían capaces de…-
-Crear una raza de agentes invencibles…-Lola interrumpió.
-Si, por eso la quieren tanto.-
Todos voltearon a ver a Natarya, quien pensaba horrorizada sobre la situación.
-Se ve que les estoy causando demasiados problemas…-Ella dijo.
-No es tu culpa, son ellos que quieren usarte para sus propósitos egoístas.-Virtual la consoló.
-No te preocupes,-Dijo Soul.-Por ningún motivo dejaré que te lleven.-
-Yo tampoco, mientras estés con nosotros no te pasará nada, lo prometemos.-Dijo Scott.
-Gracias amigos.-
Lola analizaba la situación detenidamente, Natarya era demasiado importante para la Agencia, por lo que podrían representar un gran problema si le ponían las manos encima. Además ellos también estaban en peligro, ya que también podrían capturarlos, y por lo que le había dicho Francis sobre la forma como lo habían atacado a el y a los otros dos con los que había peleado significaba que eran capaces de recurrir a cualquier método para conseguir lo que quisieran.
-Fr...Virtual, ¿hay algo más que debas decirnos?-Ella le preguntó.
-Si, hay algo más que me inquieta. No se si sepan sobre la serie de asesinatos que hubo en una de las facultades de Giesti.-
-Si, yo la vi en las noticias.-Dijo Scott.
-Bien, yo se quien es, y espero no suceda pero por la forma como el actúa podría ser fácilmente influenciado por la Agencia.-
-¿Y que te hace pensar eso?-Kiddo le preguntó.
-Bien, ese estudiante parece que es muy impopular en donde estudia, y al tener un poder creo que lo usa para vengarse de los que lo molestan, al menos eso he encontrado mientras lo investigaba. Su nombre es Edward Heavens de la Facultad de Criminología, y su poder es uno muy peligroso; parece que es capaz de lanzar una especie de espadas invisibles al oponente, lo que lo hace muy impredecible.-
-Espera, creo saber que quieres decir.-Lola interrumpió.-Dices que esa persona está tan llena de deseos de venganza que es capaz de caer en las influencias de la Agencia, por lo que ellos aprovecharían para extraer sus poderes y además utilizarlo como una de sus armas, ¿o me equivoco?-
-Es usted muy astuta, señorita Kiddo.-
-Debo mantener la mente en alto si quiero mantener mi compañía. En fin, entonces lo que debemos hacer es encontrar a este tal Edward antes de que la Agencia lo haga.-
-Pero…-Habló Soul.-no podemos dejar sola a Natarya, si es cierto que son capaces de extraer los poderes debemos protegerla a cualquier costo.-
-Debemos pensar en un plan…-Dijo Scott.
Todos se quedaron callados durante un momento pensando qué podían hacer. El tiempo estaba en su contra y debían actuar rápido. Natarya se levantó y se dirigió a la puerta mientras les decía a los demás:
-Voy por algo para tomar, ¿no quieren algo?-
Los tres se negaron, y ella salió de la oficina.
-Ya lo tengo,-Dijo Lola.-ahora que recuerdo uno de mis científicos, el Dr. Jekyll puso un radar en el auto con el que los agentes escaparon ayer. Le pediré en este momento que me pase la localización del radar, así al menos podremos saber donde se encuentra su base.-
Sacó su celular, buscó un número y al hallarlo marcó. Pasó un minuto y nadie contestaba, por lo que creía que podía estar trabajando.
-Que raro, Jekyll siempre me contesta.-
Volvió a marcar, pero con los mismos resultados. Mientras estaban esperando a que alguien contestara una silueta cayó por la ventana desde el techo hasta el patio principal, el cual nadie notó. Virtual subió la cabeza para idear un plan, y fue ciando figuró una segunda silueta que caía del techo. El apenas y pudo notarla, pero alcanzó a ver un par de brazos que caían, por lo que se alarmó.
Virtual- Jounin Ninja
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